EMPRESAS.

Empresa

miércoles, 24 de enero de 2007

Alberto Barranco Cavaría ¿Fórmula mágica? Bolas el engrudo Otra vez Liconsa La ovación con que los empresarios acompañaron el tránsito del dicho al hecho de la promesa de campaña del presidente Felipe Calderón para instaurar un Programa por la Generación del Primer Empleo, se está congelando a medida que se conocen las grietas. Lo que en el papel se planteaba como fórmula mágica para la llegada a escena de "al menos" 650 mil nuevos empleos, se vuelve fiasco a la lectura de la letra chiquita del procedimiento. De entrada, la apuesta del gobierno para asumir el pago de la cuota obrero-patronal al Instituto Mexicano del Seguro Social a la creación de una nueva plaza es de sólo tres mil millones de pesos, es decir la oferta estará vigente hasta agotar existencias. Lo curioso del caso es que la vigencia del subsidio al que se disfraza con etiqueta de política de fomento -digo, para no parecer populista- se plantea para 12 meses... por más que se exija a las empresas receptoras de la prebenda mantener vigente la plaza un mínimo de 21... digo, si quieren cosechar lo sembrado. Desde otro ángulo, hete aquí que el beneficio no es automático ni universal. De entrada, para tener derecho a él se requiere que las firmas solicitantes estén al corriente de sus obligaciones fiscales y del pago de sus aportaciones al Seguro Social. Naturalmente, el mecanismo implica la realización de una consulta previa al Servicio de Administración Tributaria, con el consiguiente riesgo de haber jurado en falso. De aceptarse la solicitud que se enviaría vía internet a través del portal IMSS "Desde su empresa", correrá un lapso de nueve meses antes de que se haga efectivo el subsidio, es decir, mientras llega la hora del parto la firma beneficiada deberá asumir por su cuenta los pagos... y olvidarse de ellos hasta la llegada del mes 21. Dicho con todas las letras, la apuesta rendirá sus frutos a plenitud si la contratante mantiene ocupada la plaza durante el lapso. Ahora que la prebenda, pese a la ruidosa propaganda que habla de un gobierno que asume la totalidad de las responsabilidades en materia de seguridad social, no alcanzará el 100 por ciento en todos los casos. De acuerdo al esquema planteado, el pago de la factura será total cuando la percepción del trabajador beneficiado sea inferior a 10 salarios mínimos. A partir de ahí el esquema actúa en forma inversamente proporcional. Los empleos con pago de entre 10 y 14 salarios mínimos recibirán un subsidio equivalente al 60 por ciento de la cuota obrero-patronal; los de 15 a 19 el 20, y los de más del 20 sólo el 10. De entrada, pues, se excluye o al menos se atenúa el beneficio para las empresas con más de 50 trabajadores que aportan el 70 por ciento de los ingresos del Seguro Social, dejándole la cancha a las 700 mil micro, pequeñas y medianas, tradicionalmente incapaces de ensanchar la nómina. La gran apuesta, en tal caso, apuntará al incierto de la incorporación a la formalidad de algunos de los dos millones 185 mil giros que operan con menos de cinco trabajadores. De acuerdo al Instituto Nacional de Geografía y Estadística, en el país existen tres millones de empresas, de las cuales sólo 815 mil están inscritas al Seguro Social. La gran pregunta es si se logrará el milagro de convencerlas a enfrentar el riesgo de salir a la luz sin explicar de dónde vienen, desde cuándo están y por qué no habían protegido a los trabajadores a soslayo de la ley. Lo curioso del caso es que a contrapelo de los asegunes con que se plantea el programa, la propaganda habla de "incentivar la creación de empleos permanentes y bien remunerados en la economía formal". Más aún, se anota que se beneficia a las empresas al disminuir el costo derivado de realizar nuevas contrataciones, brindándoles mayores incentivos para crear nuevos empleos que amplíen su capacidad productiva. El remate habla de "contribuir a generar un desarrollo económico más ordenado y equitativo, beneficiando a las empresas, los trabajadores y el país en su conjunto". Ya la hicimos, pues. Balance general Decidido el gobierno panista a borrar del mapa al Banco Nacional de Comercio Exterior cediendo sus funciones de promoción a una entidad pública y parte de las de financiamiento a Nacional Financiera, ya se le hizo bolas el engrudo para pasar del dicho al hecho. De entrada, el desmantelamiento, que coloca en entredicho las promesas de campaña de promover el empleo, obligaría a jubilar a una parte sustancial del personal y liquidar al resto en consonancia con la ley, lo que implicaría una erogación que sobrepasa las existencias en caja... obligando a tomar las reservas laborales. El movimiento, naturalmente, colocaría al banco de desarrollo frente a un pasivo laboral de proporciones incalculables. Naturalmente, bajo ese escenario resultaría misión imposible que el gobierno pudiera ordeñar las partidas que se destinan para la promoción del comercio exterior, dado que éstas surgen de los propios ingresos del banco, es decir no se hablaría de una simple transferencia de subsidios. Y conste que no hablamos de la inevitable resistencia del aguerrido sindicato de la intermediaria. * * * ¿Se acuerda usted del lío que se armó al interior del Congreso ante la supuesta omisión involuntaria de la Secretaría de Hacienda que excluyó del presupuesto de gasto para este año la partida especial aprobada para abatir 50 centavos el litro de leche Liconsa? ¿Se acuerda que el yerro se le atribuyó a la incapacidad del ex presidente de la Concanaco, Raúl Alejandro Padilla, como presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados? Bien, pues hay un segundo golpe en puerta: la modificación del artículo décimo transitorio de la Ley de Ingresos que planteaba una fórmula para que la empresa paraestatal fortaleciera sus compras hacia los productores mexicanos de leche. La maniobra deja en el aire la adquisición de 500 millones de litros, cuyo impacto sería letal para miles de pequeños productores en la antesala de la apertura total de fronteras prevista para el 2008 en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Del tamaño del golpe habla la amenaza de los ganaderos de tirar el lácteo al no tener donde colocarlo. * * * A la par de la movilización que plantean los trabajadores mineros afines al ex dirigente Napoleón Gómez Urrutia para conmemorar el 19 de febrero próximo el primer aniversario de la explosión en la mina Pasta de Conchos, se efectuará un paro para denunciar el trato que reciben los mineros por parte de las empresas extractivas. El numerito incluirá testimonios directos de los afectados y proyección de videos, con énfasis en las condiciones de la mina trágica en la etapa previa a la explosión. * * * La empresa de mensajería Estafeta que dirige José Antonio Armendáriz Etchegaray invertirá este año 24 millones de dólares en su expansión. La apuesta mayor apunta hacia la construcción de un Centro Operativo en la capital del país, concretamente en San Pablo Xalpa, por más que se reforzará la infraestructura del Centro de Intercambio de La Tinaja, en Veracruz. Más allá, la firma continuará renovando su flota aérea y terrestre. Constituida en agosto de 1979, Estafeta mantiene una planta laboral de tres mil 500 empleos directos y 12 mil indirectos. * * * Con las 120 unidades que construyó en el 2006, la cadena Wal Mart alcanza ya un total de 885 puntos de negocios en el país, apenas 115 menos del total de las tiendas Extra del grupo Modelo. La expansión, sin embargo, se concentra en todos los formatos: Suburbia, Superama, Wal Mart Supercenter, Bodega Aurrerá, Mi Bodega Aurrerá y restaurantes Vips.