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jueves, marzo 15, 2007

Petróleo / 100 Días de Usurpación

La Expropiación Petrolera del 18 de Marzo de 1938

Este 18 de marzo se celebrará un año más de la gesta nacionalizadora emprendida por Lázaro Cárdenas, Presidente de México durante 1938; en efecto, durante los primeros meses de aquel año, Cárdenas tomó una histórica decisión que sería respaldada por todos los mexicanos: La Nacionalización del Petróleo. Sin embargo, es necesario estar concientes de que la conmemoración de la recuperación del petróleo de las manos de los intereses privados, principalmente extranjeros, en esta ocasión, se ve amenazada por la política entreguista del presidente usurpador Felipe Calderón. Un breve recuento de los principales pronunciamiento y decisiones del gobierno en los pocos días de existencia nos muestran ese panorama. Frente a ello, quienes creemos que México es viable como nación, deberemos de pronunciarnos y respaldar la movilización convocada por el presidente legítimo de los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador y una gran cantidad de organizaciones del Frente por la Soberanía Energética.

La Decisión de Expropiar

El desafío de las empresas petroleras que por aquel entonces estaban en manos de extranjeros, a las leyes mexicanas fue el principal motivo de la expropiación petrolera de 1938. Empresas como “El Aguila”, “Standard Oil” (Exxon) y la “Royal Dutch” decidieron desconocer un laudo de la suprema corte de la nación que las obligada a subir los salarios de los obreros y mejorar las condiciones de trabajo en los campos de petróleo. Cabe mencionar que los trabajadores habían estallado la huelga en mayo de 1937 en demanda de la firma de un contrato colectivo de trabajo; para junio de ese mismo año, los petroleros ya habían levantado la huelga a solicitud del presidente pero los patrones continuaban negándose a firmar contratos; a fines de agosto, lograron la contratación colectiva.

Ante tal intransigencia patronal, el 18 de marzo, la Junta de Conciliación y Arbitraje decreta la cancelación de las relaciones obrero-patronales en dichas empresas, lo cual permitió al gobierno de Lázaro Cárdenas decretar el paso de los bienes de dichas empresas y los recursos petroleros a manos de la nación mediante un Decreto Expropiatorio.

La respuesta popular no se hizo esperar. Los obreros miembros del Sindicato Unico de Trabajadores Petroleros (SUTP) apoyaron la decisión presidencial y a ellos, pronto, se sumaron miles de personas que se manifestaron el día 23 de marzo en una gran marcha por el centro de la ciudad de México. A la expropiación le siguió la fundación de Petróleos Mexicanos (PEMEX) como empresa encargada de explorar, explotar, refinar y comercializar los hidrocarburos de la nación.

Avances contra la Nacionalización

A 69 años de esa histórica decisión, el gobierno panista no descansa en sus esfuerzos desnacionalizadores y continua la política de su antecesor, orientada a minar a la empresa nacional PEMEX, dilapidando los recursos energéticos de nuestro país y buscando devolver a los intereses privados, que de nueva cuenta serán extranjeros, esta empresa que mucho a dado y tiene que dar a los mexicanos. Entre otras cosas, una independencia energética que nos permite subsistir como nación.

A lo largo de los gobiernos neoliberales, el crecimiento de la extracción de petróleo ha sido desmedido. Sin el impulso a la exploración de nuevos yacimiento para el restablecimiento de reservas probadas, hemos visto como éstas han disminuido lenta pero constantemente. Tan solo en el primer año del sexenio anterior, la caída alcanzó los 1.3 miles de millones de barriles de petróleo equivalente, con lo cual se estima que el petróleo no durará más de 11 años al ritmo de explotación actual. Así, la disminución ha alcanzado el 30% en los últimos 20 años.

Sobre los ingresos petroleros se ha hecho recaer la mayor parte del gasto social. En un ambiente de estancamiento económico, el petróleo ha sido, junto con las remesas de los migrantes, el instrumento de los gobiernos neoliberales para mantener la escasa actividad comercial. PEMEX a través del pago excesivo de impuestos a que se le somete, no cuenta con recursos ya no digamos para emprender la exploración de nuevos yacimiento y la modernización tecnológica necesaria, mucho menos para impulsar el desarrollo de nuevas tecnología energéticas que le permitan en el futuro a nuestro país mantener su soberanía energética: apoyar la generación de energía por medios no convencionales, principalmente mediante fuentes renovables de energía.

