VIOLARA GARANTIAS Y DERECHO DE TRANSITO,LO UNICO QUE SE LES OCURRE A LOS FASCISTAS DEL GOBIERNO:
Prohíbe PFP tránsito hacia Oaxaca
Del Universal:
Los elementos antimotines que llegaron a reforzar este punto están provistos de máscaras antigases
Alejandro Torres y David Aponte/enviados
El Universal
Oaxaca, Oaxaca
Domingo 29 de octubre de 2006
09:29 La Policía Federal Preventiva (PFP) reforzó su presencia en la carretera internacional que comunica a la ciudad de Oaxaca, en el punto conocido como la corona de Santiaguito Etla, en dónde acaban de llegar más elementos de las fuerzas federales de apoyo.
A partir de las 9:15 ya no permiten el tránsito de vehículos ni de personas, inclusive a los habitantes de la zona se les ha impedido transitar.
Los elementos antimotines que llegaron a reforzar este punto están provistos de máscaras antigases.
Los más de 100 elementos antimotines de la Policía Federal Preventiva que se encuentran de la primera línea no portan armas de fuego, tan sólo sus escudos y toletes, sin embargo otros elementos antimotines detrás de ellos si portan armas largas, mientras que otros están provistos de equipos para lanzar gas lacrimógeno.
Alista PFP tanquetas para ingresar al centro de Oaxaca
Los vehículos antimotines están equipados para remover obstáculos, así como para lanzar chorros de agua a presión
Alejandro Torres y Jorge Octavio Ochoa/ enviados
El Universal
Oaxaca, Oaxaca
Domingo 29 de octubre de 2006
08:34 La Policía Federal Preventiva (PFP) colocó siete tanquetas antimotines en primera línea de su avanzada en el punto conocido como la corona de Santiaguito Etla, sobre la carretera internacional que conduce a la ciudad de Oaxaca.
Dichas tanquetas se encuentran detrás de una línea que forman unos 100 elementos tan sólo en la primera línea, pero atrás hay más fuerzas federales antimotines provistos de escudos toletes y equipo de protección como cascos y protectores de rodillas.
Las tanquetas están equipadas para remover obstáculos, así como para lanzar chorros de agua a presión.
En este momento por lo menos dos pipas de agua llenan los tanques de los vehículos antimotines.
Cabe destacar que la Policía Federal Preventiva permite el ingreso de vehículo hacia la ciudad de Oaxaca pero no la salida.
Realizan sobrevuelos helicópteros de la PFP
Nota original:
Alejandro Torres y Jorge Octavio Ochoa/ enviados
El Universal
Oaxaca, Oaxaca
Domingo 29 de octubre de 2006
10:55 Helicópteros de la Policía Federal Preventiva sobrevuelan la posición que mantienen los policías antimotines sobre la carretera internacional en el punto conocido como la corona de Santiaguito Etla.
Dos aeronaves de la PFP sobrevolaron la zona mientras gente del pueblo ondea banderas blancas y sus cartulinas en las que repudian la presencia de la policía federal.
Poco después de las 10:30 horas, uno de los helicópteros que había aterrizado en este punto se elevó y empezó a sobrevolar el área mientras que otras dos aeronaves también sobrevolaron el área.
A las 10:40 uno de los helicópteros volvió a aterrizar en esta zona en donde se encuentra la policía federal.
Denuncia APPO camión lleno de encapuchados
Nota original:
Alejandro Suverza
El Universal
Oaxaca, Oaxaca
Domingo 29 de octubre de 2006
10:48 La APPO denuncia un camión con un grupo de encapuchados que está circulando por los alrededores de la ciudad y pide a sus compañeros que informen sobre esto y que no lo dejen pasar porque no pertenece a la movilización.
Decenas de maestros comienzan a llegar para sumarse a sus compañeros, “ese apoyo sí se ve” es lo que dicen.
Uno de los líderes principales, Flavio Sosa, informó que está reunido con la dirigencia y que no está visible.
