Conjeturas Alvaro Cepeda Neri I.- Ha transcurrido un año y los 64 homicidios, por omisión, cuando menos, por negligencia también, de los mineros de Pasta de Conchos, Coahuila, siguen impunes. El directamente responsable es el entonces secretario del Trabajo: Francisco Javier Salazar Sáenz, quien sustituyó a Carlos Abascal por sugerencia de éste. Y el indirectamente corresponsable es el señor Vicente Fox, a la sazón, pues, más que Presidente de la República, un inquilino de Los Pinos. II.- Resulta que las minas, en este caso de carbón, deben ser inspeccionadas por la Secretaría del Trabajo y PREVISION Social, precisamente para prevenir, hasta lo máximo posible, que sucedan accidentes y tragedias, como la de esos mexicanos que sin las más mínimas garantías, sueldos de hambre y que murieron asfixiados, para ser, simultáneamente enterrados vivos. Es como para que Fox, Abascal y Salazar Sáenz estuvieran encauzados a un juicio político para deslindarles responsabilidades e imponerles sanciones. III.- Eso, además, de ser llevados a un juicio penal como reos, no como presuntos, causantes de esos homicidios; pero no, gozan de impunidad y un año después ni siquiera sus deudos han recibido las miserables indemnizaciones. Se trata, ya en rigor, de un genocidio e incluso de un crimen de lesa humanidad. Calderón está actuando solapando a Fox y esta complicidad nos asegura que no habrá justicia, porque se trata de familias sin dinero para contratar abogados y comprar jueces. IV.- Ya sabemos que también los panistas son como sus antecesores en el trono presidencial y que los calderonistas encubrirán a los foxistas y así los homicidios permanecerán como simples fallecimientos. Los culpables serán los mineros por haberse introducido, a profundidades inhumanas, a sacar ese combustible fósil. Los despiadados gobernantes, especialmente en este caso federales, dejarán que pase el tiempo y que, supuestamente, se olvide. V.- Pero la memoria individual y la histórica han registrado el hecho y, colectivamente, mantendrán vivo el recuerdo. Son más homicidios cometidos por la negligencia oficial de un Fox que en el cargo presidencial presionó al gobernador coahuilense para "fabricar" culpables. Y de un secretario del Trabajo que no tuvo la previsión de inspeccionar las condiciones laborales de esos mineros, cuyos cadáveres tampoco han sido localizados para que sus esposas e hijos, conforme a sus creencias, les den la debida sepultura. VI.- Esa falta de inspección hace que los mineros hayan sido víctimas de alevosía, ventaja y premeditación, ya que los dejaron bajar al subsuelo que era una tumba colectiva. Su muerte debió ser, tras el derrumbe total, algo más que aterrador. Pero nada conmueve a los gobernantes quienes se la han pasado haciendo supuestas averiguaciones, cuando salta a la vista que murieron porque los foxistas, Fox y su secretario del Trabajo, no cumplieron con sus obligaciones. VII.- Son, en consecuencia, por veredicto popular, unos asesinos con impunidad. Fox ya ni se acuerda de la tragedia. Calderón manda publicar que se ocupa del asunto, pero en nada se refiere a perseguir y castigar a su antecesor. Se trata de que el ex presidente de uno de los peores malos gobiernos, de los últimos 66 años o diez sexenios, triplicó la pobreza, duplicó el desempleo y entregó al país a Washington y los empresarios extranjeros y nativos a cambio de nada. VIII.- Nada debe esperarse del calderonismo con relación a perseguir a los asesinos Fox y Salazar Sáenz y que recibieran al menos penalmente, una sanción de 50 años de cárcel; aunque, la verdad, merecieran la pena de muerte. Son un par de ex funcionarios que no cumplieron ni con sus obligaciones ni con su deber, por lo cual merecen la pena máxima que es el medio siglo para que se mueran pudriéndose en una cárcel de máxima seguridad. IX.- Los mineros sepultados en vida serán llorados por sus familias y recordados por la memoria colectiva; pero, el gobierno federal presidido por Calderón no irá más allá de recompensar económicamente a los deudos, para tratar del "borrón y cuenta nueva" como política del olvido. Hubo sí, una red de complicidades entre la sección sindical de Pasta de Conchos, los patrones-dueños de la explotación minera y los funcionarios foxistas. X.- Fue un crimen intencional y, por lo tanto, los 64 homicidios tienen una autoría por omisiones y negligencias del secretario del Trabajo, Salazar Sáenz, y del bribón de Fox. No hay la menor duda ni debe de haberla: son los criminales. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario