QUEDÓ DE MUESTRA DE LA COBARDÍA Y LA TRAICIÓN.

Opinión
Desde México

La muestra es Pinochet Por: Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:11/12/2006) La muestra es Pinochet. La muestra de que las derechas latinoamericanas están dispuestas a todo, absolutamente a todo, con tal de seguir aferrados al poder o al gobierno, desde donde proteger o promover sus intereses y sus privilegios. Pinochet es la muestra de que, ya muerto, no descansa en paz porque fueron tantas las ignominias que cometió y desató, que la sociedad no queda conforme con su desaparición física, sino que exige que esas ignominias cesen por completo en nuestros pueblos. Es muestra de lo socialmente más indeseable y despreciable. La muestra es Pinochet, de que no había tal generosidad en su conducta (salvar, declaró siempre, a la civilización cristiana) sino que so capa de su tiranía amasó ilegalmente una cuantiosa fortuna personal (desde 29 millones de dólares hasta no se sabe cuánto), como malandrín vulgar que asaltó el poder, traicionando su propia palabra de fidelidad al régimen constitucional y democrático chileno. Pinochet es la muestra de que la cruel experiencia que él protagonizó no ha terminado su égida en la región latinoamericana ya que de tanto en tanto surgen las voces y las pretensiones de los poderosos por simplemente aplastar las legítimas aspiraciones de los pueblos. La muestra es Pinochet, de que habrá perseguidos y asesinados en las dictaduras que organiza la derecha, pero eso no podrá acallar las conciencias libres latinoamericanas, por más terrorismo de estado y más represión que en ello se utilice, por más crímenes que hipócritamente se quieran ocultar. Pinochet es la muestra de lo que los militares latinoamericanos ya no deben perpetrar nunca más, esto es, aplastar a los pueblos y asaltar las instituciones republicanas y democráticas que le asignan al pueblo, no a las élites castrenses, la soberanía real. La muestra es Pinochet, de que no es posible perseguir desalmadamente la cultura y esperar que se le perdone por envejecimiento o supuesta enfermedad, sin siquiera haber hecho él, nunca, acto valedero de contrición o arrepentimiento, como se lo mandaba su presunta moral cristiana. Pinochet es la muestra de que no deben seguir teniendo futuro entre nosotros las aventuras golpistas de la derecha, ya que con ello se lastima a la sociedad de manera casi irreversible, pese a lo cual el pueblo chileno, aunque en medio de miles de dificultades, se está levantando a mejores días históricos. Pinochet es la mejor muestra de cobardía y desdén a la vida de los demás, como lo evidenció en la muerte heroica de su traicionado Salvador Allende, quien jamás se le sometió, como tampoco lo mejor del pueblo de Chile. La muestra es Pinochet, de que nada permanece inalterable en el tiempo, ya que en vida fue derrotado por el mundo civilizado y obligado a entregar el poder, contra su evidente voluntad, para iniciar el nuevo camino. Pinochet es la muestra de que -como lo señaló en su momento don Jesús Reyes Heroles- hay la posibilidad ominosa del “fascismo dependiente” al imperio norteamericano. La muerte de Pinochet debe ser elemento de reflexión profunda en los pueblos de Nuestra América, para que nunca más, jamás, se repitan experiencias tan brutales y lacerantes.