Sam García, Revoluciones
Los últimos días he comentado las problemáticas que nos atañen a los mexicanos, he platicado con personas mayores, con profesores, estudiosos y religiosos. Relaciono mucho los comentarios vertidos con todo aquello que he venido escuchando desde las mismas convocatorias en la campaña presidencial del 2006. La diferencia de aquellos comentarios llenos de esperanza y respaldados en la multitud a los del día de hoy, es que la esperanza nos la arrebataron en el sentido de no confiar más en las instituciones secuestradas.
Los mexicanos esperanzados en la vía electoral, constitucional, fuimos pisoteados, avergonzados y despojados ilegalmente. Y bueno hubiera sido que el usurpador hubiera empezado con cumplir sus promesas de campaña a sus no más de 10 millones de votantes en todo el país (se de buena fuente y no miento que Roberto Madrazo quedo en segundo lugar muy por arriba de Calderón, y ambos muy, pero muy debajo de López Obrador). Pero todo es lo contrario, fecal no cumple y perjudica a los que en él creyeron, por si fuera poco. En mi caso al votar por AMLO y ser considerado a la fecha un loco, un renegado, suspiro de alivio, porque por lo menos el usurpador a mi no me manipulo, ni me engaño, ni me idiotizo (cabe decirlo así), como lo hizo con otros. Y no me da alegría, no es mofarme, al contrario me alarma todo esto.
Lo que por lógica debió haber sucedido resulta aconteció muy diferente. Un IFE en el cual sí teníamos confianza fue el primero en prestarse a la imposición, que decir del TRIFE que estúpidamente (al decidir bajo mucha presión) no optó por hacer el conteo del voto por voto que durante tantos días se exigió por la mayoría de mexicanos. Los expertos aún fuera de nuestra patria han expresado que “el fraude más cínico en la historia de México, derivará tarde o temprano en un estallido social”. Ruego a Dios no haya más derramamiento de sangre inocente.
No redacto esto para fintear o espantar a la gente, sin embargo, creo que tenemos la suficiente capacidad mental para pensar que mientras sigan operando estos políticos de la clase corrupta en el partido del color que usted quiera y tengan secuestrado al Estado, no podremos volver a sufragar a favor de alguien que se haga llamar representante del pueblo. Tenemos que sacudir la casa en todos los rincones y darle un nuevo rumbo a este México que es golpeado más y más por los adversarios en cada segundo que avanza. Lo que vivimos son repeticiones de abusos cometidos en otras épocas, ya en más de un artículo he citado que desde la invasión de los españoles a nuestra cultura se le condicionó a ser agachada, a aceptar las humillaciones, pero eso no va más.
El modelo alterno de mexicano elaborado por los adversarios y que en la misma Independencia se tradujo en carencia de identidad es lo que no debemos dejar se repita. Ese modelo derivó en la perdida de más de la mitad de nuestro territorio nacional, porque en tiempos de Independencia no había identidad de México como ahora la tenemos. No había unidad y control del pueblo de su destino y aunque hoy los adversarios confían que todo sigue igual vemos que las cosas ya han cambiado. Aún la misma Revolución Mexicana no incluyó un cambio entero y prueba de ello son los vacíos que aún habitan en la Constitución de 1917 y sobre los cuales debemos trabajar para crear una nueva carta magna y a un nuevo constituyente. Si yo adoptara la posición de decir: pues vamos a confiar otro tanto en el FAP, en los políticos que integran los partidos que representan a ese frente; les estaría diciendo “vamos a repetir la historia, vamos a continuar nuestra desgracia”.
Ya no necesitamos eso, los excesos son tales que no hay transparencia en nada, pocos se atreven a rendirle cuentas al pueblo y a ver por él. Por ello le tomo la palabra al presidente legítimo López Obrador que desde su campaña bien citó: no es cosa de llegar a la presidencia y decir quítate que hay te voy, no, se trata de transformar nuestra manera de vivir, de comportarnos hacia los demás... se trata de cambiar México. Es donde para mi tiene lugar la voz de la gente: “ya estamos hartos, ya nos cansamos, este pinche gobierno nos sigue jodiendo (en ese entonces, en julio, aún Fox de presidente pero sabemos que el dominio no es la presidencia), nos siguen robando, creen que somos su burla, etc.”
Lo decía al comienzo de este texto, comentarios así siguen y seguirán repitiéndose mientras el gobierno de unos cuantos no sea derrocado. Aquí hay una diferencia notable, antes (asomarse de favor al año 1988) se decía “pues nos esperamos otros 6 años”, hoy ya no porque sería igual un exceso, una incongruencia decir “pues esperamos al 2012” (cuando ni siquiera sabremos si llegaremos al 2008, de menos). Sería un exceso de confianza, carencia de determinación para luchar de frente y con la cabeza mirando hacia arriba. El cambio urge porque cada minuto que el pelele está usurpando el poder es algo nocivo para la salud física, mental, espiritual y todas las que podamos citar.
Nos hicieron fraude (una cosa) y nos impusieron al pelele (otra cosa), porque en parte así lo consentimos. El pueblo que quiera ser libre lo será ¿qué esperamos?, ¿más aumentos?, ¿más represión, militarización y persecuciones?, ¿más mujeres muertas y humilladas?, ¿más novelas y programación televisiva que opere en pro de la desintegración familiar?, ¿qué crezca más el narco, la violencia, la pobreza y ni a la esquina de su casa pueda salir la gente? La respuesta a estas cuestiones también dan voz a lo que el pueblo ha venido expresando desde hace rato: ¡ya basta!
Notas van, notas vienen, pero lo tejido por los adversarios -decíamos que históricamente en nada nos ha ayudado- es meramente simulación. Ponen un Poder Judicial a modo, un Ejecutivo a modo, un Legislativo en su mayoría copado por los ladrones, también a modo ¿qué entonces todo el resto de la población somos robots?, ¿qué no incomoda que nos estén anunciando una invasión en los alimentos por parte de los Estados Unidos? Para mi tiene igual de gravedad la invasión a Irak que la invasión bien maquillada del vecino incomodo a nuestro territorio... pero a Dios gracias ya cometieron el error de ir sobre del maíz el cual atinadamente la gente ha respondido EL MAÍZ ES MI RAÍZ. ¡Que se vea gente a defender nuestras raíces!
Ya no es posible repetir los mismos vicios de otras épocas, ni concentrar el poder y decisiones en un personaje, grupo o ideología en concreto. Aquí primeramente se trata de que nos miremos al espejo y nos demos cuenta que no hemos comido y vestido dignamente, y antes de ello inclusive no hemos tenido la libertad de desenvolvernos en nuestra tierra como seres humanos. Usando la razón entendemos que como tales necesitamos vivir dignamente (vestido, educación , alimentos, salarios, seguro social, vivienda, etc.) y también tener bienestar espiritual. Si no partimos de lo anterior, la lucha será víctima de si misma, si vamos en pro de nuestra existencia tendremos el cambio antes incluso de lo pensado.
Por todos lados hay trabajo, no dude en que hacer o como hacerlo cuando su primer tarea es en casa, empiece por allí, fortalezca la unidad familiar y como hoy (en entrevista en Radio UNAM) Obrador decía, “tenemos tarea con las personas que han sido defraudadas por el voto que dieron al espurio y ahora los ha perjudicado”. Y apelo al uso de las armas, no físicas sino de la conciencia, el convencimiento, el expresar la verdad y ser ejemplares en lo que hacemos.
Vamos a sacudirnos de todo pensamiento opuesto a nuestro progreso, la lucha repito, no es solo mandar al carajo al adversario sino YO MISMO HACER LOS AJUSTES DEBIDOS PARA GESTAR ALGO. Sea religión, mito, leyenda, tradiciones, costumbres, lo que sea pero que dañe nuestro bienestar hay que hacerlo a un lado. Nuestro pensamiento debe llevarnos a actuar para resolver todas esas quejas que la gente ha expresado, no de hoy, sino incluso de generación en generación y que por falta de compromiso hemos seguido heredando.
¡Llegó la hora de luchar y luchar en serio, se puede sin violencia física pero se requiere eficacia, eficiencia y organización!
¡Es un honor ser mexicano! ¡Es un honor al mundo dar lección de dignidad!
Comentarios: revolucionesmx@gmail.com
Los últimos días he comentado las problemáticas que nos atañen a los mexicanos, he platicado con personas mayores, con profesores, estudiosos y religiosos. Relaciono mucho los comentarios vertidos con todo aquello que he venido escuchando desde las mismas convocatorias en la campaña presidencial del 2006. La diferencia de aquellos comentarios llenos de esperanza y respaldados en la multitud a los del día de hoy, es que la esperanza nos la arrebataron en el sentido de no confiar más en las instituciones secuestradas.
Los mexicanos esperanzados en la vía electoral, constitucional, fuimos pisoteados, avergonzados y despojados ilegalmente. Y bueno hubiera sido que el usurpador hubiera empezado con cumplir sus promesas de campaña a sus no más de 10 millones de votantes en todo el país (se de buena fuente y no miento que Roberto Madrazo quedo en segundo lugar muy por arriba de Calderón, y ambos muy, pero muy debajo de López Obrador). Pero todo es lo contrario, fecal no cumple y perjudica a los que en él creyeron, por si fuera poco. En mi caso al votar por AMLO y ser considerado a la fecha un loco, un renegado, suspiro de alivio, porque por lo menos el usurpador a mi no me manipulo, ni me engaño, ni me idiotizo (cabe decirlo así), como lo hizo con otros. Y no me da alegría, no es mofarme, al contrario me alarma todo esto.
Lo que por lógica debió haber sucedido resulta aconteció muy diferente. Un IFE en el cual sí teníamos confianza fue el primero en prestarse a la imposición, que decir del TRIFE que estúpidamente (al decidir bajo mucha presión) no optó por hacer el conteo del voto por voto que durante tantos días se exigió por la mayoría de mexicanos. Los expertos aún fuera de nuestra patria han expresado que “el fraude más cínico en la historia de México, derivará tarde o temprano en un estallido social”. Ruego a Dios no haya más derramamiento de sangre inocente.
No redacto esto para fintear o espantar a la gente, sin embargo, creo que tenemos la suficiente capacidad mental para pensar que mientras sigan operando estos políticos de la clase corrupta en el partido del color que usted quiera y tengan secuestrado al Estado, no podremos volver a sufragar a favor de alguien que se haga llamar representante del pueblo. Tenemos que sacudir la casa en todos los rincones y darle un nuevo rumbo a este México que es golpeado más y más por los adversarios en cada segundo que avanza. Lo que vivimos son repeticiones de abusos cometidos en otras épocas, ya en más de un artículo he citado que desde la invasión de los españoles a nuestra cultura se le condicionó a ser agachada, a aceptar las humillaciones, pero eso no va más.
El modelo alterno de mexicano elaborado por los adversarios y que en la misma Independencia se tradujo en carencia de identidad es lo que no debemos dejar se repita. Ese modelo derivó en la perdida de más de la mitad de nuestro territorio nacional, porque en tiempos de Independencia no había identidad de México como ahora la tenemos. No había unidad y control del pueblo de su destino y aunque hoy los adversarios confían que todo sigue igual vemos que las cosas ya han cambiado. Aún la misma Revolución Mexicana no incluyó un cambio entero y prueba de ello son los vacíos que aún habitan en la Constitución de 1917 y sobre los cuales debemos trabajar para crear una nueva carta magna y a un nuevo constituyente. Si yo adoptara la posición de decir: pues vamos a confiar otro tanto en el FAP, en los políticos que integran los partidos que representan a ese frente; les estaría diciendo “vamos a repetir la historia, vamos a continuar nuestra desgracia”.
Ya no necesitamos eso, los excesos son tales que no hay transparencia en nada, pocos se atreven a rendirle cuentas al pueblo y a ver por él. Por ello le tomo la palabra al presidente legítimo López Obrador que desde su campaña bien citó: no es cosa de llegar a la presidencia y decir quítate que hay te voy, no, se trata de transformar nuestra manera de vivir, de comportarnos hacia los demás... se trata de cambiar México. Es donde para mi tiene lugar la voz de la gente: “ya estamos hartos, ya nos cansamos, este pinche gobierno nos sigue jodiendo (en ese entonces, en julio, aún Fox de presidente pero sabemos que el dominio no es la presidencia), nos siguen robando, creen que somos su burla, etc.”