Y DEL REFORMA:
Bloquea PFP acceso a Oaxaca
Nota original:
Mientras un helicóptero sobrevuela la zona, una veintena de tanquetas de agua son transportadas en tráilers
Benito Jiménez
Oaxaca, México (29 octubre 2006).- Elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) bloquean la mañana de este domingo la autopista México-Oaxaca, en el tramo Huitzo Viguera, en espera de las acciones a seguir por el conflicto con la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO).
En aproximadamente tres kilómetros sobre la vía hacen base los elementos de la PFP que preparan sus equipos antimotines.
En tráilers con plataforma transportan una veintena de tanquetas de agua, color gris, con disparadores de líquido al frente.
En tanto un helicóptero de la corporación sobrevuela la zona.
Un mando de la PFP, quien prefirió no dar su nombre, indicó que el establecimiento de las fuerzas preventivas no tiene límite y que permanecerán hasta las órdenes de sus superiores.
Los vehículos que alcanzaron a ingresar por la caseta de Huitzo son regresados en sentido contrario por la autopista.
Elementos federales, división Caminos, se reagrupan en el sector 081 de la PFP donde también se puede observar un camión de la Agencia Federal de Investigación.
Amanece desierto campamento del Zócalo de Oaxaca
El campamento que mantienen la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) y la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en el Zócalo oaxaqueño amaneció este domingo prácticamente vacío.
En la plaza central sólo están unos 10 activistas, quienes caminan por el área y hablan por teléfono presuntamente con personas de otras barricadas, a quienes les preguntan sobre la posible intervención de la Policía Federal Preventiva.
Aún permanecen las lonas, mantas y barricadas en el Zócalo.
La mesa central de este campamento está vacía, lo que no se había registrado desde que iniciara el movimiento, hace más de cinco meses.
Asimismo, las bocinas que alertaban sobre la situación de las demás barricadas tampoco están. Todo es silencio.
Algunos restaurantes que rodean al Zócalo reabrieron sus puertas luego de dos días de haber suspendido su servicio.
Meseros y ciudadanos cruzan el campamento, en tanto se escuchan las explosiones de cohetones a lo lejos.
Miguel Ángel Granados Chapa
¿Cuántos muertos vale Ulises?
Nota original:
Desde junio el gobierno oaxaqueño ha pedido la intervención del federal pero sólo ahora éste ha resuelto atender la solicitud. No es claro si se dirige a apuntalar a Ruiz o si es el componente extremo para empujarlo hacia su caída
Como ocurrió en junio del año pasado, cuando estableció la operación México Seguro horas después de que el embajador Antonio Garza urgió a enfrentar la violencia homicida en Nuevo Laredo, el presidente Fox fue de nuevo sensible al llamado del diplomático norteamericano y envió a Oaxaca fuerzas federales, tras un violento viernes en que entre otras víctimas fue asesinado un camarógrafo norteamericano, Bradley Roland Will.
Mientras escribo estas líneas se cumple la instrucción presidencial dictada en las primeras horas del sábado, tras una reunión de emergencia del gabinete de seguridad, con la presencia del secretario de Gobernación Carlos Abascal. La presencia federal policiaca (y quizá también militar) puede servir para aplacar la violencia desatada por el gobernador Ulises Ruiz y por dirigentes políticos que le son adictos, como el ex diputado Elpidio Concha, que ha provocado varias muertes; pero también puede ser causa de fricciones que aviven la tensión que se ha recrudecido en los últimos días, y genere resultados semejantes a los que se quiere evitar.
Después de que el Senado avaló las acciones y omisiones de Ruiz, éste se dispuso a acabar con la resistencia civil que lo mantiene en jaque desde hace muchos meses, demasiados para la tranquilidad de las porciones de la sociedad oaxaqueña directamente concernidas por la movilización ciudadana. Al mismo tiempo, las agrupaciones que lo cuestionan, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y la sección XXII del sindicato magisterial adoptaron nuevas tácticas en su enfrentamiento con Ruiz y en sus negociaciones con la Secretaría de Gobernación. La APPO emitió el martes un ultimátum de 72 horas, que venció el viernes por la noche, para que Ruiz decidiera marcharse. Simultáneamente, los maestros votaron por volver a las aulas, tras procedimientos amenazados por la violencia y que pusieron a la organización sindical al borde de la escisión, distinta de la que azuzada por el comité nacional del SNTE está en curso para debilitar estructuralmente a los mandos seccionales.
La aparente contradicción entre sus adversarios: endurecida la APPO, el magisterio en trance de ceder, colocó al gobernador en la oportunidad de gobernar del modo en que saber hacerlo, mediante agresiones violentas. Así lo hizo el 14 de junio, cuando su policía pretendió desalojar el centro histórico oaxaqueño. Así lo hizo el 21 de agosto, cuando una brigada parapoliciaca, disfrazada pero identificable, asaltó la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión y destruyó el transmisor que servía para la propaganda de la movilización popular. Así lo hizo cuando en diversos momentos sus tropas dispararon contra ciudadanos inermes y les dieron muerte. Así lo hizo el viernes cuando su gente, armada, mató a tres personas al pretender eliminar las barricadas con que la APPO se disponía a cumplir los términos de su emplazamiento al gobernador, que consistían principalmente en cercar la ciudad de Oaxaca, aislarla del resto de la entidad y del centro de la República.
El signo de la muerte acompañó a Ruiz desde su campaña a la gubernatura. Los lectores de Reforma vieron en la primera página del diario, el 28 de julio de 2004, la tunda que en la víspera seguidores del candidato priista asestaron, a palos, al profesor jubilado Serafín García Contreras, que murió de ese terrible modo. No sólo no se procedió contra los homicidas, claramente identificados en fotografías y videos, sino que se pretendió revertir la responsabilidad hacia los compañeros de la víctima, miembros del Frente Único Huautleco, opuestos a que Ruiz hiciera propaganda en Huautla de Jiménez. Casi inmediatamente después, el alcalde priista de Estancia Grande asesinó por la espalda a la señora Guadalupe Ávila Salinas, que había ganado la elección para sucederlo. El homicida, de igual modo que en el caso anterior, pudo huir fácilmente. La procuradora de Justicia de entonces, Patricia Villanueva Abraján, que nada hizo por perseguir esos delitos, ocupa hoy una curul vecina a la de su jefe de entonces, José Murat, en la Cámara de Diputados.
Ruiz y el gobierno federal se responsabilizan mutuamente de los graves acontecimientos ocurridos en los cinco meses recientes. Ambas partes tienen razón, pues unos y otros incurrieron en acciones y omisiones que encendieron y estimularon la protesta civil, que librada a su propia dinámica practica una suerte de autogobierno con rigores, excesos y desmanes. La original petición del magisterio atañe a la Secretaría de Educación Pública que, pudiendo atenderla, se abstuvo de hacerlo, con lo que el movimiento creció y adquirió nuevas modalidades. Algo esencial para la gobernabilidad, que es la comunicación entre los ciudadanos y sus representantes, se rompió en Oaxaca hace meses y la APPO y la sección XXII sólo hablan con la Secretaría de Gobernación, en términos que la presencia federal de estas horas ha dejado atrás, lo que podría inducir al rompimiento de los incipientes acuerdos a los que se había llegado.
Desde junio, en un pedido reiterado en septiembre, el gobierno de Oaxaca ha pedido la intervención de la fuerza federal esgrimiendo el artículo 119 constitucional que impone a "los poderes de la Unión", el "deber de proteger a los estados... en caso de sublevación o trastorno interior... siempre que sean excitados por la legislatura del estado o por el Ejecutivo si aquella no estuviera reunida". Sólo ahora ha resuelto el gobierno federal atender esa solicitud. Es claro contra quién se dirigirá su fuerza: los miembros de la APPO que radicalizaron su actuación ante la impunidad del gobernante. No es claro, sin embargo, si la intervención federal se dirige a apuntalar a Ruiz, en consonancia con el acuerdo del PRI y el PAN que produjo la aberración jurídica senatorial que descubrió la existencia de poderes que no pueden, de un gobierno que no gobierna. O si, por lo contrario, es el componente extremo, el más riesgoso, para empujar al gobernador hacia su caída.
Ruiz representa, es beneficiario de una paradoja. Nadie lo apoya, pero nadie quiere echarlo. En la sesión del Senado que lo puso jurídicamente a salvo, y lo envalentonó, no hubo una sola voz que lo avalara. Estaba presente Adolfo Jesús Toledo Infanzón, que es "su" senador, pues Ruiz lo hizo candidato preferencial, lo que le permitió llegar a Xicoténcatl por el camino de la primera minoría. Y también estaba Carlos Jiménez Macías, legislador potosino por la misma vía, delegado madracista en la tierra de Ruiz, de quien es vocero. Pero esa vez calló, atendiendo seguramente una táctica de no exacerbar los ánimos panistas, puestos en la necesidad de sostener a quien repudian, a causa del apoyo que reclaman del PRI para la gobernabilidad general del país.
Como parte de esa posición dual del partido en el gobierno, algunos de sus personeros eminentes han solicitado, de diversos modos, con varios tonos, a Ruiz que se marche. Parecen no hacerse cargo de que, fortalecido el gobernador por la vía senatorial y mediante las negociaciones de la protesta civil con Gobernación, no se apartará espontáneamente del puesto que quiere desempeñar hasta 2010 (si no es que sus diputados le alargan el periodo, como hicieron consigo mismos, pues no concluirán su mandato en noviembre del año próximo sino hasta septiembre de 2008, por una reforma que se autorrecetaron).
Los diputados panistas parecen haber llegado al convencimiento de que un pronunciamiento institucional de la Cámara exhortando al gobernador a beneficiar al estado con su petición de licencia tendría fuerza suficiente para persuadir a Ruiz. En San Lázaro radica el poder de la bolsa, de modo que un gobernador manifiestamente malquisto con los diputados enfrentaría dificultades para negociar partidas de su interés. Y de esa Cámara depende la Auditoría Superior de la Federación, capaz de examinar el dinero federal gastado en Oaxaca, tema en que el gobernante cuestionado es particularmente vulnerable.
Pero esos legisladores panistas vacilan y aguardan a que los hechos y no sus voluntades decidan la situación. Parecen no calibrar, o no dar importancia a los riesgos de todo género que la sociedad oaxaqueña enfrenta cada día que pasa, a pesar (o con motivo de) la presencia policiaca federal. ¿Cuántos muertos vale Ruiz? ¿A qué macabra cota se espera llegar?
Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com
TEMPLO MAYOR:
Nota original:
PESE A QUE el conflicto en Oaxaca nomás lleva 160 días, el gobierno federal evidenció ayer que no estaba del todo listo.
POR MÁS que digan que el ultimátum lanzado por Gobernación a la APPO fue para darle una oportunidad final al diálogo, lo cierto es que a la Policía Federal Preventiva le faltaban aún unos que otros detallitos... fundamentales.
CUENTAN por ahí que no tenían suficientes pertrechos y que incluso la gente del gobernador Ulises Ruiz tuvo que pasarles a los muchachos de Eduardo Medina Mora los mapas de la ciudad pues no sabían ni por dónde entrarle.
ES DECIR, que el "ahí viene el lobo" de ayer por la tarde fue más un recurso para ganar tiempo y permitirle a la PFP organizarse para lo que se supone que harán hoy, que un último intento de encontrar una salida pacífica.
MAÑANA seguramente habrá mucho qué decir en la Universidad Iberoamericana cuando se junten en un coloquio voceros presidenciales de los últimos 50 años para hablar sobre sus experiencias.
AHÍ ESTARÁN desde Humberto Romero Pérez quien trabajó con Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos, hasta Rubén Aguilar, el actual portavoz, traductor e intérprete de Vicente Fox.
DE AÑOS RECIENTES están confirmados los salinistas José Carreño Carlón y Otto Granados, y los voceros del zedillismo Fernando Lerdo de Tejada y Carlos Almada.
Y DE DÉCADAS pasadas, Fausto Zapata, comunicador oficial de Luis Echeverría, y Luis Javier Solana, quien trabajó con José López Portillo.
ANTE ESA ALINEACIÓN surgen dos dudas: la primera es si alcanzarán las tres horas que se tienen programadas para que todos hablen.
Y LA SEGUNDA es si entre los ocho lograrán comunicar algo concreto.
