Tengo motivos suficientes para sostener que nuestro país no podrá salir del atraso en que se encuentra, ni mucho menos frenar el empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos, si no cambiamos el actual régimen político de corrupción y privilegios, y llevamos a cabo una renovación tajante en todos los órdenes de la vida pública, dijo Andrés Manuel. (UNIVERSAL/Cuartoscuro) México necesita una transformación de las dimensiones del movimiento de Independencia, del movimiento de Reforma y de la trascendencia de la Revolución Mexicana. Sólo así podremos enfrentar los grandes y graves problemas nacionales. (Cuartoscuro) El Zócalo del D.F., tras la megamarcha por la Soberanía Alimentaria. (UNIVERSAL) 1. Aumento salarial de emergencia. En tan sólo dos meses del gobierno usurpador, en tan sólo dos meses del gobierno espurio, usurpador, mientras el salario mínimo aumentó un peso con 90 centavos al día, es decir, un raquítico 3.9 por ciento, los precios de la mayoría de los productos básicos han incrementado en un 26 por ciento en promedio. En consecuencia, es justo e impostergable recuperar, al menos, esta pérdida en el poder adquisitivo del salario. Hay que hacer valer el derecho constitucional a un salario justo y remunerador, que garantice a las familias de los trabajadores del campo y de la ciudad la satisfacción de sus necesidades básicas. 2. Debe implementarse, entre otras acciones, un programa de apoyo a los productores de alimentos básicos, mediante el establecimiento de precios de garantía o precios de referencia. Actualmente, la ley que impera es que el productor tiene que vender barato lo que produce y comprar caro todo lo que necesita. Nosotros tenemos que seguir apoyando a los productores nacionales ante la competencia desigual que están padeciendo por lo del Tratado de Libre Comercio. Vamos a seguir insistiendo en que se debe revisar el Tratado de Libre Comercio. Vamos a seguir apoyando a los productores nacionales, primero México y luego el extranjero. Vamos a seguir apoyando a todos los productores, ejidatarios, pequeños propietarios, pero, sobre todo, vamos apoyar a los campesinos más humildes y a los indígenas, queremos que coman los que nos dan de comer. 3. Tenemos que impedir, por todos los medios, que entre en vigor en el 2008, la cláusula del Tratado de Libre Comercio que permite la libre importación de maíz y de fríjol, lo cual significaría un golpe definitivo a 4 millones de familias campesinas. Si es necesario aquí nos vamos a volver a reunir, a congregar, para que no entre en vigor esa cláusula del Tratado del Libre Comercio. 4. Demandamos que se aplique un subsidio urgente para reducir el precio de la tortilla. Más allá de la concepción tecnocrática que sataniza los apoyos y los subsidios, mientras en el mundo se protege a los productores y a los consumidores, se debe poner por delante el derecho a la alimentación de todos los mexicanos. ¿Con qué cara se va a conmemorar un aniversario más de la proclamación, de la promulgación de la Constitución de 1917?, si se está violando flagrantemente el derecho que tiene el pueblo a un salario justo y el derecho del pueblo a la alimentación. ¡Al diablo con las hipocresías! 5. Debe aprobarse, de inmediato, la iniciativa de Ley sobre Precios Competitivos y contra los monopolios que presentamos en el Senado de la República.
Cimbró
* Andrés Manuel López Obrador, Presidente Legítimo de México, dijo a las docenas de miles de mexicanos concentrados en el Zócalo del D.F. que es urgente cambiar el actual régimen político de corrupción y privilegios y llevar al cabo una renovación tajante en todos los órdenes de la vida pública * Propone cinco acciones inmediatas: 1.- Aumento salarial de emergencia; 2.- Debe implementarse un programa de apoyo a los productores de alimentos básico; 3.- Tenemos que impedir por todos los medios que entre en vigor la cláusula del TLC que permite la libre importación de maíz y de fríjol; 4.- subsidio urgente para reducir el precio de la tortilla, y 5.- Aprobarse, de inmediato, la iniciativa de Ley sobre Precios Competitivos y contra los monopolios presentada en el Senado de la República
