JUGANDO CON FUEGO.

Opinión
México: Comentario a tiempo
Los juegos de la Suprema (II)
Por: Teodoro Rentería Arróyave (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:24/01/2007)

Cuando todos esperábamos una reivindicación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el advenimiento de su nuevo presidente, Guillermo Ortiz Mayagoitia, en relevo del tristemente célebre Mariano Azuela Güitrón, nos encontramos con que todo sigue igual o peor para el presente y el futuro de México. Resulta que el pleno del máximo tribunalito siguió en las mismas y aprobó por mayoría la validez del Reglamento de Juegos de Azar decretado por el anterior gobierno de Vicente Fox Quesada en beneficio de corporativos tan influyentes y poderosos como Televisa.

La Plaza de la Constitución, anteriormente conocida como Plaza de Armas y coloquialmente mencionada como El Zócalo, se convirtió en la plaza de la incongruencia, ya que mientras en Palacio Nacional el presidente Felipe Calderón Hinojosa llevaba a cabo el XXI Consejo Nacional de Seguridad Pública, en el cual daba a conocer su programa más importante de su sexenio para enfrentar al crimen organizado, al ladito, los Magistrados de la Corte le jugaban las contras.

Lo anterior no es una exageración. El hecho de que los Magistrados de la Suprema consideren que los casinos y demás antros conocidos como books son constitucionalmente correctos, sin tomar en cuenta de acuerdo a la experiencia nacional e internacional que se convierten en centros de corrupción, de prostitución y de drogadicción, revela que realizan una labor de zapa a los programas de la seguridad pública nacional.

Es de recordarse que durante el gobierno de Vicente Fox Quesada su secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, en acción electorera para favorecer sus aspiraciones presidenciales, otorgó una impresionante serie de permisos para la instalación de salas multimodales de juego a diferentes empresas, principalmente a Televisa que le concedió 65.

Para el otorgamiento de dichas concesiones el Ejecutivo federal procreó un Reglamento sobre la materia en beneficio de los entes privados. El Poder Legislativo, con toda razón, consideró que su contraparte violentaba nuestra Constitución, pues no es potestad del presidente de la República legislar en ninguna materia y por eso presentó ante la Suprema el recurso de inconstitucionalidad.

La Suprema, y lo decimos así porque de ninguna manera se ha comportado como la Corte Suprema del país, inició el trabajo de desahogo de ese recurso con un tortuguismo verdaderamente escandaloso y cuando por fin, con la nueva composición de la misma, lleva al pleno la controversia mencionada, primero nos asombra con una actitud de congruencia en contra de los juegos de azar; y luego da una reversa, cuando menos sospechosa.

Todo hacía pensar, cuando menos para los inocentes analistas políticos, que teníamos al fin un Tribunal de acuerdo a los intereses de la Nación, pero la realidad terrible y amarga era otra, la Suprema Corte favoreció los intereses más abyectos de los entes corporativos.

Es de considerarse que con estas complicidades de los poderes se está jugando con fuego. Las continuas traiciones, a pesar de la soberbia de los poderosos en turno, pronto encontrarán su límite.

En este caso, son los intereses del sexenio próximo pasado con la complicidad de corporaciones poderosas jugando las contras al gobierno calderonista que apenas empieza, Lo repetimos, son los juegos de la Suprema.