/tr>
LOS PRODUCTOS DEL BOICOT ¡NO LOS CONSUMAS!: Bimbo , Sabritas , Jumex , Pepsi, Gamesa , Televisa (televisión y revistas), TV Azteca , Milenio (Diario y Semanal), Banamex , Maseca , COPARMEX , Coca-Cola , Wal-Mart , Bachoco , Megacable , Farmacias Similares , M&M's , Kimberly Klark , Burger King , grupo ALSEA , Autobuses Estrella Blanca . Más en este link.

miércoles, octubre 18, 2006

ALBERTO CARRILLO ARMENTA: QUE 20 AÑOS NO ES NADA

NOTA ORIGINAL MILENIO DIARIO

La política económica debe interesarse en la esencia de la economía que es cómo crecer, cómo incrementar los recursos disponibles que por definición son siempre escasos para atender las necesidades crecientes.

Contrario a lo que dicen nuestros gobernantes, de que la macroeconomía va muy bien aunque la microeconomía todavía no ve sus efectos, pero tarde o temprano los verá, es muy probable que la situación este mal porque la política económica que se ha seguido en los últimos 20 años ha fracasado.

El gobierno ha fracasado porque no ha podido resolver qué es lo que determina la capacidad de nuestro país para utilizar eficazmente sus recursos productivos, para adaptarlos a fin de crear riqueza y distribuirla.

Aunque la política económica siempre es una apuesta al futuro, porque busca enfrentar y superar condiciones estructurales, circunstancias y factores externos e internos adversos, su evaluación necesariamente es retrospectiva. Porque sólo mirando la historia reciente es que se pueden apreciar sus tendencias y advertir lo que mejor funciona del modelo económico y también aquello que el modelo no atiende o en el que de plano falla. Los macroeconomistas son –válgame la figura– como los conductores de un vehículo, que deben ver los espejos retrovisores y laterales cada diez segundos a fin de no chocar o estrellarse.

Al ver hacia atrás se pueden apreciar las fallas en el crecimiento del PIB, los índices de empleo, también fenómenos monetarios nocivos como la inflación o la deflación, esos indicadores y otros son los focos rojos que, de prenderse, deben atraer la atención de la teoría y de la política macroeconómica para que ésta no sólo sea descriptiva, sino prescriptiva y por lo tanto activa.

El fracaso del señor Fox es evidente porque la política macroeconómica sólo tiene un indicador de su éxito, que es el PIB, el valor de la producción de bienes y servicios finales producidos. Tenemos 20 años con crecimientos apenas iguales o ligeramente superiores al incremento de la población, sin que se haya prendido un solo foco rojo en el actual gobierno.

Lo peor, el modelo económico vigente ha convertido al país en un inmenso territorio generador de pobres: la crisis, es decir, la fase de contracción del ciclo económico, empobrece siempre a una parte de la población que la fase expansiva del mismo no alcanza a rescatar. La “crisis Azteca” hundió en la pobreza a decenas de miles de familias que la recuperación zedillista no pudo sacar de ella, lo mismo ha pasado durante la crisis que nos afectó durante buena parte del actual sexenio y de la cual ya no alcanzarán a salir los que cayeron en ella por la débil recuperación económica que vivimos.

Es por ello que siempre hay más pobres, siempre hay más emigrantes, cada día aumenta la informalidad social y económica y cada día hay más gente ocupada en actividades delictivas. Por ello nos extraña cómo, a pesar de 20 años de nulo crecimiento, el señor Felipe Calderón nos vuelve a proponer otro Plan Sexenal cuyo fruto se verá dentro de otro igual número de años.

Calderón está obligado a echar un vistazo por el espejo retrovisor a lo que este sexenio está dejando atrás: más pobreza, una clase media en acelerado proceso de pauperización, una sociedad rural en la miseria, ciudades sin industrias, fábricas cerradas cuyos propietarios han decidido contrabandear de China lo que antes fabricaban, ninguna actividad productiva que genere expectativas, circuitos económicos bloqueados como el del crédito a las actividades productivas e industriales, una apertura comercial que ya dio de sí y que tiene un sector exportador que no jala la economía del país ni la de las regiones.

A pesar de que los economistas del régimen no comulgan con las ideas de John M. Keynes, Calderón debiera recordar algunas de sus tesis, aunque sea como una mera referencia casi filosófica, sobre todo recordar esa famosa frase que le inmortalizó cuando debatía contra quienes sostenían que las depresiones económicas eran auto correctivas y que tarde o temprano abrirían paso un franco crecimiento sostenido: “a largo plazo, todos estaremos muertos”.

COMENTARIO: Con todo y su tono deprimente, esta nota es demasiado suave con los inútiles que han undido a esta nación en menos de 30 años. Mientras Taiwan, Corea del Sur y hasta Vietnam disfrutan de una gran prosperidad, México se unde económicamente a niveles del África subsahariana cuando en 1980 las condiciones de bienestar en el país eran similares al bienestar en Corea y Taiwan. Vaya éxito del neoliberalismo económico.

No hay comentarios.: