/tr>
LOS PRODUCTOS DEL BOICOT ¡NO LOS CONSUMAS!: Bimbo , Sabritas , Jumex , Pepsi, Gamesa , Televisa (televisión y revistas), TV Azteca , Milenio (Diario y Semanal), Banamex , Maseca , COPARMEX , Coca-Cola , Wal-Mart , Bachoco , Megacable , Farmacias Similares , M&M's , Kimberly Klark , Burger King , grupo ALSEA , Autobuses Estrella Blanca . Más en este link.

viernes, marzo 02, 2007

EDITORIALES DESDE JALISCO

Aunque, antes, empezamos con la deliciosa sátira del buen Jairo Calixto Albarrán:

Más Bribiesca que nunca


Ni aun los virus más ambiciosos podrían emular la capacidad para la pandemia que el ex presichente Fox disipa cual niño con sarampión en una guardería del DIF. Contagiados por su cercanía ideológica y humana con este prócer, encumbrados políticos e intelectuales han pasado a la etapa superior del cantinflismo: el foxismo. Ahora todos quieren foxiar con singular alegría como ya lo hemos visto no sólo en el aparato de comunicación social calderonista, en la insólita persona de ese gentleman del arrabal que es Manuel Espino, en las recientes declaraciones de Abascal (“lo idóneo no es la vida, es tan sólo vanidad”), y a través de Carlos Tello Díaz que, por defender su novelesco libro de investigación, 2 de julio, lo único que ha conseguido es que sus fuentes se nieguen a apoyarlo en su legítima aspiración de que la realidad se ajuste dócilmente a sus prejuicios.

Tanto lo han vapuleado, desmentido, criticado y caricaturizado, que ha trascendido que Tello, hijo pródigo de los yanomami blue, hará una edición corregida y aumentada de 2 de julio donde, al parecer, gana El Peje.

Según las últimas investigaciones, el parvovirus foxista es el culpable también de que ciertos ministros de la Corte como Góngora Pimentel y Azuela demostraran en este affaire de los militares con VIH que son tratados en el Ejército como si fueran de la APPO en Almoloya, que sus ideas sobre el sida las sacaron de un manual redactado por Serrano Limón.

Como van las cosas, los riesgos de infección serán tales, que terminaremos confundiendo a Carlos Fuentes con El Kikín Foseca, los videos tepiteños con las películas de Scorsese y la democracia con las elecciones de 2006. O sea.

Claro que no debemos apanicarnos porque todavía no se encuentre vacuna en el mercado para el mal del afoxiamiento. Antes al contrario, debemos aprovechar el extraño talento de don Vicente para arreglar algunos de los problemas que agobian a la patria. Si lo dejamos en Tepito, por ejemplo, en pocos días habrá un caos de tal magnitud que el narcomenudeo descuidará a la clientela, las fortalezas se volverán más vulnerables que Puente Grande, los fayuqueros pagarán sus impuestos y los piratas arrepentidos se irán a trabajar a Mix Up.

Como quiera que sea, también se podría pensar que este fenómeno foxiano no se trata de la propalación de algo parecido a la peste bubónica de la dislexia, sino de un sentido pero merecido homenaje de su fanaticada al esposo de doña Martita que, felizmente, está más Bribiesca que nunca.

Y a propósito del final del sexenio de Francisco Ramírez Acuña, de Rubén Martín:

Adiós a un sexenio opaco

Ayer terminó el periodo de Francisco Ramírez Acuña como titular del Poder Ejecutivo, el segundo de un político emanado del partido demócrata-cristiano en Jalisco. Es tiempo de hacer un balance de esta gestión. Nunca como en este periodo la clase política profesional jalisciense había estado tan bien. En estos seis años se consolidó una tendencia favorable y ascendente para este grupo profesional que se dedica a la búsqueda y al ejercicio de poder. Mantuvieron salarios altos, crecieron sus prebendas y privilegios, viajaron al extranjero como nunca, cambiaron de autos, se entusiasmaron por la ropa de marca, intentaron a aprender golf, y creció el aparato público. Hubo más de once mil nuevos empleos formales (y varios miles más eventuales) en el aparato público, como consigna el balance sexenal de la Dirección de Pensiones del Estado.

