Opinión
Desde México
Göering y Pinochet Por: Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:27/10/2006) |
Los ejemplos en política son frecuentemente definitivos. Los buenos y los malos. Esto es cierto tanto si se trata de métodos como de principios o valores. El caso de Augusto Pinochet, ex dictador fascista chileno a quien la complicada situación política de la nación andina le ha permitido no entrar a prisión en forma definitiva, y por muchos bien merecidos años de condena, fue descubierto como lo que es, un hampón y malandrín que se valió del poder ilegalmente conseguido no sólo para reprimir y asesinar a una democracia hasta entonces ejemplar y a sus adalides más significativos como Salvador Allende y muchos más. Rastrean las autoridades de Chile si en uno de los depósitos bancarios del ex dictador en Hong Kong están 9 mil kilogramos de oro que hasta hoy se mantenían escondidos del ojo de la justicia y de la sociedad chilena.
El hecho de que dos periódicos, el derechista El Mercurio (fiel a Pinochet en los aciagos años del cruento golpe militar y durante su dictadura de 17 años) y el diario La Nación, de filiación gubernamental, publicaron la denuncia que incrimina a Pinochet, quien hipócritamente se ha escondido en supuestas enfermedades incapacitantes para ir a juicio, cosa que no ha logrado del todo. Apenas ambos medios publicaron la denuncia, presuntamente surgida de alguna de las misiones diplomáticas chilenas en el oriente asiático, el gobierno de Bachelet se dispuso a realizar las indagatorias correspondientes, aunque todo apunta a su veracidad. Mucho ayudará a la causa de la democracia chilena, para que esta en definitiva se asiente, el ir al fondo en esta indagación.
El Consejo de la Defensa del Estado (CDE), una especie de fiscalía chilena, se ha dedicado a investigar las cuentas clandestinas de Pinochet en bancos de todo el mundo, y lo está haciendo ahora, apenas conocerse la denuncia. Ya solicitó el CDE a la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile que autorice al juez del caso para que se incauten los lingotes de oro, cuyo valor monetario está entre los 160 y los 190 millones de dólares (un millón 600 mil a un millón 900 mil millones de pesos mexicanos, o un poco menos). Uno de los elementos más graves del asunto es que esa fortuna en oro sólo puede haber sido sustraída de la riqueza nacional mediante el uso delincuencial de los mecanismos del poder, de los que gozó durante 17 años el militar al frente de uno de los regímenes más sangrientos que hayan sufrido América Latina y el mundo. Ya se ve que no fue “en defensa de la civilización cristiana” o de la “seguridad nacional”, que Pinochet armó su política contra toda izquierda que se le cruzara en el camino, sino del mezquino afán de lucro indebido y salido de una de las atarjeas más pestilentes de la inmoralidad humana.
Viene a la mente, de inmediato, el ejemplo del jefe de la fuerza aérea de Hitler, en la Alemania fascista de la segunda guerra mundial, Herman Göering, quien apresado llegó al juicio de Nuremberg pero optó por suicidarse antes que recibir el dictado del castigo que merecía. Pero no es este el ejemplo, el del suicidio, el que haya cundido en Pinochet -que hubiera sido bueno que imitase-, sino el del enriquecimiento mediante el atraco de bienes ajenos que es propio de los fascinerosos. Göering, según se supo en la posguerra, había acumulado obras de arte, pinturas, esculturas, de los grandes artitas y de la gran cultura europea, así como oro y dinero, mucho de ello “incautado” a judíos alemanes ricos, por cantidades y valores ante los cuales palidece la rapiña pinochetista. Pero en ese sentido es evidente que fue el ejemplo, y no sólo su odio enfermizo contra el pueblo y las izquierdas. Malhechores ambos, no hay perdón para ninguno de los dos. Atraco y anti izquierdismo son caras de una misma moneda, la del anticomunismo y el antisemitismo, que en México sostiene la ultra derecha del Yunque, que por lo pronto se ha dedicado a acumular puestos oficiales, de seguro para “ambientarse” y “adiestrarse” en cómo realizar los atracos que son propios a su anti ética.
Pero no sólo Göering sino también los altos mandos fascistas alemanes se dedicaron a atracar los bienes ajenos. Habrá que ver si en Chile no se da un caso más de ese tan “importante” ejemplo, en que los “colaboradores” de Pinochet no hayan hinchado la talega en esos 17 años de dictadura sin frenos. Lo cual viene a ser una buena alerta premonitoria de lo que en México puede ocurrir, si sólo en seis años de Fox se ha puesto en evidencia la ambición de la esposa del presidente y de sus hijos Bribiesca Sahagún para acumular negocios y riqueza de seguro al cobijo de la señora Marta, que ha investigado con mucha seriedad y denunciado con suma energía el ex diputado Jesús González Schmal, acompañado en esta misión de limpieza cívica de la también ex diputada Malú Micher, del PRD. Y si al presidente designado, Felipe Calderón, ya se le descubrió al “cuñado incómodo”, Diego Zavala, quien con la empresa Hildebrando medró con el tráfico de influencias del entonces funcionario público panista-foxista, que sólo era secretario de Energía, hay que imaginarse qué no hará llegado aquél al poder. La derecha no tiene llenaderas ni en sus ansias de poder ni en sus apetitos de enriquecimiento. Ahí queda como alerta pertinente.
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