LA COMISIONADA para los pueblos indígenas Xóchitl Gálvez es una más de las funcionarias del actual gobierno federal que han desfilado en días recientes por la casa de transición de Felipe Calderón Hinojosa.
A LA MUJER del florido lenguaje se le vio esta semana en "Los Pinitos" en donde se entrevistó con la próxima primera dama Margarita Zavala.
LO QUE NO se supo es de qué hablaron, pues, hasta donde se sabe, nunca han tenido una relación cercana.
CANSADO, pero contento anda desde el domingo pasado el tricolor Roberto Madrazo.
LA COSA no es para menos, pues el ex candidato a la Presidencia compitió y terminó ese día el Maratón de Chicago, uno de los más demandantes y reconocidos de Estados Unidos.
Y NO SÓLO ESO, sino que el tabasqueño cronometró un tiempo oficial de 3:54:46, que es bastante bueno para el grupo de edad en el que compite a sus 54 años.
EN OTRAS PALABRAS, Madrazo podrá ser mal candidato, pero es buen corredor.
UNA BUENA NOTICIA es que los mexicanos leemos tres libros al año de acuerdo con la encuesta nacional de lectores que fue presentada el viernes.
PERO HAY una mala. Investigaciones independientes señalan que son "El Libro Vaquero", "El Libro Policiaco" y "El Libro Semanal".
Una mas del Reforma:
Llaman a no agredir a PFP
Los locutores señalan que ellos continuarán con la lucha pacífica y piden no caer en provocaciones
Benito Jiménez
Oaxaca, México (29 octubre 2006).- En Radio Universidad, una emisora disidente al Gobierno estatal, llama este domingo a no agredir a los elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) en caso de que incursionen en esta ciudad.
Los locutores en turno exhortan a la población a no caer en provocaciones y a evitar la violencia.
"Nosotros continuamos con nuestra lucha pacífica, tenemos el derecho a manifestarnos y a repudiar a la PFP, pero con carteles.
"Pedimos que los hagan retroceder, nuestra única petición es que (el Gobernador) Ulises Ruiz salga de Oaxaca", dicen.
En la emisora se pide también a la población salir a las calles para protestar de manera pacífica y evitar que otros grupos agredan a las fuerzas federales de apoyo.
DEL UNIVERSAL:
Nota original:
Oaxaca, baño de sangre
Jorge Zepeda Patterson
29 de octubre de 2006
E l jueves pasado, en el programa de televisión Código 2006 , de Proyecto 40, hice una pregunta a nombre de muchos mexicanos a Ulises Ruiz, "el gobernador" de Oaxaca. "Le pregunto no al político, ni al funcionario, sino al ser humano: ¿está usted consciente de que su restitución como autoridad en Oaxaca va a ser el resultado de un baño de sangre? ¿No le importa que para seguir siendo gobernador se requiera la muerte de muchos? ¿Usted sabe que dentro de 10 ó 15 años el recuerdo de toda esta coyuntura y la mención de su nombre evocarán una tragedia?". Ulises Ruiz no se inmutó y respondió con una larga parrafada sobre la importancia de la negociación. Su verdadera respuesta la dio unas horas más tarde, en la madrugada, cuando un líder de la APPO fue secuestrado a punta de pistola por un comando de desconocidos. Al día siguiente, personas armadas, pertenecientes al gobierno municipal y al estatal, bajaron de una camioneta blanca para hacer disparos contra los retenes de la APPO, con el saldo conocido de varios muertos. Uno de ellos, el periodista estadounidense Bradley Will, de la agencia Indimedios.
Al cierre de este artículo no se desencadena aún el desenlace que parece inevitable. A la fecha han caído asesinadas una docena de personas, pero seguramente habrá muchas víctimas más, antes de que termine todo esto. Más allá de la posición política de cada uno de los lectores, hay un dato de la realidad que se impone: los muertos son de un solo bando. Podemos estar en desacuerdo con los métodos o estrategias de la APPO y cuestionar la intransigencia de maestros que condenaron a sus alumnos a perder la escuela, pero es un hecho que "los de abajo" son los que terminan poniendo a las víctimas.