El ejemplo más dramático de estas acciones lo hemos presenciado con la orientación de los ingresos petroleros extraordinarios del año pasado, debido a los precios record de los hiodrocarburos a nivel mundial. Tan solo el tercer trimestre de 2006 nuestro país recibió un ingreso petrolero de 29 mil millones de pesos que el gobierno de Fox dilapidó en gasto corriente. Ese año, PEMEX aumentó sus ingresos en 31% respecto del año anterior, llegando a 191 mil millones de pesos. Tan solo en el mes de enero, el gobierno de Calderón recibió 2 mil 65 millones de dólares y es el momento en que no se ha definido la orientación de estos recursos.

El fantasma de las empresas expropiadas en 1938 parece estar encarnándose en los funcionarios del actual gobierno: la Secretaría de Energía del gobierno espurio anuncia más PIDIREGAS para financiar la actividad petrolera; el Director de PEMEX, Jesús Reyes Heroles, dice que en el Golfo de México están el 67 por ciento de las reservas probadas de nuestro país; Georgina Kessel anuncia inversiones por 19 mil millones de dólares en la Cuenca de Burgos pero evita decir que es través de los Contratos de Servicios Múltiples (CSM) de empresas extranjeras como la firma española FENOSA; el propio Felipe Calderón ofrece a Bush emprender las cacareadas reformas estructurales que ellos entienden como la entrega de nuestro petróleo a las empresas privadas, fundamentalmente, extranjeras.

La Resistencia organizada

Pero a pesar de este negro panorama, no todo está dicho. Las organizaciones civiles y el gobierno legítimo celebraron un Foro Nacional por la Soberanía Energética el pasado 2 de marzo, entre cuyas resoluciones está la conformación de un Frente por la Soberanía Energética el cual enfrentará en el terreno legislativo y en las calles esta política desnacionalizadora. En el primero, con la participación de los legisladores del Frente Amplio Progresista; mientras en la segunda, a través de la movilización popular a nivel nacional. En el Foro hubo pronunciamientos importantes como el expresado por la Secretaria del Patrimonio Nacional, Claudia Sheinbaum: “Promoveremos una política energética con visión de largo plazo que oriente a establecer un gabinete de la energía y un amplio consejo consultivo, incorporando el aprovechamiento racional e integral de nuestros recursos y de las cadenas productivas, incluida la petroquímica, diversificado la oferta energética en fuentes primarias y generación eléctrica, integrando en todo su potencial las fuentes renovables de energía…” Más tarde, concluyó su intervención diciendo: “Compañeros y compañeras. Que se escuche claro, que se escuche fuerte y que se escuche lejos: ¡No vamos a permitir bajo ninguna modalidad la privatización de los recursos energéticos, ni de sus empresas! Si no han llegado más lejos ha sido porque el pueblo de México ha resistido a la privatización de nuestro patrimonio. Y ténganlo por seguro, ¡seguiremos resistiendo!”.

Desde esta trinchera que tiene la resistencia civil en Hermosillo, podemos actuar sumándonos a las acciones del frente y contribuir como lo hicieran en 1938 nuestros compatriotas, quienes para apoyar al gobierno de Cárdenas donaba gallinas, anillos, centavos o pesos, calabazas, en fin, con cualquier cosa a su alcance. Nosotros deberemos aportar también algo a nuestro alcance: nuestro tiempo y disposición a luchar; acudiendo al llamado de nuestro presidente legítimo, Andrés Manuel López Obrador.

Por la Convención Democrática de Hermosillo.
Raúl Pérez Enríquez, Rafael Cabanillas

Vía libre
Cien días
Álvaro Bracamonte Sierra

La administración federal cumplió el fin de semana 100 días. El balance es positivo para unos y negativo para otros, dependiendo de las expectativas que se tenían.

Para quienes no esperaban ni esperan nada, el desempeño de Calderón ha superado sus expectativas; ha podido cumplir, al menos, 100 días al frente del Ejecutivo.

Otros esperaban un arranque ciclónico tipo Salinas de Gortari que con lucidoras acciones convenció a los incrédulos. Para éstos, Calderón no ha estado a la altura de las circunstancias. Pero esas evaluaciones caen en el terreno de las percepciones que son, por supuesto, muy subjetivas.

