Consideraciones para la Defensa del Petróleo Mexicano
Por David Escobar Hernández.
El petróleo, ha desempeñado un rol primordial al través de la historia reciente, ya que, además de ser uno de los productos que ---junto con el carbón y el gas natural--- han contribuido a la configuración de la era moderna, a través de los avances de naturaleza comercial, política, económica y social de las naciones; han sido recursos clave para el crecimiento sostenido de la economía mundial; además de sustentar nuestra forma de vida y los modelos socioeconómicos vigentes en el mundo.
Pero la centralidad que ha adquirido el petróleo hoy en día, obedece fundamentalmente a que sigue siendo la principal fuente de energía en el mundo, lo que le otorga un rol de carácter estratégico, por ser factor de desarrollo económico y elemento clave para sustentar el potencial militar de los países; en virtud de estas cualidades, en torno a las fuentes de hidrocarburo se ha configurado un complejo ajedrez de potencias económicas, que disputan su predominio mundial.
Luego entonces, partiendo de estas ideas, bien valdría la pena preguntarse ¿por qué desde el 2001 el control geoestratégicos de los recursos naturales fundamentales (petróleo, sistemas acuíferos, minerales, etc.) viene a definir la nueva geografía de las guerras de conquista y de posicionamiento, principalmente de los estados Unidos?
1°) porque a nivel mundial, las reservas totales al ritmo de producción del 2001 se agotarían en las próximas cinco décadas, lo que es un elemento a tomar en consideración por parte de las naciones que quieren prevalecer como potencias mundiales. 2°) más del 57% de la producción mundial de petróleo bruto se comercializa internacionalmente, los principales importadores son los países ricos entre los cuales EE.UU. ocupa el primer lugar, quien además, cuenta con reservas, según los niveles de producción del 2001, por alrededor de 13.5 años, lo que es un punto vulnerable para mantener su hegemonía mundial. 3°) Estados Unidos, en el año 2001 sólo contaba con el 2.9% de las reservas mundiales ---los países de la OPEP contaban con el 78% de las reservas planetarias---, producía 9.8% de la producción mundial y consumía el 26% del consumo de todo el planeta. 4°) los Estados Unidos mantienen un fuerte déficit petrolero, ya que, consumen 2.5 veces los niveles de su propia producción, lo que hace que tenga que importar alrededor de 12 millones de barriles diarios, acentuando con esto, su dependencia de los países productores de hidrocarburos.
Estos simples datos muestran pálidamente la crisis energética que procesa los Estados Unidos, la que a su vez, se articula con otras debilidades económicas, tales como: la deuda nacional de EE.UU., que excede los 8 trillones de dólares; el déficit comercial de más de 600 mil millones de dólares anuales; la dependencia cada vez mayor de la mano de obra inmigrante (los latinos son el 13% de la fuerza de trabajo en E.U.A.). Estas debilidades en conjunto, aunado al estancamiento militar que tienen en Irak por un lado, y por otro lado, al sobreprecio que tiene que cubrir Norteamérica por el barril de petróleo en alrededor de 300 dólares (100 dólares del precio en el mercado, más 200 por gastos de su aparato militar en el Medio Oriente que garantizan su abasto desde esa región), hacen que sus centros de poder focalicen otras regiones del mundo para cubrir sus requerimientos de energéticos y sus posicionamiento geoestratégico y geopolítico.
Por lo tanto y de cara a los cambios que se vienen instalando en Centro y Sudamérica, aunado a las frustraciones en Irak y la geopolítica impulsada en Medio Oriente, los E.U.A. han orientado su mira hacia América Latina, por recursos naturales (gas, petróleo, uranio, agua, etc.), mano de obra barata y mercados para sus producciones. No olvidemos que la biodiversidad se ha convertido en un factor clave del futuro. De aquí que la Amazonia ---la zona más rica en biodiversidad del mundo---, seguida de la franja de América Central, sean regiones de suma prioridad para imponer el Plan Colombia y el Plan Puebla-Panamá.
En esta reorientación de objetivos norteamericana, se encuentran en la mira países como Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Perú y Venezuela. Sin embargo, habrá que decirlo, la situación más explosiva se encuentra en la Cuenca del Caribe, por los yacimientos petrolíferos en zonas marítimas donde ejercen jurisdicción Cuba, México y los propios EE.UU. Por lo tanto, nuestro continente se encuentra bajo los intereses norteamericanos, tanto por su proximidad geográfica como por sus reservas energéticas; no olvidemos que Venezuela, México y Colombia ocupan la tercera, cuarta y séptima posición respectivamente como proveedores de petróleo a Estados Unidos. Esto hace que nuestro continente sea su próxima plataforma de guerra, para lo cual México es clave, ya que nuestro país mantiene la ortodoxia y el continuismo neoliberal, además de ser el ariete de la política norteamericana en Latinoamérica.
En este contexto, México pasa a formar parte de la égida geopolítica de los norteamericanos, en virtud de que poseemos yacimientos de uranio, gas natural, petróleo, agua y biodiversidad, además de ser en América Latina el segundo país en población, el tercer lugar en extensión territorial y ser frontera latinoamericana con los EE.UU., lo que nos hace ser un territorio estratégico para su seguridad y viabilidad en el futuro.
De ahí que se busque obtener de nuestro país el suministro de energía y recursos estratégicos, específicamente el petróleo. Una de sus rutas es a través del Banco Mundial, que mediante sus recomendaciones se sigue acentuando la transferencia de la renta petrolera nacional a manos privadas, principalmente extranjeras y en atención a ello, se continúa impulsando la privatización de PEMEX, que es la empresa más rentable del país y que posibilitó detonar nuestro desarrollo y bienestar social.
Los mecanismos que se han venido implementando son: a) manteniendo sus ganancias a niveles bajos, subsidiando a la economía y permitiendo altos gastos sociales; b) disminuyendo drásticamente la inversión en mantenimiento y expansión; c) desintegrando prácticamente los presupuestos orientados a la petroquímica; d) desarticulando a PEMEX en cuatro subsidiarias que compiten consigo mismas (Exploración y Producción, Refinación, Gas y Petroquímica Básica y, Petroquímica); e) propiciando la descoordinación de sus funciones principales; f) soportando altas cargas impositivas y; g) convirtiéndola en la empresa petrolera más endeudada del mundo.
El conjunto de estas medidas se traducen en una desinversión sistemática en el mantenimiento, la expansión, la exploración y la perforación, aunado a una sobreexplotación de los recursos y en el devastador acatamiento de las exigencias de la Comisión de Intercambio de EE.UU. A pesar de ello, PEMEX es la tercera empresa productora del mundo, ocupa el sétimo lugar en ventas mundiales, es la empresa que paga en el país más impuestos que todas las empresas privadas juntas, coloca al país como el sexto productor mundial.
Con estas medidas nos ubicamos en un escenario peligroso de cara al futuro, ya que, se está impulsando el despojo de la principal riqueza de los mexicanos y la nación, en beneficios de los intereses Norteamericanos y de transnacionales; para evitarlo, se requiere desplegar una batalla histórica en el país, una lucha antiimperialista que permita articular y desplegar otras luchas importantes, como el cambio de modelo económico; la defensa de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos; la defensa de la Soberanía Popular , Política, Económica y Alimentaria; la lucha contra el Golpe de Estado “Constitucional” y el reemplazo del grupo usurpador de los poderes públicos de México.
Estamos frente a una batalla del destino geopolítico del país, valga decir, incursionaremos en una lucha patriótica por la segunda independencia de México. La Nación lo merece y nuestros hijos con mucha mayor razón.