Ninguna nueva es buena |
jueves, 15 de marzo de 2007 | |
Por María Teresa Jardí No voy a justificar los destrozos. Pero menos aún se pueden justificar las mentiras ni la doble moral de los noticieros televisivos yucatecos para justificar la represión en marcha. Vamos, hasta López Dóriga cuestionó la fracasada venida de quien "ni siquiera ha pisado el pavimento de Mérida". Ni siquiera José Cárdenas pudo ocultar su desaprobación a las vallas usadas para aislar a Bush y a Calderón como si de peligrosos delincuentes se tratara. ¡Ah!, claro, de eso se trataba.
Puede ser, como parece que opinan muchos de los asistentes a las marchas en repudio a Bush, que se hayan infiltrado provocadores. El sistema mexicano, tan corrupto, es experto en infiltrar sujetos indeseables en todo lo que la ciudadanía hace por su cuenta sin aceptar manipulaciones. Y como los detenidos, al parecer, no son los que causaron los desmanes, habrá que asumir que venían infiltrados en la marcha. Pero valdría la pena que en lugar de rasgarse las vestiduras, con la doble moral que caracteriza a la sociedad yucateca, usando para mentir la defensa de un patrimonio que nunca han defendido las televisoras locales, a pesar de las agresiones brutales que contra el mismo comete el gobierno cada día, pero sobre todo buscando generar el odio al otro, lo que tan bien le funcionó a FeCal para llegar con un fraude como ilegítimo, que se empezaran a preocupar, las televisoras también, por la ira que reflejaban los que golpeaban las puertas de la alcaldía, aunque hayan sido provocadores enviados a hacer destrozos, quizá, por la propia policía, que inició la provocación en lo que era una marcha pacífica de rechazo a un asesino que no es bienvenido por la ciudadanía mexicana, entre la que se encuentra la sociedad yucateca agredida con el estado de sitio, que nada bueno ni siquiera para los comercios de la zona va a traer aparejada. Cada turista que no pudo llegar al Hyatt o al Fiesta Americana, en estado de sitio, es un turista perdido para siempre por esos lugares, porque habrá encontrado el encanto de otros lugares más céntricos como los hoteles "Trinidad" o como "Los Aluxes". El que jóvenes con la vida por delante sientan esa ira incontenible, que se reflejaba en la agresión televisada, tendría que alertarnos sobre lo mal que anda todo en este país cancelador de la esperanza para la juventud que ya no ve futuro en el mañana. |
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