Nada tiene que celebrar Calderón. |
Ninguna crisis ha superado el país
Vigentes los riesgos para la Nación
Prevalecen impunidad y complicidad
Un acto faraónico organizó el gobierno federal en Palacio Nacional, para lo que requirió "amurallar" el Centro Histórico de la Ciudad de México, a donde acudieron un mil 200 "invitados especiales" entre secretarios de Estado, funcionarios de la Presidencia, integrantes del gabinete legal y ampliado, los presidentes de la Cámara de Diputados, del Senado y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el titular del IFE y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, gobernadores y líderes religiosos, entre otros, sólo para escuchar de parte de Felipe Calderón que la crisis -¿cuál? ¿la política, la económica, la de seguridad nacional, social o la de legitimidad?- está superada a 105 días de que él tomó posesión, por lo que "termina una etapa e inicia otra".
Al grupo de asesores de imagen pública del nuevo inquilino de Los Pinos no les bastó con saturar el espectro radioeléctrico del país y bombardear a millones de mexicanos con los anuncios en los que dan cuenta del "positivo" balance de los primeros 100 días del "felipismo", por lo que tuvieron que echar mano de un teatral evento político para repetir, al más puro estilo de la propaganda nazi, que ya no existe la situación de crisis: de seguridad en varios estados por las actividades del narcotráfico, y política en todo el territorio nacional a consecuencia del cuestionado resultado de la elección presidencial del 2 de julio, lo que le impidió a Calderón una nueva administración sexenal con el grado de legitimidad que requiere encabezar la Primera Magistratura de la Nación.
Tras el estrepitoso fracaso que representó la visita del presidente estadounidense George W. Bush a nuestro país, Calderón no quiso esperar 260 días más para dar su primer informe de gobierno a la Nación y, con un ímpetu digno de mejor causa, presentó un "balance formal" de los primeros días de su administración, en el que reconoció el panorama "sombrío y de zozobra, debido a los altos índices de inseguridad", que a la fecha se mantienen, y destacó que los operativo realizados en distintas entidades han dado resultados pues "han disminuido las ejecuciones" en Michoacán en 63 por ciento, en Guerrero en 40 por ciento, así como en Nuevo León y Tamaulipas.
Sin embargo, la terca realidad se empecina en desmentirlo: precisamente este jueves los medios de comunicación dan cuenta de que en lo que va del presente mes cuando menos cuatro personas por día han sido ejecutadas por el crimen organizado, con lo que mantiene el récord de su antecesor; que en las últimas 24 horas al menos se han registrado 17 homicidios relacionados con el narcotráfico, en los cuales un gran número de víctimas son policías y jefes de seguridad pública regional; que la crueldad de los sicarios al servicio de los cada vez más poderosos jefes de los cárteles mexicanos está a la orden del día como lo demuestra la cabeza humana arrojada en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública en Tabasco, cuyo cuerpo fue encontrado en el Estado de Chiapas; y que la ola de violencia que se incrementó en los últimos días continuará a lo largo del año pues los delincuentes disputan palmo a palmo los territorios que creen son suyos, como lo admitió el subsecretario de Política Criminal de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, Alejandro Rubidio García.
Frente a la clase política del país y de espaldas a la población de la capital de la República, Calderón desglosó los cinco ejes que guían su gobierno: Estado de derecho, respeto y seguridad pública; economía competitiva y generadora de empleos; igualdad de oportunidades; desarrollo sustentable y democracia efectiva, y política exterior responsable, y destacó que en su gestión se busca dar un nuevo valor a la función pública de transparencia y honestidad, a unas horas de que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) diera a conocer que, como punta del iceberg de la corrupción que impera en el país, Diego Hildebrando Zavala, cuñado del titular del Ejecutivo Federal, se sigue beneficiando con contratos de la administración federal, con los institutos para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), conocido popularmente como "Robaproa", y Nacional de Estadística, Geografía e Informática, además de que recibe subsidios millonarios por parte de la Secretaría de Economía.
