¿Pacíficos y legales?.
José Luis Piñeyro
22 de julio de 2006.
Durante la campaña electoral y sobre todo después de las elecciones, Calderón y la mayoría de los medios de comunicación, los grandes empresarios y los pensadores "libres", se han envuelto en la bandera del pacifismo, la legalidad e institucionalidad frente al "bárbaro y violento" de López Obrador.
Los integrantes del PRD han dicho que hay que cambiar las funciones y aumentar el presupuesto de ciertas instituciones estatales, dar otro contenido a la legalidad imperante y transitar por el cambio social pacífico, pero se les exige que cada vez que les den un golpe, pongan la otra mejilla para que los jefes de los "pacíficos" sigan viviendo muy bien con la democracia electoral a la medida de sus intereses, valores y necesidades.
La violencia no es sólo el acto de los seis golpeadores al vehículo de Calderón, lo cual fue magnificado por los medios; la violencia proviene también de una serie de situaciones cotidianas que de ser tan repetidas se vuelven estructurales.
Violencia también es que Roberto Hernández y socios no hayan pagado un centavo de impuestos al vender Banamex, y millones de trabajadores, empresarios honestos y académicos sí lo hacen por convicción o por ser causantes cautivos para evitar que el peso de la legalidad e institucionalidad les caiga encima.
Violencia es que Fox siga mintiendo sobre una posible reforma migratoria, mientras mueren 400 migrantes al año, se separan más familias, repatrían más niños y se expulsa a 400 mil migrantes anuales; que siga siendo el vocero de Bush abandonando los intereses nacionales y anuncie que no va la reforma migratoria, pero, luego que dijo Bush que siempre sí, para que los republicanos no pierdan el voto latino y los mexicanos sigan esperando la supuesta benevolencia de EU; que haya prometido crear un millón 200 mil empleos anuales y sólo generó 700 mil en el sexenio; que afirme aquí y en el extranjero que quien critica las elecciones, enjuicia al millón de ciudadanos que participaron como funcionarios y capacitadores electorales, cuando la crítica principal es a los responsables del IFE.
Violencia es que se viole sistemáticamente el artículo 123 constitucional que establece jornadas laborales de ocho horas, salarios remuneradores, no trabajo infantil, entre otros derechos.
Violencia es que desde Salinas, pasando por Zedillo hasta Fox, se pretenda privatizar la propiedad nacional de los recursos energéticos violando el 27 constitucional.
Violencia es que un consejero electoral federal diga que votó primero la región norte que la del sur por razones "culturales", los educados norteños y los incultos sureños, muestra clara de racismo y clasismo; que el IFE esté gastando millones en desplegados de plana entera y anuncios televisivos para convencer que prevaleció la "normalidad" democrática; que los consejeros electorales acuerden un estímulo económico de 468 millones de pesos por la sobrecarga de trabajo a pesar del mediocre desempeño, todo en un mar de desempleo y pobreza creciente.
Violencia es pedir justicia jurídica sin justicia social, sin sensibilidad política, que supone ser ciega al aplicar la ley, pero que es benévola con los amigos y rígida con los adversarios.
Violencia es la coacción empresarial que planteó: "Si gana López Obrador al día siguiente pierden el empleo", carambola de varias bandas que obtiene el voto del obrero y de su familia.
Violencia es reducir la democracia a lo electoral, legal e institucional, al solo ejercicio de los derechos políticos, posponiendo la satisfacción de los derechos económicos y sociales para el próximo milenio.
Violencia es que sobre la reciente mayor marcha de la historia mexicana no se informe con amplitud y oportunidad, a diferencia de la marcha contra la inseguridad pública, que se informó hasta el hastío; que en una reunión de Calderón con falsos líderes sindicales electricistas, aparezcan en el trasfondo múltiples leyendas: "Felipe Calderón, presidente de México 2006-2012", y la prensa televisiva y escrita sufra ceguera selectiva; que en la presentación del pasado programa televisivo Tercer Grado, se mencione el llamado a la resistencia civil y se "olvide" agregar pacífica, como lo planteó AMLO en su discurso.
Violencia es que un grupo de jóvenes universitarios no puedan denunciar irregularidades cometidas en el IFE (material con el que elaboré mi anterior ensayo) por temor a que los aplaste todo el peso de la ley.
Reconstruyamos el nexo de la nación con las instituciones estatales para fortalecer la legalidad y la legitimidad democráticas, y la seguridad nacional, del Estado y del próximo gobierno.
Profesor investigador de la UAM-A
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sábado, julio 22, 2006
LA VIOLENCIA TIENE OTROS ROSTROS.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 4:57 p.m.
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