Todo a costillas de los contribuyentes.


Este sexenio fue una época gloriosa para la “burguesía dorada” (como llama Emilio González Márquez al aparato burocrático), pues envió a dos políticos al gobierno federal, a una veintena a puestos de primer nivel en la burocracia, y a través de ellos empezará la colocación de cientos de panistas y políticos arribistas de otros partidos, en las diversas dependencias y delegaciones federales.

Estos espacios públicos serán usados a su vez como plataforma y trampolín para buscar nuevas posiciones de poder. La lucha entre Ramírez Acuña, Alberto Cárdenas y Emilio González por la nominación presidencial del PAN será despiadada. Y Jalisco será el escenario de esa confrontación.

Pero, ¿también para la sociedad jalisciense fue un periodo glorioso? ¿Aumentaron los ingresos para los trabajadores del campo y la ciudad? ¿Las personas que viven de su trabajo ahora tienen más facilidades para comprar una vivienda decente? ¿Ajustan los salarios y otras actividades productivas para que la gente se alimente, tenga vivienda, educación, salud y recreación en recompensa a su esfuerzo?

No. Hay demasiadas evidencias, sobre todo historias personales, que confirman que en Jalisco se vive peor. Por ejemplo, el porcentaje de niños nacidos vivos con bajo peso creció 118 por ciento de 2002 a 2005. Más allá de la escalofriante estadística, el dato revela que hay cada vez más familias que no tienen suficientes recursos para procurar embarazos saludables. Los niños con bajo peso al nacer empiezan su vida con un déficit de oportunidades respecto a los demás.


En este sexenio también aumentó la marginación en los municipios ya de por sí marginados. En Mezquitic, Bolaños o Santa María del Oro tienen diez veces más población analfabeta que en el resto del estado.

En varios aspectos, Jalisco ofrece indicadores mediocres. Si bien sigue siendo la cuarta economía del país, cae a la mitad o más abajo en varios otros rubros: 9° lugar en población con electricidad, 12° en población analfabeta, 16° en grado de escolaridad, 16° en población con derecho a la seguridad social, 14° en ingreso per capita. Además de la pobreza, hay indicios de que la desigualdad ha aumentado en la entidad en los últimos años que se ha aplicado el modelo de economía abierta.

El gobierno que terminó ayer su periodo fue un verdadero desastre. Si bien presume el ritmo ascendente de las exportaciones, en el sexenio de Ramírez Acuña el déficit comercial fue de 18,444 millones de dólares. Lo más preocupante es que no es el déficit comercial, sino de empleos. El modelo económico aplicado por el gobierno estatal es un fracaso en esta materia. En seis años se acumuló un déficit de más de 273 mil empleos. ¿Qué hace la población para sobrevivir? Se va al Norte a trabajar, labora en el comercio informal, aumenta su carga de trabajo o va a la delincuencia. Si no fueran por las remesas, los trabajos e ingresos extras, muchas familias no hubieran sobrevivido.

Por si fuera poco, también se acentuó el ataque a los derechos de propiedad de las comunidades rurales, a las conquistas de los trabajadores, al tiempo que se perseguía y hostigaba a quienes salían a las calles a protestar. Ya se ha dicho lo suficiente en materia de derechos humanos. Este sexenio reprobó en la materia. De modo que el mejor sexenio para la clase política es un verdadero desastre para la mayoría de la población en el estado.

Esto último, también va como crítica a los perredistas que en el DF (o de otras partes del país, que también les toca) ya sea como partidarios de Ebrard o de Nueva Izquierda, quieran tronar las acciones de AMLO que les ganaron el hueso. Antes que servir a su grupo político, tienen que servir al pueblo. Les conviene, pues conservarán el poder más tiempo, y una sociedad agradecida les dará más privilegios y más reconocimientos, disfrutables con mayor comodidad, que si se atienen a obtener riquezas mal habidas. A menos que quieran vivir como Fox o Calderón, señalados y perseguidos por el resto de sus vidas.

Además, se recomiendan ampliamente las transmisiones del programa Cosa Pública de esta semana, así como la entrevista que en el mismo programa realizó Rubén Martín al senador Ricardo Monreal el viernes de la semana pasada. Los programas están disponibles en la siguiente dirección:


Programas Notisistema
Podcast Cosa Pública iTunes
Podcast Cosa Pública Genérico

A propósito del nuevo gobernador en Jalisco, y el verdadero poder en el estado, el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, que hipócritamente quiere desaparecer la Comisión de Derechos Humanos estatal, pero que buscó en su momento la protección de la Nacional.

Paola Lazo: ¿Una sociedad sin defensa de los derechos humanos?

Será que somos una nación tan justa, incluyente y democrática que no necesitamos de organismos que garanticen el respeto y protección de los derechos humanos?

A pesar de que existen numerosos ordenamientos legales para una observancia y cumplimiento de los derechos fundamentales, hay un abismo entre las políticas estatales en materia de derechos humanos y la puesta en práctica de acciones concretas que respalden la igualdad y dignidad de toda persona.

Día a día nos enfrentamos a un sinnúmero de graves violaciones a los derechos de mujeres, niños, niñas y hombres: ¿cuántas personas son privadas injustamente de su libertad? ¿Cuántas son víctimas de la violencia, la explotación y la tortura? ¿Cuántas sufren discriminación por “razones” de edad, género, religión, condición social, racial, étnica o de discapacidad?

Sobran evidencias para afirmar que la desaparición de las comisiones de derechos humanos constituiría un retroceso absoluto en mucho de lo que hemos ganado como sociedad al instituirlas y apoyarlas. Las leyes mexicanas no son suficientes para la defensa de los ciudadanos, y por eso ha sido necesaria la creación de instituciones públicas y privadas de protección a los derechos humanos.

Los derechos humanos se fundamentan en la dignidad de la persona. Por eso, todos gozamos de ellos. El Estado no sólo debe reconocerlos, sino además respetarlos y defenderlos, así como garantizar a los individuos la vigencia de sus libertades y derechos consagrados en la Constitución.

El ombudsman, figura que nació en Suecia en la Constitución de 1809, tenía la finalidad de establecer un control adicional para el cumplimiento de las leyes, supervisar su aplicación y crear un camino, ágil y sin formalismos, que conociera las quejas de los individuos sobre las arbitrariedades cometidas por las autoridades y funcionarios públicos.

En México, los instrumentos clásicos de protección de las garantías individuales, como el juicio de amparo, se han complementado con otros organismos de defensa de los derechos humanos. Desde 1979, se han impulsado una serie de instituciones como parte del sistema nacional de protección no jurisdiccional de los derechos humanos. México decidió adoptar la institución del ombudsman porque recoge, de acuerdo con nuestra tradición y cultura jurídica, la experiencia positiva de su funcionamiento en otros países para la defensa y protección de los derechos humanos. En 1990 fue creada, mediante decreto presidencial, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y, en 1992, a través de una reforma a la Constitución se garantizó la permanencia de la Comisión en el sistema jurídico mexicano.

Las comisiones estatales reúnen las características generales del ombudsman: son organismos antiburocráticos, antiformalistas, autónomos y gratuitos en los servicios que prestan.

Quizá algún día logremos convertirnos en una sociedad verdaderamente incluyente, democrática, solidaria, que valore y respete la dignidad de cada ser humano. Mientras tanto, nos corresponde denunciar con firmeza la injusticia, la desigualdad y las necesidades sociales y culturales de hombres y mujeres. Las comisiones de derechos humanos fueron creadas para garantizar ese respeto y protección, y no sustituyen ni duplican ningún órgano legal instituido, sino que los complementan en su labor de defensa, protección, estudio y divulgación de los derechos humanos.

Roberto Castelán Rueda: El ayatolá


Viajar a un país teocrático, en donde la vida política, social y económica se rige por un libro sagrado y el poder civil se subordina al poder religioso representado por un personaje conocido como el ayatolá, nos ayudaría a valorar nuestro sistema político.

En los sistemas políticos teocráticos, el Ejército tiene una gran presencia en las calles como recordatorio para quienes olvidan que los designios de Dios están bien resguardados en la tierra.

