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miércoles, noviembre 29, 2006

FECAL, INTOLERANCIA Y SOBERBIA.

Opinión
México
Rebasar por la izquierda
Por: Eduardo Ibarra Aguirre (Fecha publicación:29/11/2006)

Intolerancia y soberbia encierra la designación hecha por Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa para que Francisco Ramírez Acuña esté al frente de la Secretaría de Gobernación.

Voces diversas de la opinión pública, las organizaciones sociales, los partidos políticos -incluido el Revolucionario Institucional- y organismos civiles de defensa de los derechos humanos advirtieron con oportunidad, y en el último caso lo documentaron al detalle, sobre los riesgos que la designación implica en razón de la trayectoria y el talante autoritario del exgobernador de Jalisco.

El jefe de la política interior dentro de 48 horas -al primer segundo del viernes 1, cuando Vicente Fox Quesada y su gabinetazo partan a sus casas para disfrutar de los ahorros ganados con el sudor de la incompetencia y no pocos con el tráfico de influencias-, se hizo famoso en la aldea durante la III Cumbre de Jefes de Estado de América Latina, el Caribe y la Unión Europea.

Y no precisamente como extraordinario anfitrión de los gobernantes europeos y latinoamericanos que visitaban la perla tapatía, sino por el operativo de provocación policiaca que él mismo coordinó telefónicamente -“¡Quiero 100 detenidos! ¡Ya!”. Cuenta el escritor y periodista Jaime Avilés que vociferó-, para apuntalar a su amigo Calderón Hinojosa, al que destapó enseguida ante miles de campesinos acarreados a un rancho cercano a Guadalajara, en detrimento de Santiago Creel Miranda, quien a su vez rezaba para que a su jefe Fox no le resultaran los planes de convertir esa cumbre en el momento definitivo para el lanzamiento de Martha María Sahagún Jiménez como precandidata a la Presidencia.

En la intriga palaciega para la lucha por el poder, los foxistas y los panistas resultaron tan perversos y expertos como los priístas. Los autodenominados pacíficos usaron la marcha realizada por 5 mil altermundistas el 28 de mayo de 2004, para infiltrar provocadores que suscitaron enfrentamientos con los granaderos.

Ramírez Acuña ignoró todas y cada una de las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales por el centenar de detenciones arbitrarias, incluso de menores de edad; las salvajes torturas cometidas -de las que siempre se ufanó- y las exorbitantes multas impuestas.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco recibió -durante 2001-2006 en que gobernó Ramírez- 640 quejas por tortura, lo que coloca a Jalisco en el noveno lugar nacional por el número de recomendaciones recibidas. Esta práctica cavernaria cobró auge en Guadalajara cuando fue alcalde el autoritario que hoy cobra muy cara la factura de la provocación y del destapa del michoacano.

Pero la culpa no es del indio sino del que lo hace compadre. E importa subrayar la insensibilidad de Calderón para atender a la diversidad política y social que a tiempo le advirtieron sobre la peligrosa designación.

Salvo que Calderón pretenda generalizar el virtual Estado de sitio que Fox y él impusieron en Oaxaca y en los alrededores del Palacio Legislativo de San Lázaro, sin mediar decreto legislativo alguno.

Ahora queda demasiado claro en qué consiste la oferta de “Rebasar por la izquierda a Andrés Manuel López Obrador”, que tanto entusiasmó a los siempre oportunos pregoneros de la izquierda moderna.

Las políticas represivas nunca han resuelto los reclamos populares y ciudadanos. Sólo aplazan los estallidos sociales. Y menos aún en la coyuntura política en la que al cargar con el incierto sentido del voto de los mexicanos, Calderón está acompañado de un velo de duda sobre la legitimidad de su mandato. Y esto lo sitúa sin fuerza moral aunque goce del reconocimiento institucional.

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