LOS ESPURIOS SE AMARTUCHAN.

REFORMA.

Roberto Zamarripa.

'Don't be soflamer'

A los mexicanos nos encanta divertirnos con las desgracias. Nos las decimos a la cara y antes que ofendernos, las celebramos con alegría. Pero una cosa es celebrarla en familia y otra que los vecinos o la autoridad se burlen de la tragedia.Nadie autorizó a los funcionarios federales a recordarnos que los mexicanos competimos mundialmente por los peores lugares en el aprendizaje de las matemáticas.

Primero dijeron que habían decomisado 205 millones de dólares y 157 mil pesos, en una residencia de Las Lomas que vigilaban unos chinos. Luego el presidente Felipe Calderón dijo en un discurso oficial que lo decomisado ascendía a 250 millones de dólares. No hubo ninguna corrección a su dicho que incrementó el decomiso en 45 millones de dólares. Y una semana después, la PGR dice que lo decomisado en pesos fue de 17 millones y no de 157 mil pesos.

No es cualquier cosa una diferencia entre 205 millones de dólares, dicho por la PGR, y 250 millones de dólares dicho por el presidente de la República. Mucho menos, pasar de 150 mil a 17 millones de pesos.


¿Qué hace que lo bueno se convierta en sospechoso y lo sospechoso en desastroso? La prisa por cambiar la percepción, por acreditar en 100 días lo que es obligación de un sexenio.En su discurso de 100 días de gobierno, el presidente Felipe Calderón dijo -palabras más, palabras menos- que había heredado un país sombrío, con inestabilidad política y crisis en distintos estados; lo que caracterizaba el humor ciudadano era la zozobra y la incertidumbre.

Para el presidente Calderón ahora sí hay "claridad de rumbo". Y bajo esa premisa, hoy los funcionarios del gobierno federal caminan distinto y posan para las cámaras sonrientes como si realmente tuviesen todo bajo control. Se llega a exageraciones de aparentar ser personajes presidenciables para el próximo sexenio cuando apenas llevan tres meses en el cargo. Hay un excesivo cuidado de la imagen y un descuido de la operación política y administrativa diaria.

Lo bueno (un decomiso extraordinario) lo convierten por su descuido y distracción en sospechoso (si contaron mal los pesos, ¿habrán contado bien los dólares?).La frivolidad e improvisación que criticaron los calderonistas al gobierno foxista, rápidamente lo ponen en práctica.

Así, el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, utiliza un helicóptero de la PGR para viajar de la Ciudad de México al municipio de Ecatepec pero no para un acto de supervisión de acciones contra el crimen organizado. No. Viajó con su esposa en un helicóptero oficial para acudir a ¡una fiesta de cumpleaños!Cómo se rasgaban las vestiduras los calderonistas en sus críticas a la ex primera dama Marta Sahagún, tan afecta a viajar en helicóptero para hacer campaña en Polanco.Lo de menos era la fiesta y el festejado. Onésimo Cepeda, el cumpleañero en turno, se ha caracterizado por hacer de su imagen una de las mejores armas del chantaje político.

Por sus fiestas y por sus bendiciones han pasado personajes de probidad sin tacha como Arturo Montiel, Carlos Ahumada o Jorge Hank. Qué más da para Ramírez Acuña usar el helicóptero oficial para engrosar esa lista de agraciados del prelado que no duda en "ofrecer" su fiesta de cumpleaños a las revistas rosas. El secretario de Gobernación tenía que aparecer en la foto.

Es el modo, el modito, el que empieza a causar inquietud. Juan Camilo Mouriño -el hombre fuerte de Los Pinos- fue a la fiesta en helicóptero particular vestido como si fuera a una tardeada de la prepa. Había que estar en el homenaje de dilecto personaje. Por lo menos, no usó un helicóptero de la Presidencia.El modito ha cambiado. Se ve en la manera de caminar, de hablar, de decir, de presumir.

De los 100 días de gobierno, hacen una fiesta de graduación.Calma. Van apenas 120 días y si bien hay que destacar la decisión de un gobernante caracterizado en su historia política por su titubeo ("el poder lo ha calmado", ha dicho uno de sus mejores amigos y colaboradores), no deben echarse campanas al vuelo.El modito puede echar a perder las cosas.

No. No hay claridad de rumbo. Hay claridad de que ya son gobierno. Vaya, ya les cayó el veinte. Se disfruta el poder y se ejecutan decisiones. Pero, por ejemplo, no hay claridad en la política social (¿alguien sabe dónde anda la secretaria del ramo?) ni mucho menos en materia de seguridad. El camposanto preocupa. Y en eso no ayuda mucho ventilar que hay amenazas contra el Presidente y su familia. Ante eso no cabe más que ser solidario pero también anima mucho más la discreción que el susto.

No ayuda el modito ni los desplantes. Antes era la primera dama de Zamora. Que no se contagie ahora medio gabinete. Van apenas tres meses y hay mucha faena pendiente. La muestra del cobre apena.Como decía El Piporro: "Don't be soflamer". O lo que es lo mismo: no hay que ser soflameros.