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viernes, diciembre 01, 2006

RATA INSIGNIFICANTE.

Opinión
México: Un mísero final

Fox, perdedor pero jactancioso
Por: Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:01/12/2006)

Terminado prácticamente el gobierno de Fox -tanto que incluso él desde hace semanas ya no despacha asuntos sino que viaja en despedidas por todo el país, cuando antes viajaba “para la foto”- conviene señalar que lo que se inició como la promesa de una gran corrección histórica a los últimos tiempos del régimen priísta, por corrupción y por el envenenamiento que da la arrogancia del poder, pues por esto votaron la mayoría de quienes lo hicieron por él en el 2000, terminó siendo un parto de los montes, un pequeño ratoncito insignificante.

El balance que se hace y se haga sobre este gobierno va a evidenciar que fue muy poco lo que logró, tan poco que con un mínimo de vergüenza y decencia ni lo debieran andar cantando en los espots con se bombardea al público. El grupo de la derecha que acompañó a Fox, y él mismo, no supieron por dónde marchar para esa supuesta “corrección histórica” al priísmo. No tuvieron ni capacidad de entendimiento político ante el reto histórico en que se encontraban, ni la habilidad política para hacer frente a ese desafío, el cual les pasó de noche.

La esperanza de muchos sufragantes a favor de Fox murió apenas comenzado el sexenio, aunque otros se mantuvieron justificando su voto por el guanajuatense diciendo que es un buen hombre, sano, alegre, trabajador, pero que los demás no lo dejaron hacer obra de gobierno, obstruyéndolo siempre, especialmente los priístas y en segundo término los perredistas, sin pasar por alto a aquellos periodistas adeptos al que llamó el “círculo rojo” de los siempre críticos. Pero las evidencias son terribles en contra de esta visión conformista o foxilandesa y ya se han estado ventilando en todos los medios, con excepción de los canales del duopolio televisivo y de las estaciones del oligopolio radiofónico, así como de periodistas de utilería de estos conglomerados de poder fáctico.

Nunca hubo en el último siglo una transmisión de mando político tan confusa, problemática y azarosa. No es timbre de orgullo ni para Fox ni para la derecha el desarreglo en que dejan políticamente sumido a México. Pero incluso así, a Fox no le tiene cuidado el resultado, sino que dice que él “ganó dos elecciones: la del 2000 y la del 2006”, con total jactancia y absoluta impudicia, con lo que además se muestra redomadamente cínico pues repite como auto elogio la acusación que López Obrador y millones de mexicanos le han lanzado como delito, o sea, su descarada e ilegal intervención en el proceso electoral de este año.

Eso en lo político, a lo cual se agregan la crisis de Oaxaca, la intervención yunquista en los sindicatos violando la autonomía de estas organizaciones, el problema insoluto de Atenco, la llamada ley televisa, etc. Pero en lo económico y social, las cosas no le pintan mejor, sino peor, a la “obra” de Fox. Unos ultra ricos que se hicieron cada vez más opulentos (las 39 familias que se sienten “dueñas” de México) y unos absolutamente pobres que no ganaron ni una centésima porcentual en su condición, pese a los cánticos de bienestar que sus empleados vociferan con evidente atropello a la verdad. La mitad de la población en la pobreza se mantuvo tal cual estaba en el 2000, pero además se perdieron empleos y no se ganaron, y eso se debió a las políticas erróneas de capitalización y apoyo a la actividad productiva, tanto como a las fantasías de la bonanza económica de Foxilandia.

En lo internacional, todo este panorama interno tuvo su incidencia brutal en el creciente proceso migratorio hacia los Estados Unidos, con el fracaso absoluto de la política foxista en su ilusa pretensión de que el hotentote blanco Bush, por “amistad” con Fox iba a arreglar el problema y sólo resultó en el “muro de la ignominia”. En este mismo capítulo internacional, el foxismo fue el responsable de la pérdida de prestigio de la política exterior de México, antes tan respetada.

Y así seguiríamos, pero para qué gastar tiempo si el “alto vacío” ya se va, aunque llegará otra amenaza de más o peor de lo mismo, si se concreta el propósito de ungir a Calderón como titular del Poder Ejecutivo, lo cual está aún por verse.

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