Lo decía al comienzo de este texto, comentarios así siguen y seguirán repitiéndose mientras el gobierno de unos cuantos no sea derrocado. Aquí hay una diferencia notable, antes (asomarse de favor al año 1988) se decía “pues nos esperamos otros 6 años”, hoy ya no porque sería igual un exceso, una incongruencia decir “pues esperamos al 2012” (cuando ni siquiera sabremos si llegaremos al 2008, de menos). Sería un exceso de confianza, carencia de determinación para luchar de frente y con la cabeza mirando hacia arriba. El cambio urge porque cada minuto que el pelele está usurpando el poder es algo nocivo para la salud física, mental, espiritual y todas las que podamos citar.
Nos hicieron fraude (una cosa) y nos impusieron al pelele (otra cosa), porque en parte así lo consentimos. El pueblo que quiera ser libre lo será ¿qué esperamos?, ¿más aumentos?, ¿más represión, militarización y persecuciones?, ¿más mujeres muertas y humilladas?, ¿más novelas y programación televisiva que opere en pro de la desintegración familiar?, ¿qué crezca más el narco, la violencia, la pobreza y ni a la esquina de su casa pueda salir la gente? La respuesta a estas cuestiones también dan voz a lo que el pueblo ha venido expresando desde hace rato: ¡ya basta!
Notas van, notas vienen, pero lo tejido por los adversarios -decíamos que históricamente en nada nos ha ayudado- es meramente simulación. Ponen un Poder Judicial a modo, un Ejecutivo a modo, un Legislativo en su mayoría copado por los ladrones, también a modo ¿qué entonces todo el resto de la población somos robots?, ¿qué no incomoda que nos estén anunciando una invasión en los alimentos por parte de los Estados Unidos? Para mi tiene igual de gravedad la invasión a Irak que la invasión bien maquillada del vecino incomodo a nuestro territorio... pero a Dios gracias ya cometieron el error de ir sobre del maíz el cual atinadamente la gente ha respondido EL MAÍZ ES MI RAÍZ. ¡Que se vea gente a defender nuestras raíces!
Ya no es posible repetir los mismos vicios de otras épocas, ni concentrar el poder y decisiones en un personaje, grupo o ideología en concreto. Aquí primeramente se trata de que nos miremos al espejo y nos demos cuenta que no hemos comido y vestido dignamente, y antes de ello inclusive no hemos tenido la libertad de desenvolvernos en nuestra tierra como seres humanos. Usando la razón entendemos que como tales necesitamos vivir dignamente (vestido, educación , alimentos, salarios, seguro social, vivienda, etc.) y también tener bienestar espiritual. Si no partimos de lo anterior, la lucha será víctima de si misma, si vamos en pro de nuestra existencia tendremos el cambio antes incluso de lo pensado.
Por todos lados hay trabajo, no dude en que hacer o como hacerlo cuando su primer tarea es en casa, empiece por allí, fortalezca la unidad familiar y como hoy (en entrevista en Radio UNAM) Obrador decía, “tenemos tarea con las personas que han sido defraudadas por el voto que dieron al espurio y ahora los ha perjudicado”. Y apelo al uso de las armas, no físicas sino de la conciencia, el convencimiento, el expresar la verdad y ser ejemplares en lo que hacemos.
Vamos a sacudirnos de todo pensamiento opuesto a nuestro progreso, la lucha repito, no es solo mandar al carajo al adversario sino YO MISMO HACER LOS AJUSTES DEBIDOS PARA GESTAR ALGO. Sea religión, mito, leyenda, tradiciones, costumbres, lo que sea pero que dañe nuestro bienestar hay que hacerlo a un lado. Nuestro pensamiento debe llevarnos a actuar para resolver todas esas quejas que la gente ha expresado, no de hoy, sino incluso de generación en generación y que por falta de compromiso hemos seguido heredando.
¡Llegó la hora de luchar y luchar en serio, se puede sin violencia física pero se requiere eficacia, eficiencia y organización!
¡Es un honor ser mexicano! ¡Es un honor al mundo dar lección de dignidad!
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