Sus declaraciones suenan muy alejadas de la realidad cuando los mexicanos nos enteramos que el propio Calderón, su secretario particular, César Nava, y el esposo de Cecilia Romero. Comisionada del Instituto Nacional de Migración, Emilio Baños Urquijo, incurrieron en tráfico de influencias en la construcción de un túnel en Coatzacoalcos, Veracruz, como lo denunció el equipo del ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador; que el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) determinó que la Secretaría de la Función Pública (SFP) podrá mantener clasificada la información sobre las auditorias a PEMEX y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en relación con los hermanos Bribiesca Sahagún, hijos de Marta Sahagún, esposa del ex presidente Vicente Fox Quesada; que el Gobierno del Estado de México entregó una copia a la Procuraduría General de la República (PGR) del expediente de la investigación que inició contra el ex gobernador Arturo Montiel en el que se concluyó en definitiva que no existen evidencias de su presunta responsabilidad en los delitos de tráfico de influencias, peculado y enriquecimiento ilícito.
O que en menos de 45 días, el "gober precioso", el poblano Mario Marín, inicia totalmente despreocupado su tercera gira internacional a El Salvador y Panamá, sin que hay sido tocado ni con el pétalo de una rosa por el caso Kamel Nacif-Lidia Cacho, al igual que sucede con el ex gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal, por la serie de trapacerías que hizo durante su mandato y que lo tuvo al borde del juicio político del que se salvo por la protección que le brindo Vicente Fox; o los mandatarios de Jalisco, Emilio González Márquez, que declara que no llegó a robar, pero si a velar por el bienestar de su familia, y Oaxaca, Ulises Ruiz, a pesar de que, en este último caso, al presentar el informe especial sobre los hechos sucedidos en la ciudad de Oaxaca, a partir del 2 de junio de 2006 y hasta el 31 de enero de 2007, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) reveló que durante el conflicto fallecieron 20 personas, 381 resultaron lesionadas y hubo 366 detenidas, de las cuales 56 continúan privadas de su libertad, y responsabilizó a funcionarios de los tres niveles de gobierno por haber cometido distintas violaciones en esa entidad.
O que la magna obra de infraestructura del gobierno foxista, la Biblioteca Vasconcelos, en la que durante el pasado sexenio se invirtieron mil 300 millones de dólares, permanecerá cerrada por tiempo indefinido debido a que fue puesta en marcha en condiciones inadecuadas y resiente fallas todo el edificio, como lo reconoció su director Ignacio Padilla; que el informe final sobre la investigación de la tragedia ocurrida en la mina Pasta de Conchos, en el estado de Coahuila, que será dado a conocer la primera semana de abril por la comisión legislativa que investigó los hechos, confirmó que existió negligencia y omisión por parte de las autoridades de la empresa; o que la el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó al Instituto Federal Electoral (IFE) volver a investigar el presunto desvío de recursos públicos a la campañas presidenciales de los candidatos priístas Francisco Labastida Ochoa y Roberto Madrazo Pintado, entre otro muchos lamentables hechos que hablan del alto grado de impunidad que prevalece en el país.
Mal hace Calderón con mostrar satisfacción o autocomplacencia con los magros resultados de su incipiente administración. Contra lo que él afirma, en el país no prevalece el Estado de derecho, no hay respeto y la inseguridad pública continúa siendo un problema de seguridad nacional, toda vez que la estrategia aplicada ha dado resultados de carácter mediático, pero no de fondo, por lo que la conflictiva situación se va agravando día con día y el derramamiento de sangre en diversas regiones del país lejos de terminarse sigue incrementándose.
México está lejos, pero muy lejos de poder contar con una economía competitiva y generadora de empleos, de hecho las fuentes de empleo han disminuido y las perspectivas de crecimiento económico y exportaciones están incluso por debajo de las que se registraron en el último año del "foxismo". Además, las condiciones económicas internacionales, desde la desaceleración de la economía estadounidense hasta la baja en los precios del petróleo,
Por ningún lado se ven igualdad de oportunidades para todos, al contrario la brecha entre cada vez menos ricos -pero con fortunas escandalosas como la de Carlos Slim- y más pobres se amplía, lo que habla de una inexistente distribución de la riqueza que se genera en el país; no se vislumbra por ninguna parte un desarrollo sustentable para la Nación, y la democracia efectiva es un cuento para dormir a los niños mexicanos que despertaron en una pesadilla el pasado 2 de julio al conocerse las tendencias de la votación; y de política exterior responsable prácticamente de nada tiene que hablar la actual administración después de la exhibición de sumisión y subordinación al presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, durante su reciente visita al Estado de Yucatán, y del alejamiento cada vez más marcado de nuestros hermanos latinoamericanos y los gobiernos de izquierda, que han sido satanizados por los panistas mexicanos en el poder.
Así, nada tiene Felipe Calderón que celebrar.
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