El país necesita, para que se entienda bien y se escuche lejos, una transformación de las dimensiones del movimiento de Independencia, del movimiento de Reforma y de la trascendencia de la Revolución Mexicana MEXICO, D.F., 31 de enero.- Palabras de Manuel López Obrador, Presidente Legítimo de México, al participar en la movilización por la defensa de la economía popular, en el zócalo de la ciudad de México: Gracias por esperar, gracias por su lealtad. No querían la derecha y algunos medios de comunicación que yo hablara en el Zócalo, pero aquí estamos. Muchas gracias. Inicio afirmando que tengo motivos suficientes para sostener que nuestro país no podrá salir del atraso en que se encuentra, ni mucho menos frenar el empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos, si no cambiamos el actual régimen político de corrupción y privilegios, y llevamos a cabo una renovación tajante en todos los órdenes de la vida pública. El país necesita, para que se entienda bien y se escuche lejos, una transformación de las dimensiones del movimiento de Independencia, del movimiento de Reforma y de la trascendencia de la Revolución Mexicana. Sólo así podremos enfrentar los grandes y graves problemas nacionales. Desde luego, en nuestro tiempo, esta gran transformación debe darse de manera pacífica y sin violencia, apoyada en una revolución de conciencias y en mucha organización ciudadana. Aunque parezca una utopía, este es el camino a seguir, y quiero expresar con todo realismo y objetividad, que hay condiciones inmejorables para llevar a cabo este cambio de fondo. ¿Por qué sostengo que esto es posible? Porque tenemos tres cosas fundamentales: en primer término, y eso es lo mero principal, hay millones de mujeres y hombres de buena voluntad, libres y conscientes, dispuestos a llevar a cabo esta indispensable transformación. Estoy recorriendo de nuevo el país y donde quiera que voy, hasta en el más aportado rincón de la Patria, encuentro gente que me dice "vamos adelante, no aflojemos, no claudiquemos", gente por todos lados, muy firme en sus convicciones. Mujeres y hombres que, incluso, nunca habían participado en política, que se fueron involucrando en el movimiento desde el desafuero y que terminaron por convencerse durante el proceso electoral, y que ahora no cambiarán por nada, su manera de pensar y de ser. Este es nuestro principal recurso. Nuestro tesoro. En segundo lugar, tenemos la suficiente autoridad moral para impulsar los cambios que requiere el país. A diferencia de la derecha y de sus aliados incondicionales o fortuitos, nosotros no hemos titubeado, ni hemos traicionado nuestros principios; y, en tercer lugar, es justa y necesaria la causa que postulamos y defendemos. Nadie puede negar, con un poco de luz en la frente, que debe cambiar la actual política económica, antipopular y entreguista, nadie puede decir, en honor a la verdad, que debemos seguir haciendo política con la corrupción de siempre. Y mucho menos nadie, que se precie de humanista, puede aceptar que siga imperando la desigualdad económica y social, esta monstruosa desigualdad económica y social que afecta, que golpea, que padece la mayoría de los mexicanos. Esa desigualdad social que ha llevado al extremo de que unos cuantos lo tienen todo y la mayoría carece hasta de lo más indispensable. Esa desigualdad social que ha cancelado, injustamente, el futuro de millones de mexicanos. Vamos a terminar con eso. En este marco debe entenderse esta manifestación en defensa de la economía popular. Es indispensable definir bien lo que queremos, para lograr nuestros propósitos, desde ahora, con la movilización ciudadana o para sostener esos propósitos y llevarlos a cabo cuando haya condiciones o triunfe, en definitiva, nuestro movimiento. ¿Qué proponemos? Es obvio que debemos insistir en cambiar la actual política económica. No sólo por razones ideológicas, sino porque sencillamente no ha funcionado: en 24 años de aplicación del modelo neoliberal en nuestro país, no ha habido ni crecimiento económico ni generación de empleos. Y la prueba más dramática, más dura, más dolorosa, es que cada año, medio millón de mexicanos se ven obligados a emigrar del país para buscar trabajo al otro lado de la frontera. En estas circunstancias, aunque estamos inmersos en una profunda crisis económica y de bienestar social, y son muchos los asuntos que debemos atender, considero urgente defender el salario, rescatar al campo del abandono en que se encuentra y apuntalar la endeble economía popular. De manera específica, propongo cinco acciones inmediatas: 1. Aumento salarial de emergencia, lo voy a razonar, lo voy a argumentar, en tan sólo dos meses del gobierno usurpador, en tan sólo dos meses del gobierno espurio, usurpador, mientras el salario mínimo aumentó un peso con 90 centavos al día, es decir, un raquítico 3.9 por ciento, los precios de la mayoría de los productos básicos han incrementado en un 26 por ciento en promedio. En consecuencia, es justo e impostergable recuperar, al menos, esta pérdida en el poder adquisitivo del salario. Hay que hacer valer el derecho constitucional a un salario justo y remunerador, que garantice a las familias de los trabajadores del campo y de la ciudad la satisfacción de sus necesidades básicas. 2. Debe implementarse, entre otras acciones, un programa de apoyo a los productores de alimentos básicos, mediante el establecimiento de precios de garantía o precios de referencia. Actualmente, la ley que impera es que el productor tiene que vender barato lo que produce y comprar caro todo lo que necesita. Nosotros tenemos que seguir apoyando a los productores nacionales ante la competencia desigual que están padeciendo por lo del Tratado de Libre Comercio. Vamos a seguir insistiendo en que se debe revisar el Tratado de Libre Comercio. Vamos a seguir apoyando a los productores nacionales, primero México y luego el extranjero. Vamos a seguir apoyando a todos los productores, ejidatarios, pequeños propietarios, pero, sobre todo, vamos apoyar a los campesinos más humildes y a los indígenas, queremos que coman los que nos dan de comer. 3. Y por eso mismo, tenemos que impedir, por todos los medios, que entre en vigor en el 2008, la cláusula del Tratado de Libre Comercio que permite la libre importación de maíz y de fríjol, lo cual significaría un golpe definitivo a 4 millones de familias campesinas. Si es necesario aquí nos vamos a volver a reunir, a congregar, para que no entre en vigor esa cláusula del Tratado del Libre Comercio. 4. Demandamos que se aplique un subsidio urgente para reducir el precio de la tortilla. Más allá de la concepción tecnocrática que sataniza los apoyos y los subsidios, mientras en el mundo se protege a los productores y a los consumidores, se debe poner por delante el derecho a la alimentación de todos los mexicanos. ¿Con qué cara se va a conmemorar un aniversario más de la proclamación, de la promulgación de la Constitución de 1917?, si se está violando flagrantemente el derecho que tiene el pueblo a un salario justo y el derecho del pueblo a la alimentación. ¡Al diablo con las hipocresías! 5. Debe aprobarse, de inmediato, la iniciativa de Ley sobre Precios Competitivos y contra los monopolios que presentamos en el Senado de la República. Con esta decisión política, los legisladores estarían beneficiando a millones de consumidores mexicanos, quienes obtendrían ahorros equivalentes a más del 10 por ciento de sus ingresos. Ya es tiempo de que los integrantes del Poder Legislativo dejen de actuar en la esfera de los poderosos y se conviertan en auténticos representantes del pueblo. Por razones de tiempo, no puedo explicar ni argumentar a detalle las características de esta propuesta. Pero mañana será presentada ampliamente a la opinión pública, por el Gabinete Económico del Gobierno Legítimo. Amigas y amigos: La derecha lo deshumaniza todo. Ya estamos viviendo las consecuencias de la imposición de un gobierno dominado por delincuentes de cuello blanco. Ellos sí son un peligro para México. Pero a pesar de todo, quiero expresar aquí, en la principal plaza pública de México, que estoy absolutamente convencido de que, más temprano que tarde, va a triunfar nuestra causa, la causa de la libertad, de la justicia y de la democracia. Y quienes conocen la historia de México saben muy bien que en nuestro país, la derecha sólo ha podido prevalecer transitoriamente. Y siempre con resistencia popular. El pueblo de México tiene alma colectiva, libertaria y progresista. ¡Que se escuche bien! Desde aquí decimos a los potentados: que no les va a salir su numerito, su fórmula de tratar de imponerse con un presidente pelele, y a través del control y la manipulación de los medios de comunicación y con la