A pesar de esa presencia tan fuerte de los militares y del ayatolá en todos los asuntos públicos y privados, la gente parece vivir contenta. Parece disfrutar de la vigilancia militar y las continuas apariciones del ayatolá en los diarios, la radio y la televisión, para opinar sobre cualquier cosa.

El ayatolá es un experto en cualquier cosa. Es un hombre arrogante y sus argumentos son bravuconadas ajenas a la reflexión sensible y humilde propias de un religioso. Pero la gente lo quiere y lo escucha.

Un día puede aparecer en un mercado y criticar a los comerciantes. Después les dice misa a los empresarios y aprovecha para regañar a diestra y siniestra. Es un hombre querido, sus fieles aceptan con humildad el regaño.

Quienes gobiernan atienden sus recomendaciones y procuran nombrar en importantes cargos de gobierno a aquellas personas cercanas a la gracia del ayatolá.

A veces el ayatolá se molesta y critica las leyes civiles emanadas de esos gobiernos. No hay que olvidar que una cosa son los amigos terrenales y otra los intereses espirituales de sus fieles.

Por ejemplo, una vez, en una reunión de ayatolás, conocida como el ayatolado, criticaron una ley que promueve una mayor igualdad de la mujer, por considerar que las mujeres sólo buscaban su apoderamiento.

La ley en cuestión permitía que las mujeres le respondieran al marido con monosílabos y no con la tradicional caída de ojos para manifestar su acuerdo. El desacuerdo todavía no se permite.

Otra vez, el ayatolá dijo que los humanos no tenían derechos humanos y que cualquier institución que defendiera a los humanos tendría que desaparecer. Los civiles del gobierno brincaron de gusto. Por fin una opinión sensata, dijeron.

Afortunadamente, en México vivimos bajo un régimen de libertades civiles y no tenemos que soportar a gobernantes como Hugo Chávez, quien por cualquier pretexto saca al Ejército a las calles. Tampoco tenemos que aguantar los desplantes y rabietas del prepotente y omnipresente ayatolá, que sólo abre su gran boca para regañar e injuriar.


Son las ventajas de la democracia mexicana.

Juan José Doñán: El Caemebién

El modelo existencial de quien hoy debuta como gobernador de Jalisco no parece muy distinto al de la Adelita, pues como a la mítica soladadera, nada le gusta tanto como ser “muy popular entre la tropa”. Y en ese afán, busca halagar por todos los medios a sus interlocutores, adoptando el papel de Zelig, el hombre-camaleón que concibió Woody Allen en la memorable película homónima. Así, la consigna de Emilio González Márquez es: ¡halaga a quien se te ponga por enfrente! Halaga a los empresarios, aun cuando parezca que los reprendes (“No sólo deben hacerse más ricos”), pues en el fondo estarías apelando también a su responsabilidad social; halaga a los jeques de la UdeG, aunque en otro momento los hayas tildado de ser una “burguesía dorada” a costa del erario, pues eso ocurrió en época de campaña y ahora de lo que se trata es llevar una boda a la italiana (no nos queremos, pero como vamos a estar juntos, esto tiene que funcionar); halaga a los diputados de oposición (el campamento que instalaron en su propia sede no es un desfiguro, sino un signo de “democracia”) [en este punto habría que preguntarse qué es un desfiguro mayor: tener diputados acampando en la sede del Congreso o que un Congreso, un Poder estatal se integre y opere de manera ilegal por decisión autoritaria del partido con más diputados, en este caso el PAN, con sus comparsas PANAL y PVEM]; halaga tanto a los camioneros como a quienes exigen un mejor transporte público, pues a nada te comprometes.

Halaga por regla a los chicos de la prensa; halaga al cardenal de Acámbaro, aun cuando diga dislates (“Como ciudadano, el cardenal tiene todo el derecho de decir lo que piensa”); halaga a las fuerzas vivas y también a las que con apuros sobreviven, prometiendo a éstas últimas hasta aquello que está fuera tu alcance (más empleos y mejor remunerados); halaga a los intere$ados en la presa de Arcediano, matizando —como concesión retórica a los impugnadores del proyecto— que habrá “algunas modificaciones”, pues tú estás “convencido de que es la mejor opción” para garantizar el abasto de agua para la zona metropolitana de Guadalajara, aun cuando estén pendientes los estudios de la Organización Panamericana de la Salud, pues si éstos resultaran desfavorables, podrías salirte por la puerta de “algunas modificaciones”. Aunque seas una papa en cuestiones estéticas, halaga a los grupos seudofolclóricos, sobre todo si tienes una buena frase comodín: “El mejor espectáculo de Jalisco [el Ballet Folclórico de la UdeG] tiene que presentarse en el mejor edificio de Jalisco [el teatro Degollado]” ¡Tan-ta-ran-tan-tan! En conclusión, halaga a quien se te ponga por delante, pues nadie se resiste al halago y contra éste, como la base por bola en el béisbol, no hay defensa. ¡Con ustedes, el Caemebién de los Altos, alias el nuevo gobernador de Jalisco!

La palabra que busca -o más bien evita- Juan José Doñán es "pelele", pero pues, en Jalisco esa es mala palabra, aún cuando sea la que mejor describa la realidad.

De los muy interesantes pleitos entre panistas, que se ve que son tan tribales con los perredistas, pero con un distintivo toque teocrático (el toque mafioso se lo reserva el PRI, por ahora):


Gabriel Torres Espinoza: Paco, ¿el representante de Felipe Calderón?

La pregunta de hoy es ¿por qué Felipe Calderón envió a Francisco Ramírez como su representante a la toma de protesta de Emilio González? Una de dos: ¿o es lo bastante imprudente para enviar a un ex gobernador de Jalisco como su representante o es un mensaje contundente del estado de ánimo del presidente para el grupo de ultraderecha panista con el que ha protagonizado ya serios desencuentros en el ámbito nacional?

Las diferencias entre la ultraderecha de Manuel Espino (identificada como yunquista) y el equipo calderonista son más que conocidas. Las animadversiones de Francisco Ramírez Acuña con Herbert Taylor, Alonso Ulloa, César Coll, Fernando Guzmán y Óscar García Manzano, colaboradores cercanos de Emilio González, son notorias y están documentadas. Precisamente por ello son los colaboradores más influyentes del hoy gobernador. Todo esto no es en definitiva una casualidad, como tampoco parece serlo que el presidente de la república esté hoy representado por el principal adversario político de Emilio González en Jalisco.

Estos adversarios, dentro del mismo partido, han medido sus fuerzas en las elecciones internas del PAN, en las elecciones constitucionales, en la integración del gabinete de Emilio González y, ahora, en la mismísima ceremonia de toma de protesta del gobernador de Jalisco.

Esa discreta habilidad para sembrar piedras en el camino se expresa también en la forma como la bancada panista, encabezada por el diputado paquista Jorge Salinas, busca abrirle un frente a Emilio con la Universidad de Guadalajara, al aprobar una auditoría de consigna que técnicamente es imposible de realizar sin el acuerdo previo con la Auditoría Superior de la Federación. Si el subsidio que recibe la UdeG es, aproximadamente, 48 por ciento federal y 52 por ciento local, ¿cómo se piensa auditar completamente a la Universidad si el órgano local de fiscalización sólo puede auditar lo que aporta el gobierno del estado (52 centavos de cada peso)?

Si se trata de fiscalizar profesionalmente a la UdeG, ¿por qué negarse a celebrar un convenio con la Auditoría Superior de la Federación, que realmente tiene la capacidad técnica para programar una revisión total a la casa de estudios? Tal parece que estas acciones traen de fondo la deliberada intensión de ocasionarle conflictos de inicio al gobierno de Emilio González con la máxima casa de estudios de Jalisco, como también lo han hecho al asignarse ilegalmente las comisiones dentro del Congreso del Estado.

El rector general no se opone a una revisión profesional de las finanzas de la Universidad; tampoco el rector electo, Carlos Briseño. Emilio González sabe que la única condición que ambos exigen es que sea una revisión apolítica, profesional y convenida con la Auditoría Superior de la Federación, para que consiga una fiscalización efectiva de las finanzas universitarias (48 por ciento federal y 52 por ciento estatal). ¿De qué se trata entonces? Tal vez de ocasionarle un clima de conflicto al gobernador para su inicio de gobierno.

No hay comentarios.: