MEDIOS CORRUPTOS.

Medios de Difusión



Escrito por Fausto Fernández Ponte
24-08-2006
Asimetrías

I
Andrés Manuel López Obrador quéjase, con razón, de los medios de difusión masiva, hertzianos e impresos y ciberespaciales, le son hostiles. De hecho, muy hostiles.
Mas no sólo son hostiles al señor López Obrador, sino principalmente a lo que representa: los anhelos no sólo de sus partidarios, que son muchos, sino los del pueblo mismo.
La crisis política -en realidad, crisis del poder- prevaleciente de hace varios sexenios y que se ha agudizado dramáticamente en los meses últimos, tiene causales claras.
Y entre una de esas causales es la actitud de las empresas comerciales privadas propietarias y/o concesionarias de los medios de producción para la difusión masiva.
Reléase bien el párrafo anterior, caro leyente. Algunas de esas empresas comerciales privadas usan, por concesión, un bien estratégico propiedad de todos los mexicanos.
Trátase, desde luego, del espectro radioléctrico de México que, como bien estratégico que es, su soberanía es del pueblo de México y, por ende, relativo a la seguridad nacional.
Empero, el Estado mexicano ha concesionado con largueza a particulares ese bien de la nación, el cual ha sido -y es usado- para contrariar el interés del dueño de este bien.
Véase por qué: un bien social -la frecuencia radioeléctrica- debe ser concesionada a empresas sociales, no a particulares interesados en servir a intereses propios.
Esos intereses propios de las citadas empresas privadas son, por definición, ajenos a los intereses sociales, que son los del pueblo de México, propietario del bien concesionado.

II
Esa aberrante contradicción -que un bien estratégico de los mexicanos sea utilizado en su contra- ha sido posible porque los personeros del Estado así lo han dispuesto.
Y esos personeros -nos remontamos a los tiempos del gobierno presidido por Manuel Ávila Camacho- han aplicado criterios de concesión hechos para fines de control social.
En efecto. Desde las primeras concesiones del espectro radioeléctrico a particulares los personeros del Estado descubrieron el poder enorme de la difusión.
Empero, ese enorme poder no fue utilizado por el Estado para educar, explicar hechos y sucedidos históricos y actuales y orientar acerca de su significado.
Tampoco se utilizó ese extraordinario alcance de la difusión para apuntalar, fortalecer y consolidar nuestra identidad nacional en función de la experiencia histórica.
No. Y no. Por supuesto, el Estado enarbola una bandera del nacionalismo y los logros sociales de la Revolución Mexicana, pero sólo en el discurso. Los hechos eran opuestos.
Así, la difusión devino en instrumento de control social; es decir, en una herramienta para la simulación política, el engaño y la inducción de comportamientos colectivos.
Por esas razones, el Estado -o sus personeros- privilegiaron ciertos criterios antisociales en la concesión a particulares de un bien propiedad de la nación.

III
Esos particulares debían tener un perfil adecuado a esos propósitos de usar las concesiones para fines de control social. Y una característica del perfil era su ideología.
Esa ideología debía ser compatible con la de los personeros del Estado que, traicionando los intereses del pueblo de México, sólo pensaban en los suyos.
Y esos intereses de antes eran los mismos que los de hoy, los de una élite -los de la plutocracia, la oligarquía y la alta burguesía- que usa el poder político con fin económico.
De esa guisa, el poder político que detentan les permite saquear a México, escamotearle sus bienes al pueblo mexicano y usarlos contra los intereses de éste.
El uso antisocial -es decir, antagónico a lo social- de los medios de difusión masiva se extiende, en la práctica, a todos las modalidades. Los periódicos condonan ese uso.
Así, ese es el móvil de la conducta antilópezobradorista o antisocial de los noticieros de la radio, la televisión, los periódicos impresos y los que circulan por la internet.
Ese comportamiento se ha caracterizado por un silencio entorno al pensamiento y el discurso del señor López Obrador y la naturaleza de los anhelos y reivindicaciones populares.
A ese muro de silencio agregaríase otro aberración adicional: la de distorsionar hechos y sucedidos de la movilización social de resistencia civil, satanizando ésta.
Esas prácticas se realizan bajo supuestos éticos de la difusión, otorgándole a ésta una pátina delgadísima, aparente, de una falsa imparcialidad.

ffernandezp@prodigy.net.mx

Glosario:
Pátina: barniz. Revestimiento.