¿QUE DIJERON?.

Lo que sí se dijo

jueves, 15 de marzo de 2007

María Teresa Jardí Lo que "no escuchó", la peor televisión del planeta, que es la mexicana, marginada incluso en su casa, porque es falso que en vivo se haya transmitido la rueda de prensa conjunta que realizaron en Mérida el asesino Bush y Felipillo, --en vivo la transmitió CNN que pasa por Cable y por ende en un canal que podemos ver solamente los que pagamos por ese fraude, porque, a ver, no me dirán ustedes que no es un fraude el que nos cobren por una televisión que corta los programas, cada tres o cuatro minutos, para endilgarnos un anuncio--, lo que no escucharon los comunicadores a modo del sistema del monopolio que, Televisa merced a la Ley Televisa encabeza, es lo que sí se dijo. Bush dijo que ni pensar en una amnistía para los migrantes. Que se tiene que reglamentar que los migrantes puedan ir de manera temporal a ese país --obviamente, sin derechos-- a realizar los trabajos que los yanquis no quieren hacer. Así de claro fue Bush. Y ni siquiera FeCal se engañó al respecto. Y saberse tan marginado incluso por los reporteros yanquis, a los que sólo les interesaban las cosas domésticas relacionadas con el cese de los fiscales y la posible salida de González, lo llevó a que por poco se echara a llorar ante las cámaras del mundo, al más puro estilo del frívolo presidente José López Portillo, al referirse a sus familiares migrantes, por hambre también, se entiende, que del otro lado del muro de la ignominia sobre el que no hubo ni una pregunta en esa rueda de prensa visiblemente arreglada con los medios que fueron acreditados, a los medios libres como quedó demostrado con la no acreditación del POR ESTO! de plano se les marginó para evitar las preguntas molestas que también nos hacemos los ciudadanos. Visiblemente tristón, frente a los reporteros gringos, que no lo pelaron ni por elemental educación, recordó las verduras que sus familiares cosechan para ser servidas en la mesa de esos reporteros que de manera tan diáfana evidenciaban que a los medios yanquis les importaba un comino los arreglos a los que hubiera podido llegar Bush con el ilegítimo gobernante mexicano. Es lo malo de llegar con un fraude: nunca se deja de ser un gobernante ilegítimo ante los propios y más aún ante los ajenos. Más allá de que quien se somete como vino a hacer en Mérida FeCal, soldaditos yanquis y muros incluidos, a los dictados de un gobierno extranjero, por mucho que se diga a sí mismo que lo hace para proteger la integridad del visitante asesino, no lo respeta nadie. Lo que puso en claro el evento, de paso represivo contra los ciudadanos yucatecos, es la magnitud de la estupidez de Calderón. Yucatán no era el lugar para recibir a Bush, entre otras cosas, como la elección que se avecina, porque aquí sí funciona un diario digno que iba a recordar denuncias que no van a poder ser ignoradas por quien llegue a sustituir a Bush en el imperio vecino. Y esto lo saben los medios gringos. Cuestión de inteligencia. Bush está acabado y quien llegue a sustituirlo va a tener que tomar medidas para recuperar algo de la mucha estimación perdida por los gobernados estadounidenses a sus presidentes, y lo que sucedió aquí se va a recordar allá, aunque sea para seguir con el circo necesario para entretener al respetable a falta de libertad para cambiar lo que los intereses, de quienes mandan, obligan a seguir implementando en ese imperio que decidió emular al romano antes de fenecer igual que su símil. Libertad inmediata a los presos políticos yucatecos.