Todo el mundo se dió cuenta. Era demasiado obvio. Cuando Fecal anunció su programa de radio con transmisión simultánea en televisión de cable, la reacció de todo el mundo fue la misma: le está copiando al peje.
A los pocos días Fecal salió con que no le estaba copiando al peje. Que disque la idea del programa de Radio ya la tenían desde antes de que empezaran las campañas.
Ei... ajá...
¿Entonces se puede saber cómo es que a pesar de que dicen tener meses de planeación para el susodicho programa de radio--que, según Fecal, no es copia de lo que está haciendo el peje--la primera transmisión fué toda una pifia?
Vean lo que dice Álvaro Cueva al respecto en su columna de hoy de Milenio Diario:
Así estuvo Radio Felipe
Con la torpeza propia de los improvisados comenzó Radio futuro, el programa semanal de radio con cámaras de Felipe Calderón, el candidato del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República.
Esto fue ayer en punto de las 12:00 horas en Telefórmula, justo en el espacio que antes ocupaba Estilo de vida, una espantosa revista de entretenimiento patrocinada por una marca de parches adelgazadores.
¿Por qué con la torpeza propia de los improvisados? Porque no se necesita ser muy astuto para ver ese desfile de errores y concluir que la idea de que don Felipe tuviera un espacio propio en los medios electrónicos de comunicación no fue planeada con tiempo y profesionalismo, sino una estrategia lanzada en tiempo récord en respuesta al infomercial diario de Andrés Manuel López Obrador en Tv Azteca.
Si lo que el señor Calderón quería era hacerle sombra a El Peje, consiguió exactamente lo contrario, porque no hay mejor manera de homenajear a un rival que robándole las ideas, lo cual, por cierto, no suena muy congruente con “las manos limpias” y los valores que el candidato del PAN se la ha pasado presumiendo desde que inició su campaña.
¿Cómo es Radio futuro (no confundir con la banda Radio Futura que casualmente pertenece a ese pasado ochentero que Felipe Calderón dice que no quiere para México)?
Es un programa de una hora donde se combinan spots y materiales de archivo del candidato con la conducción de la periodista Mariana Miná.
¿Cuáles son las diferencias respecto a La otra versión, la emisión de Andrés Manuel López Obrador?
De entrada, que la estrategia de El Peje se presenta como un infomercial, con una aclaración por escrito por parte de TV Azteca de que no se trata ni de un producto hecho en las instalaciones de Grupo Salinas ni de algo que represente sus posturas.
Radio futuro entra en Telefórmula como si fuera Todo para la mujer con Maxine Woodside, con una de las escenografías institucionales de Grupo Fórmula y sin ninguna aclaración de ningún tipo.
O sea, no se siente como un infomercial sino como una clara muestra de apoyo por parte de Telefórmula hacia el candidato del PAN.
¿Qué otras diferencias se pueden mencionar? Que La otra versión es, básicamente, un noticiario de campaña, con datos que a veces nadie más maneja, con la presencia en el estudio de López Obrador, al menos los lunes y los martes, y con media hora de duración.
Radio futuro no es ni noticiario ni revista de entretenimiento ni mesa de análisis ni infomercial ni nada que se pueda definir.
De repente se leen preguntas del público o se presentan reportajes que comparan a Bono de U2 con César Bono de Televisa (¿?), y, lo más delicado, sin la presencia del candidato en el estudio.
Como seguramente usted vio o escuchó, Calderón apenas alcanzó a hacer un pésimo enlace telefónico desde Yucatán.
¿Qué tiene esto de malo? Que le quita toda credibilidad a la emisión. Un hombre que no va a su propio programa es un hombre al que no le interesa su propio programa.
Esto sin considerar que alguien que habla por teléfono puede estar leyendo un guión o estar siendo asesorado por alguien con mayor inteligencia que la suya.
Por si esto no fuera suficiente para decepcionarse, las pocas veces que don Felipe apareció a cuadro en documentales o spots, cometió el mismo error de Santiago Creel en aquellos anuncios que lo llevaron a la ruina:
No vio directamente a la cámara. Hizo como que hablaba con alguien, de repente volteaba a ver a otra persona como para comprobar si lo está haciendo bien y, cuando se acordaba, sus pupilas miraban a la lente.
Para acabar de complicar el cuadro le comento que Radio futuro estuvo tan plagado de errores que si, como dice su slogan, ésa es “la radio del México que queremos”, pues mejor no queramos nada porque tanta desorganización es lo menos futurista que a alguien se le pudo haber ocurrido.
La conductora que, por cierto, es una gran periodista de espectáculos, mandaba, por ejemplo, a una nota sobre los temores de Calderón y la producción pasaba un reportaje sobre sus maestros.
Mariana le pedía a Felipe que le adelantara algo al público de la gran sorpresa que tenía preparada para el 1 de febrero (la estación de radio por internet www.feliperadiofuturo.com), y el señor ni siquiera sabíÌa de lo que le estaba hablando.
Las llamadas del público se sentían superprefabricadas. Tanto que, hubo un instante, en que la animadora hasta tuvo que explicar por adelantado una llamada para que Felipe la pudiera contestar.
Y qué lástima porque la idea de enlazar al público con el candidato para que intercambien preguntas y respuesta no es nada mala. Claro, si fueran preguntas y respuestas espontáneas, de verdad.
En términos de producción, se nota que hay más gente y dinero atrás de Radio futuro que en La otra versión.
El estudio es bonito, hay mucho trabajo de edición electrónica y las cortinillas son espectaculares, pero fuera de eso, lo demás no funciona.
No hay manera de que un mexicano común y corriente haga contacto con Felipe Calderón mirando aquello. Él está pero no está, escucha pero no escucha y hay sutilezas que terminan por llevarnos al “sospechosismo”.
¿Qué cantidad de televidentes, de esos que no escuchan la radio, va a preferir a Calderón mirando esta emisión por Telefórmula, que es sólo un canal de paga?
¿Quién va a creer en don Felipe después de verlo copiar a López Obrador o, incluso, después de verlo imitar a Roberto Madrazo cayendo en las mismas remembranzas familiares tal y como lo hizo ayer en Radio futuro?
¿Cuál es la idea de utilizar un espacio propio en los medios electrónicos de comunicación para comparar al señor Calderón con Mister Increíble, el monito de la película Los increíbles? ¿Convertirlo en un candidato chistoso? ¿Hacerle la chamba a los caricaturistas?
En resumen, ¿cuál es la idea de Radio futuro? ¿Qué aporta? ¿De qué sirve? ¿Por qué? ¿Para qué?
Me permito responderle estas últimas 5 preguntas a Álvaro Cueva:
Nada. Nada. Para nada. Por desesperación. Para nada.
Lo más vaciado es que, como dice el peje, Fecal nisiquiera hace campaña. Da algunas conferencias de prensa y ya. En sus eventos pone videos. No tiene acercamiento con la gente y eso lo tiene desesperado al grado de que ya lo único que hace es insultar al peje para ver si así hace ruido en los medios.
Una sugerencia al peje: no pelar a Fecal y decir su clásico "amor y paz." Esto le va a purgar el intestino a Fecal, ya que no se va a poder colgar de la popularidad del peje por medio de sus bravuconadas si el peje lo manda al cuerno.
Y ni modo; el
señoritingo va a tener que hacer campaña. Y se le van a ir los acarreados y lo van a abuchear. Eso es precisamente lo que no quiere Fecal; que la gente se de cuenta de que por más que lo intenta, LA GENTE no le hace caso, mientras que el peje sigue congregando a miles de mexicanos en cada uno de sus mítines.
Una razón más para votar por el peje en el 2006.