Por desgracia la muerte de oaxaqueños morenos, anónimos y prescindibles no parece conmover a muchos. A lo largo de los meses, mientras se fueron enlutando los hogares de los que cayeron por goteo como resultado del ataque intermitente a los retenes, pocos se tomaron la molestia de exigir la destitución de Ulises Ruiz. Las notas internacionales se centraban en las pérdidas turísticas y comerciales del centro de Oaxaca. Sin embargo, todo esto cambió con la muerte de un extranjero, uno de los suyos.
La foto de Bradley Will yaciente en el pavimento ha recorrido diarios y noticieros de todo el mundo este fin de semana. Es una "pérdida de guerra" que no entraba en los cálculos de Ulises Ruiz. El ataque perpetrado el viernes por la tarde tenía como propósito provocar la última gota que derramara el vaso y obligar a las fuerzas federales a intervenir de una vez por todas. Llama la atención que el operativo fue en plena tarde y sin buscar siquiera alguna provocación o choque que de alguna manera lo justificara. Simplemente llegaron en sus camionetas, descendieron hombres con armas de alto poder y dispararon a retenes y periodistas. El mensaje fue claro y contundente. Si el gobierno federal no ha entrado a Oaxaca para no provocar un baño de sangre, los matones locales le demostrarían que la espera también se llenaría de sangre. Ahora la Secretaría de Gobernación tendría la coartada para intervenir. En cierta forma lo hace incluso para "proteger" a los manifestantes que están siendo acribillados. Espero que todo esto no sea más que resultado de la estulticia y barbarie de un gobernador convertido en sátrapa prehistórico. Ulises Ruiz ha dicho que los agresores son autoridades municipales, fuera de control, como si los esbirros de estos municipios priístas pudiesen atreverse a tomar una acción política de esta magnitud por su propia voluntad. Quisiera creer que esto no es un arreglo fríamente calculado con las autoridades del centro para precipitar el desalojo de Oaxaca.
Recordemos que el movimiento originalmente era una reivindicación gremial. El torpe y sangriento intento de desalojo de junio pasado por parte de Ulises provocó que se convirtiera en una protesta para exigir justicia. Desde entonces la APPO ha pedido una sola cosa: el retiro de Ulises y la investigación por sus crímenes. Es lamentable que el desenlace de todo esto sea una acción represiva, en nombre de la ley, y en contra de las víctimas que reclaman la aplicación de ley.
Tendríamos que preguntarnos dónde estaban hace un año todos aquellos que ahora exigen la restitución del estado de derecho, mientras Ulises Ruiz perseguía medios de comunicación, desaparecía disidentes y golpeaba derechos de comunidades. Durante meses, antes del conflicto del magisterio, los afectados interpusieron denuncias en contra de las agresiones del gobernador. Noticias de Oaxaca, el diario líder en la entidad, ha interpuesto media docena de demandas o denuncias en los tribunales que controla el gobernador. Ninguna ha prosperado pese a que hubo asesinatos y destrucción de instalaciones de por medio.
Si al final todo esto no sirve más que para reinstalar al gobernador, el daño será incalculable. Respetar al estado de derecho debería significar la investigación de todos los delitos, incluyendo los asesinatos por parte de las autoridades locales a lo largo de estos meses. Si el gobierno federal, en nombre de su alianza incondicional con el PRI, simplemente restituye al gobernador y encuentra chivos expiatorios entre policías de rango inferior, se habrá consumado una infamia mayúscula. Me temo, además, que se habrán dado enormes coartadas a los que consideran que nuestras instituciones no tienen remedio.
La tragedia de Oaxaca puede provocar un germen de rabia e inestabilidad si el baño de sangre simplemente sirve para imponer, una vez más, la inequidad y la injusticia ancestral. Pero también podría ser el arranque de una nueva forma de hacer política. Lo sabremos pronto. Sería lamentable que la única esperanza de ajuste de cuentas proceda de la indignación internacional que provoque el asesinato de un periodista extranjero. Nuestros muertos todavía valen muy poco.
www.jorgezepeda.net
Economista y sociólogo
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domingo, octubre 29, 2006
DE LA PRENSA NACIONAL:
Publicadas por Martín Triana Dontriana a la/s 11:17 a.m.
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