Un editorialista mas de Milenio Diario, Agustín Granados, tuvo el valor para hablar sobre el tema de la censura en el DF. El ángulo que Granados le da, no obstante, tiene que ver con una crítica a Joel Ortega, secretario de seguridad pública del DF, en la que básicamente argumenta que la razón por la que Joel Ortega accedió a ser parte de la censura que instigó el PAN y la ultra-derecha (valga la redundancia) es por que anda en busca de hueso. Chequen la columna de Agustín Granados en Milenio:
Campaña moralizante
Joel Ortega, secretario de Seguridad Pública, del DF, jefe de la Policía, pues, ha decidido iniciar una campaña en búsqueda, pensamos, de un cargo que le permita 6 años más de seguridad presupuestal. Lo que no es extraño, lo raro es el contenido de dicha campaña.
Joel Ortega ha decidido moralizar a la ciudad decomisando el material pornográfico que se vende en las calles y que según su entender afecta a los menores de edad y genera malestar en la sociedad, el secretario Ortega no ha explicado como detectó a los menores de edad afectados, ni que sector de la sociedad le manifestó su malestar.
Pragmático, como es, Ortega se reunió con dirigentes de la Unión de Voceadores y Expendedores de los periódicos de México, con los cuales firmó un convenio que tiene por objeto inhibir la exhibición de pornografía en los puestos de periódicos y revistas cercanos a los centros educativos y puntos de reunión infantil. Y para no ir muy lejos, el martes pasado, realizaron un decomiso en el Eje Central entre 16 de Septiembre y República de El Salvador.
El ingeniero Ortega dijo que pronto estos decomisos de material pornográfico serán extensivos a los tianguis y puestos ambulantes acusando a sus vendedores de piratería pornográfica. La medida, siguió diciendo Ortega, no sólo obedece a una cuestión de índole moral, sino hasta de buen gusto, porque ya hemos llegado al límite, sobre todo porque ya nos han enviado cartas de protesta algunas organizaciones de padres de familia y escuelas.
Al parecer el sustento jurídico de ésta cruzada a favor de nuestra moral lo aporta la señorita Leticia Bonifaz, coordinadora de Programas Especiales de la SSP, quién afirma que el convenio se fundamenta en los artículos 19 y 21 de la Ley de los Derechos de las Niñas y los Niños, que establece que los menores deben ser protegidos contra actos u omisiones que puedan afectar su salud física o mental, su normal desarrollo o su derecho a la educación.
¿Habrán leído, estos dos funcionarios, alguna vez, la Constitución? ¿Sabrán que lo que quieren normar es materia federal? ¿Conocerán alguno de los históricos debates, que para intentar dilucidar que es la pornografía, se han realizado? ¿Tendrán noticias de un editor llamado Larry Flyn?
Como el que no sabe no se complica, Joel Ortega no se puso a investigar si nuestras leyes autorizan la difusión de ciertos temas, aunque desde su punto de vista sean pornográficos o de mal gusto, él se acercó a los voceadores, los “emboletó” en un convenio y se puso a recoger pasquines y Dvds, a lo largo de San Juan de Letrán.
Yo creo que el funcionario está convencido de lo útil, y sobre todo lo moral de su campaña, ya era el colmo, dice él, sólo que en las democracias los ciudadanos tienen derecho a llegar hasta el colmo, en lo que la ley les permite y lo último que necesitamos es un padrastro, que con mano dura, se dedique a vigilarnos las lecturas.
Joel Ortega tiene derecho a iniciar una campaña, a lo que no tiene derecho es a decir que material de lectura puede o no circular, la población ya se está cansando de los perredistas, que preocupados por lo que creen justo hacen a un lado las leyes.
UNA observación UNA y UN comentario UN al respecto:
Observación: Se equivocó Agustín Granados al escribir el nombre del editor y director general de la revista Hustler. Su nombre no es "Larry Flyn" sino Larry Flint. Quienes hayan visto la película The People Versus Larry Flint saben que Flint es un pornógrafo que ha tenido serios problemas con el gobierno de Estados Unidos por dedicarse a publicar una revista pornográfica; que quedó paralítico tras un atentado de asesinato por mezclar política y pornografía en su revista; que fué a la cárcel en varias ocaciones por negarse a divulgar las fuentes de los contenidos políticos de su revista; y que finalmente ganó un juicio ante la suprema corte de justicia de Estados Unidos en el que se le acusaba de difamación, pero que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos determinó que el contenido de su revista, aunque relatara como tenían sexo en una letrina un tele-evangelista y su madre (la del tele-evangelista)--era simple y sencillamente libre expresión y sátira política.
Comentarios: Dice Agustín Granados que Joel Ortega "no ha explicado como detectó a los menores de edad afectados, ni que sector de la sociedad le manifestó su malestar." Cierto. Pero en realidad en este asunto Joel Ortega es uno de varios eslabones en una cadena que inicia con la diputada de la ALDF Gabriela Cuevas, quien hizo pancho en la ALDF--como documentamos en este blog--para satanizar a las revistas porno en los puestos de periódicos. Pero el argumento de que era dañino para los niños no es de ella, o de lo contrario ya hubiera dicho algo al respecto desde hace mucho tiempo. No; el argumento anti-porno en eras de la salvación infantil viene de la Unión Nacional de Padres de Familia, un grupo de ultra-derecha religiosa que pretende imponer criterios religiosos como materia de ley y como regla de conducta en todo el país.
La teoría que yo tengo al respecto de este asunto es que como a Gabriela Cuevas se le va a acabar la curul en un año, desde ahora está tratando de hacer puntos con la base conservadora del PAN (el yunque, La UNPF, pues), y como el reparto de diputaciones federales uni y plurinominales se está dando en estas fechas, pues es ahora cuando a Gabriela Cuevas le convenía armar un escandalito de este tamaño para poder conservar su hueso, o pedir uno mas jugoso en San Lázaro. No duden que si Gabriela Cuevas hace campaña electoral, censurar a la pornografía en todo el país va a ser una de sus cantaletas mas socorridas.
Lo que si es verdad, y Granados hace bien en señarlo, es que Gabriela Cuevas no hubiera podido llegar ni a la esquina si el GDF no lo hubiera permitido. Si creo factible que Joel Ortega esté buscando hueso, pero no creo que el asunto sea especificamente suyo. Aquí también estuvo de acuerdo Alejandro Encinas, y NADIE en el GDF se opuso o dijo comentario alguno en contra. Sabían en el GDF que si ELLOS perpetraban un acto de censura, nadie les iba a decir nada. La derecha por que aprueba esa censura de todos modos. Y la izquierda por temor a que les quiten la publicidad o a restarle popularidad al peje.
Es una tristeza de verdad que el PRD se haya prestado para esto. Si el PRD simple y sencillamente hubiera tirado al león a Gabriela Cuevas, nada hubiera pasado. Los medios se hubieran pitorreado de Cuevas y su mochería, y el GDF con decir "amor y paz" la hubiera librado.