intimidación y la fuerza. Pueden seguir atacándonos los conductores de televisión y de radio; pueden seguir atacándonos los periodistas oficiosos, con honrosas excepciones; pueden seguir actuando como alcahuetes de la derecha; pueden seguir envileciéndose y haciendo el ridículo, pero no podrán ocultar la verdad y no podrán seguir engañando a la mayoría de los mexicanos. Al pueblo se le puede engañar una vez, dos veces, pero no se le puede engañar toda la vida. Hablando de la fórmula que aplican, que consiste en manipulación e intimidación, piensan que van a poder imponerse manipulando, y piensan que van a poder también imponerse intimidando y usando la fuerza. Aquí aprovecho, precisamente, para expresar de nuevo mi solidaridad con el pueblo de Oaxaca, exigir la libertad de los ciudadanos de ese estado que permanecen injustamente encarcelados, y el castigo a los que deben estar en la cárcel, a los responsables de los asesinatos, de las violaciones, a los responsables de la represión en Oaxaca, empezando por la destitución inmediata de ese gobernador nefasto Ulises Ruiz. Amigas y amigos: Mantengamos con firmeza nuestras convicciones. Hoy, más que nunca, hay que actuar con perseverancia, con terquedad en la defensa de nuestros principios y de nuestros ideales. Debemos inspirarnos en la inquebrantable fe, que siempre tuvo en el triunfo ese presidente ejemplar: Benito Juárez García. En esta ocasión, quiero recordar esa anécdota de cuando Juárez y su gabinete estaban esperando noticias de una batalla que libraban los liberales contra los conservadores. Al llegar el parte militar, Juárez lo leyó y, aunque las fuerzas liberales habían perdido esa batalla, se volteó y dijo a los miembros de su gabinete: "Señores, les informo que sólo le han quitado una pluma a nuestro gallo". Esta lucha no es de un día, nos puede llevar tiempo, pero vale la pena porque es muy trascendente la causa que estamos defendiendo; si ya iniciamos la construcción de una Nueva República, vamos a hacerlo bien, que se construyan buenos cimientos. Vamos a establecer nuevas condiciones en lo económico, en lo social, en lo político, en lo cultural y en lo espiritual, por nosotros y por los que vienen detrás de nosotros, por nuestros hijos. Ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso. Repito, atendamos el ejemplo de Juárez y de los liberales, quienes nunca perdieron la fe en el triunfo y al final consumaron la obra, restauraron la República y se logró la segunda Independencia de México. Hay que seguir adelante porque está en juego la transformación del país, está de por medio, repito, el futuro de las nuevas generaciones. Cumplamos cada cual con nuestra tarea, porque me preguntan mucho sobre en qué se puede ayudar, cumplamos con nuestra tarea, dondequiera que se esté, se puede contribuir, se puede apoyar la causa. Tenemos que convencer, por ejemplo, a más gente, a vecinos, a familiares, a amigos y a compañeros de trabajo, inclusive hay que convencer a quienes fueron engañados con la guerra sucia, hacerles ver que sólo con este movimiento habrá Patria, seguridad, bienestar y futuro para todos. Hay que argumentar, también, y debatir en los medios de comunicación, no hacernos a un lado, porque la libertad no se implora, sino se conquista. Tenemos que hablar a programas de radio, enviar correos a las televisoras, mandar cartas a los periódicos defendiendo nuestros puntos de vista. Hagamos valer el derecho a la información. Estemos atentos porque así como estamos ahora, congregados defendiendo la economía popular, mañana posiblemente, en el futuro, tengamos la necesidad de volver a movilizarnos para que no se abandone por completo la educación pública; vamos a defender la educación pública gratuita, de calidad en todos los niveles escolares; vamos a defender que no falte el presupuesto a las universidades públicas, no queremos que la educación se convierta en un privilegio, la educación es un derecho de nuestro pueblo. Podemos también llamar para no permitir, y hay que estar muy atentos, la privatización de la seguridad social. Tenemos que defender las instituciones de seguridad social. Debemos, de manera muy especial, defender la industria eléctrica y el petróleo. No permitir la privatización en ninguna de las modalidades de la industria eléctrica y del