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miércoles, septiembre 20, 2006

LA RESPETABILIDAD DEL GOBERNANTE.

REFORMA

Modesto Suárez.

Gobiernos paralelos.
Tenemos una larga historia de fraudes electorales. Antes de confiar en las instituciones, ellas deben demostrar que son dignas de confianza.

...tengo la persuasión de que la respetabilidad del gobernante le viene de la ley y de su recto proceder, no de trajes ni de aparatos militares propios sólo para los reyes de teatro.
Benito Juárez, Apuntes para mis hijos.

El pasado sábado 16, la Convención Nacional Democrática -con un registro de más de un millón de personas- reunida en el Zócalo y en las calles aledañas de la capital del país, designó a Andrés Manuel López Obrador como "Presidente legítimo" de México. El vaticinio hecho hace algunas semanas por el ex candidato de la coalición Por el Bien de Todos al diario Le Monde resultó cierto: el 17 de septiembre México amaneció con dos presidentes.

En nuestra historia existen antecedentes de gobiernos paralelos: De 1858 a 1861. El presidente Ignacio Comonfort se adhiere al Plan de Tacubaya, promulgado el 17 de diciembre de 1857, que declaraba insubsistente la Constitución promulgada en ese año y exigía una nueva carta magna adecuada a las necesidades del país. El 23 de enero de 1858, una junta de 27 representantes de los departamentos eligió como Presidente interino al general conservador Félix Zuloaga, sucedido en el cargo -en algunos casos por días o semanas- por siete presidentes más.

Por el lado liberal, Benito Juárez asumió también el poder presidencial y se estableció en Veracruz en mayo de 1858. La lucha por el poder se dirimió dentro del marco de la Guerra de Reforma (1858 a 1861), con la Batalla de Calpulalpan del 22 de diciembre de 1860, cuando Jesús González Ortega venció a Miguel Miramón. El 11 de enero de 1861, Juárez hace su entrada triunfal a la capital como Presidente único.De 1863 a 1867. Coexisten dos gobiernos: el del Segundo Imperio Mexicano, instalado en la Ciudad de México, y el itinerante encabezado por Benito Juárez, quien abandonara la capital del país en junio de 1863. Ambos gobiernos conviven hasta el 15 de mayo de 1867, cuando Maximiliano es hecho prisionero en Querétaro. El 15 de julio siguiente, Juárez hace una nueva entrada triunfal a la Ciudad de México.

De 1914 a 1916. El 1o. de octubre de 1914 se instala en la capital mexicana una junta, proseguida días después en Aguascalientes con el nombre de Convención Soberana. La Convención nombró como Presidente provisional al general Eulalio Gutiérrez rompiendo con Venustiano Carranza. Los convencionistas -villistas y zapatistas- se apoderaron de la Ciudad de México y Carranza se instaló en Veracruz. La Convención tuvo tres presidentes provisionales: Eulalio Gutiérrez, Roque González Garza y Francisco Lagos Cházaro; los constitucionalistas a un Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo, Venustiano Carranza. Derrotados los convencionistas, Carranza convoca a un Congreso Constituyente en diciembre de 1916. Al año siguiente, el Primer Jefe fue electo Presidente y asumió el cargo el 1o. de mayo de 1917.

Estos tres antecedentes históricos tienen en común la lucha armada, en tanto que el caso actual es un movimiento pacífico nacido de un reclamo electoral. La presente crisis -y lo que falta de ella- pudo haber sido impedida por las instituciones establecidas. La autoridad electoral fue cuestionada por uno de los candidatos por considerarla parcial; empero, tal cuestionamiento fue acompañado de una solución institucional: el recuento total de los votos. El Tribunal Electoral resolvió -con razones poco claras- considerar improcedente el escrutinio solicitado por el candidato inconforme, convalidando así el resultado impugnado. En un país en donde el fraude electoral ha sido la especialidad de la casa, el discurso oficial fue "debemos de confiar en las instituciones", cuando, por nuestra experiencia histórica, éstas debieron demostrar que eran dignas de nuestra confianza ordenando el recuento total de los votos.

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