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martes, octubre 03, 2006

FOX,MENTIROSO Y DEMAGOGO, Y ADEMÁS TAIMADO.

Totalitarismo disfrazado.



Escrito por Samuel Schmidt
03-10-2006.



Una de las características de los regimenes totalitarios es que buscan enterarse de la vida de los ciudadanos. Los regimenes soviético y nazi montaron aparatos enormes de espionaje con el propósito de conocer las actitudes y sentimientos individuales respecto al régimen.

En los regimenes totalitarios la libertad se anula en pro de la “Razón de Estado” que no es otra cosa más que la definición de los intereses de la nación subordinados por completo al proyecto de la elite gobernante. Es por eso que los gobernantes piensan como totalmente justificado la construcción de un sistema policiaco que espía a los ciudadanos para confirmar y destruir las desviaciones políticas o ideológicas; paradójicamente esa fue la semilla de la destrucción de los regimenes llamados “socialistas”, porque ese hecho político era antitético con la naturaleza libertaria –teórica e idealista- del socialismo.

La agresión del espacio privado del ciudadano tarde o temprano termina minando la legitimidad de cualquier gobierno o Estado porque la persona ha sido limitada hasta para expresar sus sentimientos más íntimos.
Los soviéticos montaron ejércitos cuya ocupación era leer las cartas y telegramas del ciudadanos común y corriente buscando esos resquicios de libertad que ponían “en peligro” a la dominación ideológica y política de un grupo.


Milan Kundera se burló con elegancia de estas prácticas en su libro “La broma”. Esta reflexión me viene a la mente porque una mujer que estuvo en el plantón de López Obrador en el Zócalo descubrió en su área una casa de campaña llena de comida donde había una persona sentada todo el día y un compañero. Resulta que a la pareja que diligentemente estaba en el plantón los conocían muy bien en la Secretaría de Gobernación, pero ellos no eran los únicos, porque el gobierno había contratado a un ejército de soplones que reportaran sobre la movilización del plantón.

Bueno, ¡algo tenía que hacer Fox para crear empleos!, aunque tal vez habría una mejor manera de usar los recursos públicos que manejar al lumpenproletariado para apuñalar por la espalda a los que pacíficamente manifiestan su oposición.

De ese hecho pienso que hay un patrón que se ha manifestado con la presentación de la grabación de llamadas telefónicas. Un día es un gobernador, otro día un industrial acusado de proteger pederastas, otro día una líder sindical: ¿quién sigue? Hoy todo mundo en el país se cuida muy bien de hablar por teléfono, no se puede saber que uso se le hará a las conversaciones privadas.

La publicitación de las llamadas usualmente levanta un grito de reclamo por el hecho abiertamente ilegal de intervenir teléfonos e invadir la privacidad. Pero el tema central queda fuera: Es una violación extrema a la libertad y como tal demuestra una actitud abiertamente anti-democrática que muchos políticos no lo reclaman porque seguramente usarán el mismo recurso cuando les aporte alguna ganancia.

Viendo como el gobierno de Vicente Fox echa mano constantemente a las llamadas que ilegalmente fueron
grabadas, que sus agentes policíacos han participado en la desaparición de personas, que ha sido condenado porque la tortura continua siendo un método de investigación policíaca, no podemos menos que aceptar que no se diferencia mucho de los viejos sistemas totalitarios que hacían lo mismo.


Si alguien argumenta que con este gobierno estos eventos son menos, esto equivaldría a aceptar que el totalitarismo puede aceptarse de poco en poco, casi como los alemanes aceptaron a Hitler para luego convertirse en verdugos para perpetrar un crimen que todavía avergüenza a la humanidad.

No estoy acusando a Fox de ser nazi, aunque hay componentes de su gobierno que abrigan los elementos
racistas y discriminatorios de esa doctrina y si pudieran imponerla en México lo harían sin dudar. Pero no hay duda que el gobierno de Fox reforzó los manejos policíacos que entierran a la democracia porque aniquilan la libertad.


Fox es un político mentiroso y demagogo, muchos lo menospreciamos por su ignorancia, pero resultó ser un hombre taimado que toleró los aspectos más obscuros del manejo del poder para usarlos en los momentos precisos que así le convenía a su fracasada administración. Igual que Stalin utilizaba la técnica del fingimiento: el malvado que se hace pasar por estúpido.

Fox pasará a la historia como un presidente mediocre, pero hay que ubicarlo como el hombre que atentó contra la libertad y en lugar de utilizar sus poderes para consolidar la democracia, la lanzó varias décadas hacia atrás y mucho nos costará poder deshacernos de esos elementos perversos que con él se han atrincherado en la política mexicana.

Hitler y Stalin comparten el haber propiciado dos de los holocaustos que eliminaron a una porción de
la inteligencia, de la intelectualidad, de la dignidad y más que nada, de la libertad. Mucho habrá que hacer para evitar que este tipo de legado siga a la truculenta gestión de Fox.

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