petróleo. Ahí anda Labastida Ochoa, coordinador de la Comisión de Energéticos, del PRI, en el Senado, muy afanosito haciéndole el trabajo sucio a la derecha, diciendo que van a permitir que haya inversión privada, nacional y extranjera en PEMEX. Desde aquí les decimos: No vamos a permitir que se privatice la industria eléctrica y el petróleo. La Patria no se vende, la Patria se defiende. También, tengamos en cuenta que aquí nos vamos a volver a encontrar del 21 al 24 de marzo para llevar a cabo la Convención Nacional Democrática. Muchas gracias por su participación en este acto. Muchas gracias de todo corazón. Muchas gracias por su generosidad porque han decidido quedarse o venir a escucharme. Y como decía el presidente Juárez, con mucho optimismo, porque el futuro es nuestro: "Vamos a rescatar a México como se pueda, con lo que se pueda y hasta donde se pueda". ¡Viva la nueva República! ¡Viva México!. jueves, 01 de febrero de 2007 | Docenas de miles de sindicalistas, campesinos y activistas marcharon ayer por calles del centro de la capital en protesta por el incremento de precios de productos básicos como la tortilla, en la primera movilización que enfrenta el espurio Felipe Calderón. (AFP) “¡Sin maíz no hay país”, “¡Viva la tortilla, muera el PAN!”, las consignas en la megamarcha encabezada por el Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador. (UNIVERSAL/Cuartoscuro/NTX) Además del D.F., miles de personas afiliadas a sindicatos, partidos políticos y organizaciones no gubernamentales (ONG), así como de la sociedad civil en general, también marcharon en ciudades de 10 Estados en repudio a los recientes aumentos en los precios de productos de la canasta básica. (AFP) Docenas de miles de mexicanos marchan en repudio al alza en los productos básicos / Manifestaciones en otras ciudades del país / “¡Sin maíz no hay país!”, “¡Viva la tortilla, muera el PAN!”, el coro unánime MEXICO, D.F., 31 de enero (AP/APRO/LA JORNADA).- Docenas de miles de sindicalistas, campesinos y activistas marcharon el miércoles por calles del centro de la capital en protesta por el incremento de precios de productos básicos como la tortilla, en la primera movilización que enfrenta el espurio Felipe Calderón. Desde al menos tres puntos distintos de la capital, los manifestantes comenzaron a movilizarse rumbo a la plaza del Zócalo en el centro de la ciudad para demandar un incremento salarial de emergencia y que el gobierno de Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), asuma políticas de control de precios. “¡Sin maíz no hay país!”, “Por una programa emergente de maíz”, se leía en varias de las pancartas que los manifestantes alzaban durante su trayecto por Reforma, una de las principales avenidas de la ciudad. Algunos portaban imágenes con la fotografía de Andrés Manuel López Obrador, Presidente Legítimo de México. “¡Viva la tortilla, muera el PAN!”, se leía en otras en referencia a las siglas del Partido Acción Nacional, en el que milita Calderón. Los primeros días de enero, el precio de la tortilla de maíz aumentó de 50 a 90 centavos de dólar por kilo. Al aumento de la tortilla le siguió el del huevo y productores agropecuarios han dicho que en caso de que no se contenga el precio del maíz, se incrementarán los precios de otros productos como la carne. “Se nos dijo que iba a mejorar nuestra situación y yo no lo veo... ahora hay que comprar menos y comer menos'', comentó Cristina Tenango, una ama de casa de 66 años del estado de Morelos, al sur de la capital, que aseguró que antes del incremento de la tortilla compraba alrededor de 1.5 kilos diarios y ahora sólo un kilogramo. Las autoridades atribuyeron el incremento de la tortilla al aumento en la demanda del grano en el mercado internacional, sobre todo para la obtención de etanol; pero la oposición y grupos sociales han señalado que la verdadera razón es que empresas productoras de harina de maíz lo acapararon y provocaron una especulación con el precio. Las organizaciones sindicales y campesinas también se quejan del reducido incremento al salario mínimo para 2007, que fue de 3,9% para quedar en 48,88 pesos diarios (unos 4.43 dólares). Así, en lo que fue la primera megamanifestación en contra de las acciones del gobierno del ilegítimo Felipe Calderón, docenas de miles de personas marcharon esta tarde en repudio al alza de precios en los productos básicos. Más de 50 organizaciones -campesinas, sindicales, civiles y políticas- firmaron la denominada "Declaración del Zócalo", en la que fijaron su posición respecto del incremento en los precios de los productos básicos, y plantearon la creación de un "nuevo pacto social" para redefinir el rumbo económico, político y laboral del país. El documento plantea reformas sociales y del Estado como una tarea fundamental, así como la creación de un "nuevo pacto social incluyente", porque "nadie, ni aun los que afirman haber ganado las elecciones, tienen derecho al monopolio de las decisiones públicas". Ese "nuevo pacto", indica la declaración, estaría encaminado a modificar la política económica; garantizar la inclusión social, la equidad, la competitividad internacional, el empleo y la alimentación de los mexicanos, así como "el control y la administración eficiente de la nación sobre sus bienes básicos y estratégicos". Señala: "La nueva política social deberá apoyar las capacidades productivas y organizativas de los diversos sectores sociales. Pondrá en el centro a la educación laica, gratuita y de calidad, así como la seguridad social. Este nuevo pacto incluye cambios en el ámbito electoral y en el régimen político para dar seguridad a la ciudadanía sobre el resultado de su voto, para promover la democracia, democratizar el mundo del trabajo evitando la injerencia gubernamental en su vida interna". Todo, apunta, deberá incluirse en un Plan Nacional de Desarrollo, que será dado a conocer a la sociedad, no sólo a las élites. Las organizaciones firmantes, entre las que figuran sindicatos y organizaciones campesinas priistas, establecieron cinco condiciones inmediatas para crear ese nuevo pacto: Hacer del campo la prioridad, actualizando el Acuerdo Nacional para el Campo; renegociar el capítulo agropecuario del TLC; frenar el aumento de los productos básicos; generar empleos formales con salarios dignos para reactivar el mercado interno; crear espacios institucionales para que los sectores sociales participen en políticas públicas, y que el gobierno se comprometa a detener la represión contra movimientos sociales y respetar los derechos humanos. "Nuestras demandas son claras y viables. Este acto no es sino el inicio de la respuesta social al deterioro de la vida pública. Continuaremos articulando las diversas expresiones sociales, vinculando la protesta con la propuesta, el diálogo con la movilización, la palabra con la acción", señalan. Las organizaciones firmantes, entre las que figuran la Unión Nacional de Trabajadores, agrupaciones perredistas como Nueva Izquierda; la Unión Nacional de Organizaciones Campesinas Autónomas; tranviarios, y la Unidad Sindical del IMSS, entre otras, llamaron a la sociedad a expresarse, discutir, construir una amplia unidad social para impulsar reformas y solidarizarse con movimientos sociales. "Hoy demandamos la soberanía nacional, tanto la alimentaria como la energética, la defensa del salario y del empleo. Estos son los primeros pasos para construir un acuerdo nacional que se transforme en un nuevo pacto social que a todos beneficie", afirman. El acto se realizó antes del mensaje que hizo el llamado Presidente Legítimo Andrés Manuel López Obrador, quien salió del templete alterno colocado en el zócalo para ese fin, ante la discrepancia con organizaciones campesinas priistas y laborales, además de los perredistas sobre quién sería el orador en la manifestación. El documento define nueve puntos para el inicio de "una nueva etapa de lucha", pues ya quedó en evidencia que el modelo económico actual no es viable "y hoy está en crisis". No se generan empleos; el salario está deteriorado; es evidente la falta de competitividad internacional y la pérdida de la soberanía alimentaria. Recrimina que, mientras otros países buscan revertir los daños de la política neoliberal, México se está quedando a la zaga, e insiste en aplicar un modelo económico ineficiente, inequitativo y discriminatorio. "No se puede continuar con una política que, ante nuevos problemas, responde con las recetas desreguladoras y privatizadoras que implican menor capacidad del Estado para cumplir con sus obligaciones y mayor subsidio a los capitales ineficientes", afirma. Y censura que la represión sea la respuesta gubernamental a los movimientos sociales -como Atenco y Oaxaca--, surgidos a raíz de la descomposición social. "Necesitamos que prevalezca el respeto a los derechos humanos ante cualquier decisión política y la negociación ante el uso de la fuerza. Frente a la política excluyente y represora, habrá que oponer la defensa integral de nuestros derechos y de nuestras libertades", añade. Mientras, miles de personas afiliadas a sindicatos, partidos políticos y organizaciones no gubernamentales (ONG), así como de la sociedad civil en general, marcharon en ciudades de 10 Estados en repudio a los recientes aumentos en los precios de productos de la canasta básica, y al alto costo de servicios de primera necesidad como combustible y energía eléctrica. Entre las manifestaciones más nutridas destacó la realizada en Morelia, Michoacán, en la cual participaron al menos 10 mil personas. La marcha de Morelia, que incluyó a 48 organizaciones sociales, partió de cuatro puntos: el Parque Juárez, el Crucero Salida a Charo, el Tecnológico de Morelia y la colonia Tres Puentes. En la movilización participaron sindicatos miembros de la Asociación de Trabajadores del Estado de Michoacán, la sección 18 de la Coordinadora de Trabajadores de la Educación, y el Sindicato de Trabajadores del Colegio de Bachilleres, entre otros organismos gremiales. También acudieron ONG como el Foro Social Michoacano, El Barzón, la Unión Agrícola Estatal y Nación Purépecha Zapatista; hubo representantes de comunidades, amas de casa, estudiantes y padres de familia. Asimismo, marcharon integrantes de la Convención Nacional Democrática, quienes demostraron su apoyo al Presidente Legítimo, Andrés Manuel López Obrador. Las demandas planteadas en Morelia, repetidas con variantes en otros puntos de la geografía mexicana, incluyeron incremento al salario, generación de empleos, defensa del agro, la no militarización del país, la libertad de presos políticos, y se expresó rechazo a los incrementos en carne, tortilla, maíz, leche, azúcar, y en los servicios de educación, electricidad, agua y transporte. En Chilpancingo, Guerrero, poco más de 3 mil personas se manifestaron en dos actos separados. Primero, poco más de 2 mil militantes del PRD marcharon hasta el palacio de gobierno. El presidente estatal del sol azteca, Sebastián de la Rosa Peláez, dijo que la movilización fue en rechazo a la política económica "implementada por el usurpador gobierno de Felipe Calderón Hinojosa". En tanto, cerca de mil sindicalizados, integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores, se plantaron en el zócalo de Chilpancingo. Unas 2 mil personas marcharon por Monterrey, Nuevo León, incluyendo a integrantes del Comité Estatal de Resistencia, que apoyan la causa de López Obrador, trabajadores de los sindicatos de telefonistas, del Seguro Social, del Nacional Monte de Piedad, la Federación de Organizaciones Sindicales de México, de la Central Campesina Cardenista, Confederación Independiente de Obreros y Campesinos, entre otras agrupaciones sindicales y civiles. La movilización en Tepic, Nayarit, incluyó a casi 2 mil personas que protestaron "contra la escalada de precios, y la ineptitud del gobierno federal para detener la explotación que los grandes acaparadores están haciendo contra el pueblo", como definió el dirigente local del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, Armando Bañuelos Castañeda. En Coatzacoalcos, Veracruz, donde marcharon casi mil obreros y sindicalistas, destacó la presencia de mujeres. Menos nutrida fue la manifestación en la capital de Querétaro, en la cual participaron unas 500 personas con pancartas con frases como "por el blindaje a los básicos en los alimentos de primera necesidad" y "alto al aumento a la canasta básica". La marcha en Culiacán, Sinaloa, incluyó a unos 200 militantes del PRD y miembros de las redes ciudadanas, quienes caminaron haciendo sonar cacerolas y sartenes, además que distribuyeron entre la ciudadanía volantes y calcomanías con la leyenda "suben precios de leche, gasolina y tortillas, a mí no me echen la culpa, yo no voté por el PAN". En la misma entidad hubo marchas en Ahome, Mazatlán y Salvador Alvarado. |
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