Por Ricardo Andrade Jardí Y mientras Yucatán y en particular la ciudad de Mérida es militarizada por el ejército paralelo (EMP) que acompaña al ilegítimo miedoso Fecal y por aquello de que somos una “república soberana” el servicio secreto de Estados Unidos se posesiona por los rincones de lo que fuera la Ciudad Blanca, como preparativo del encuentro entre el terrorista de Estado más peligroso del mundo y su lacayo latinoamericano, reunión que se efectuará en el “ranchito” del ladrón número uno de México y probablemente del globo, el cual va por la vida además apoderándose de terrenos ejidales que son “adquiridos” a 60 centavos el metro cuadrado y pagados en abonos. Reunión en la que se discutirá unilateralmente, pues sólo una de las dos partes emitirá órdenes y la otra cumplirá incondicionalmente con las mismas, órdenes que el presidente ilegítimo del vecino país impone al usurpador mexicano y que, entre otras, tienen que ver con la entrada de México al comando Norte, con el objetivo de que en las próximas aventuras y agresiones militares de la “Democracia Corporation S.A.” sean los militares (no los del Estado Mayor, esos se encargarán de reprimir la resistencia civil en el país) mexicanos los que encabecen las carnicerías bélicas del libre mercado, que distraigan la atención del expansionismo usurero y el narcotráfico ahora encabezados por el líder ex banquero, que hoy se adueña (gracias, hay que reconocerlo, a la hoy convertida en el paladín de la democracia Ana Rosa Payán) de la costa yucateca como parte del anexionista Plan Puebla Panamá (PPP). No conviene que nos engañemos. El fraudulento Bush, viene al continente latinoamericano para sobornar y corromper a todo Dios con la intención de frenar las políticas sociales que han emprendido la mayoría de los gobiernos del Sur, políticas que dan un giro contra la visión neoliberal frenando los planes de sometimiento que la “democracia de mercado” tenía pensado para los pueblos del continente. Los intereses de Estados Unidos son claros, la inmediata implementación del PPP con la intención de que sea México quien cierre sus fronteras al exilio del hambre que aqueja a Centro América principalmente, mientras se trazan las nuevas rutas del negocio imperialista del narcotráfico y la violencia. La visita de G.W. Bush a Yucatán es una ofensa para el Estado en particular y para el país en general. La presencia de dos gobiernos ilegítimos que son producto de un mismo fraude de mercado, escudado en la mala utilización de la palabra democracia (otra de las “virtudes” del neoliberalismo es la banalización de los conceptos y las ideas) y que responde a los intereses de los monopolios telecráticos, deja claro que el cinismo es el rostro de las “instituciones de la democracia”, que tanto nos dicen que hay que defender las autoridades y los intelectuales a modo, ocultando que el verdadero peligro es el hecho de que un asesino terrorista se reúna con un usurpador de poca monta con aspiraciones golpistas en la casa del más peligroso ladrón del planeta. La fotografía anuncia el rumbo de la “relación bilateral” y el imaginario propuesto es claro la “Democracia Corporation S.A.” ha decidido oficializar pública y mundialmente sus relaciones comerciales con el verdadero poder del continente: el narcotráfico y la usura y ¿quién mejor para representar esa Santa alianza que el ex dueño de Banamex? |
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