AHI TE HABLAN KRAUZE...AND CO.

Atavismo mexica.

Pablo Marentes.
01 de agosto de 2006.

Ni la recopilación de datos inconexos para llegar a conclusiones personales es historia, ni el listado de anécdotas es biografía. La historia y la biografía son quehaceres que efectúan quienes para esos menesteres se han formado por vocación de adquirir conocimientos mediante conclusiones que se alcanzan dentro de los estrictos límites del método que le corresponde a una ciencia. Otra cosa es propaganda.

Hace unos años hicieron su aparición en México unos recopiladores de recortes, los cuales entramaron aviesamente y publicaron con títulos mercadológicamente atractivos. Los autores de los esperpentos afirman que México es el resultado de sucesivas traiciones, usurpaciones, empleo oportunista del poder, determinados por la deshonestidad, la estupidez, el desorden, la ignorancia, los malos hábitos y la falta de higiene provenientes del atavismo mexica.

Pretenden ocultar una pauta: a partir de la consumación de la Independencia, los conservadores se adueñaron del poder y no lo han dejado. Suyo fue el Imperio de Iturbide, la presidencia de 11 periodos de Santa Anna y las causas de la Guerra de Reforma; suyo el Imperio de Maximiliano, el prolongadísimo gobierno de Díaz, la intervención de Creelman, el asesinato de Madero; y la loca aventura del general Reyes y la Decena Trágica y la usurpación de Victoriano Huerta. Suyos son también la inducción del telegrama Zimmerman y los coqueteos con los fascismos italiano, alemán, japonés y español.

A lo largo de los años 50, los conservadores concertaron sólidos compromisos con las finanzas, la banca y el comercio internacionales y se apoderaron de la maquinaria instrumentadora de decisiones políticas: el Partido Revolucionario Institucional y la administración federal y las locales. Su avaricia, su torpeza, su escasísimo conocimiento de las complejidades de la nación, provocaron las sucesivas devaluaciones y crisis económicas. Pero las imputaron a la ignorancia, a la pereza y al desorden "del mexicano".

En Francia, los conservadores aristócratas acusaron a Mirabeau de avaricioso, irresponsable y temerario -conviene releer el Tríptico de Ortega y Gasset-, y persiguieron y encarcelaron a Dreyfuss y a Zolá. En Italia, Alemania y España se aliaron con la aristocracia y los militares.

El grupo conservador mexicano hoy hace lo mismo. Su misión es inhibir, desviar los impostergables cambios sociales. A punto de que concluyera otra etapa de su preeminencia, el grupo conservador, exclusivista, racista, soberbio, avaricioso, intenta hoy convertir una petición de recuento integral de votos en un temerario desafío a la tradicional autoridad. Tal desafío debe ser derrotado con todos los medios de que dispone el atarquinado gobierno federal.

Nada en su biografía política conduce a anticipar que López Obrador actuará temerariamente. Vive en austeridad. No usa guantes, no disfruta coches, ni prodiga flores. No asiste a fiestas de potentados, ni se le ve acompañado de cortesanas de ricas galas prendidas. Trabaja con sistema. Ha actuado con razón durante 25 años.

Los 47 campamentos instalados sobre el zócalo y en diversos tramos del Paseo de la Reforma trasladan la lucha por el recuento de votos a terrenos de arenas movedizas. López Obrador deberá conducirse con mayor cuidado, con mayor prudencia, con lucidísima razón. Suya fue la decisión de centrar en él toda la responsabilidad. Toda.