ESCRIBE MARIO GALVEZ:
Tabasco, sin sorpresas
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Los resultados electorales preliminares en Tabasco parecen confirmar lo que ya adelantaban las encuestas, el triunfo holgado del priísta Andrés Granier, pues la ventaja que lleva sobre el perredista Raúl Ojeda es de casi 10 puntos porcentuales.
El PRI obtendría según los primeros resultados 418 mil 300 votos, en tanto que el PRD lograría 321 mil 769.
Un aspecto significativo de la jornada comicial de ayer fue que ésta se llevó a cabo sin hechos de sangre, lo cual no deja de sorprender dado que apenas la víspera el PRI y el gobierno de Manuel Andrade habían lanzado un violento operativo contra el PRD, resultado del cual 21 perredistas fueron detenidos y salvajemente golpeados por policías estatales disfrazados de civil.
Incluso, un integrante del CEN del partido del Sol Azteca, Lucano Herrera, fue golpeado con tal saña que podría perder un ojo, y torturado psicológicamente (lo amenazaron con mutilarlo).
Cabe señalar que el PRI lanzó un operativo mediático atizando los sentimientos más regionalistas de la población y acusando a los perredistas de querer desestabilizar la entidad, para lo cual contó con la casi totalidad de los medios impresos y electrónicos de Villahermosa. “Caen agitadores perredistas”, “Ratas fuereñas del PRD detenidas”, “Frustran plan desestabilizador”, fueron algunos de los titulares que usó la prensa tabasqueña, servil a Manuel Andrade, y que reflejan el ambiente de crispación y de odio que se fomentó en Tabasco.
En estas condiciones el triunfo de Granier fue desconocido por Ojeda, lo que era previsible.
Muchos dirán que el resultado electoral en Tabasco es reflejo fiel de la caída de López Obrador, pues el 2 de julio el PRD o la Coalición por el Bien de Todos otuvo ‘carro completo’ o sea ganó las elecciones presidenciales, al Senado y a la Cámara de diputados, pero tres meses y medio después pierde la gubernatura por cerca de 100 mil votos, según los primeros resultados preliminares dados a conocer ayer.
No obstante, para los observadores políticos locales la derrota del perredista estaba asegurada desde el momento en que AMLO decidió lanzar a su amigo Raúl Ojeda como candidato a la gubernatura, dado que éste era un candidato peredor ya que había perdido las dos últimas elecciones en las que había participado.
No obstante, los medios nacionales y los adversarios de López Obrador harán de la derrota de Ojeda la carta de defunción política del excandidato presidencial.
No obstante, es evidente que López Obrador tuvo parte de responsabilidad en el resultado electoral ya que impuso a su amigo como aspirante a la gubernatura. Pero Granier ganó a la mala o de la mano de Manuel Andrade.
El gobierno estatal fue, como en su momento lo fue el gobierno foxista, parte determinante del proceso eleccionario y Andrade usó todo el poder del Estado para golpear a la oposición perredista y promover con todos los recursos del erario público a su candidato.
Puede darse por sentado que el triunfo del priísta será ratificado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y que será reconocido de inmediato por el PAN y Calderón pues en Tabasco el blanquiazul jugo objetivamente a favor del PRI al grado que Manuel Espino hizo campaña a favor del tricolor.
La pérdida de Tabasco sin duda representa un duro golpe político para AMLO y el PRD, pero en modo alguno puede considerarse como el fin de López Obrador, ni mucho menos.
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miércoles, octubre 18, 2006
POLITICUENTOS:TABASCO SIN SORPRESAS
Publicadas por Martín Triana Dontriana a la/s 2:33 a.m.
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