Un balance más serio puede hacerse con base en las 100 acciones que prometió en los primeros 100 días de Gobierno. De acuerdo con el seguimiento hecho por la prensa escrita se concluye que una proporción importante fue cumplida parcialmente y otra ni siquiera a eso llegó.

Ha habido, desde luego, en estos días, cualquier cantidad de trastabilleos. Por ejemplo, el surgimiento inesperado de la crisis de la tortilla tomó por sorpresa a los funcionarios encargados del ramo y al propio michoacano. No atinaron a detener la escalada alcista de ese bien básico, pero sí hubo una cascada interminable de declaraciones y “spots” publicitarios indicando que el Gobierno federal había detenido la especulación. Puras pamplinas. En realidad lo que consiguieron fue oficializar un incremento de 40% en el precio de la tortilla de maíz.
Qué decir del anuncio hecho por Luis Téllez, secretario de Comunicaciones y Transportes quien sin previo aviso se suelta declarando que las carreteras se concesionarían a los particulares y disponer así de recursos frescos para invertir en otras prioridades nacionales.

Lo dicho por el responsable de la oficina de la Presidencia en los tiempos de Zedillo no deja de llamar la atención habida cuenta de que al erario le costó cientos de miles de millones de pesos el rescate de las carreteras concesionadas. Ya rescatadas y saneadas se pretende regresárselas para que ellos hagan el negocio. Hágame usted el favor.

A la postre, el mayor gazapo calderonista tiene que ver con el combate al crimen organizado. En éste descansa prácticamente la estrategia legitimadora a su investidura. Los resultados son hasta ahora escasos. Cierto que anticipó que el éxito tomaría tiempo y costaría vidas. En esto último hay sobradas muestras de que tenía razón. De los primero hay que reconocer que una guerra como la que se está librando no se gana en una semana ni en 100 días.

Pero para nadie es un secreto que un horizonte victorioso se construye poco a poco y depende en parte del desenlace de las pequeñas o grandes batallas. En el box se gana por “knock out” o por decisión al término de 10 ó 12 rounds, en este caso el ganador lo es porque desde los primeros asaltos fue superior al adversario.

En el caso que nos ocupa no se ve que el Gobierno muestre superioridad ante el poderoso enemigo. Los hechos sangrientos aumentan en lugar de disminuir. En los estados y ciudades en los que efectuaron megaoperativos se mantiene la inseguridad y las muertes violentas no cesan. Lo peor es que entidades y regiones que se hallaban al margen de la ola criminal repentinamente se ven azotadas por ella. Sonora, y Hermosillo en especial, ya forman parte de ese terrible flagelo que amenaza con descarrillar la estabilidad nacional.

Preocupa el papel de las Fuerzas Armadas en el combate a la inseguridad. Es evidente el interés de la administración federal por hacer visible el apoyo del Ejército y la Marina en la guerra contra el narcotráfico; se busca sobre todo mostrar que el polémico Gobierno tiene esa fidelidad para lo que se ofrezca. Parece que quieren decirnos que nadie se atreva a dudar de que este Gobierno es sólido y que durará seis años.

Esta situación me hace rememorar los complejos años posrevolucionarios cuando eran los militares los que mandaban. El poder político se distribuía entre los generales victoriosos. Los gobernadores eran militares; los principales funcionarios de la administración central también. Los candidatos a los puestos de mayor importancia e influencia eran para los veteranos de la Revolución. Cuando Carranza, en los años veinte quiso promover a un civil como Presidente, los generales revolucionarios se sublevaron. La Revolución se bajó del caballo hasta 1946 cuando Miguel Alemán se convirtió en el primer mandatario no militar en la era posrevolucionaria.
Ojalá que esta coyuntura violenta y complicada no suponga una transferencia excesiva de influencia a los militares en la vida pública nacional. Ésa sí sería una pésima herencia de la novel gestión calderonista.

Álvaro Bracamonte Sierra. Profesor-Investigador de El Colegio de Sonora

PÁJARO NALGÓN.
Martín Vélez

Los cien días de Calderón son oportunidad para un primer balance. El balance sólo se puede hacer contrastando sus acciones con lo prometido en campaña y en los primeros días de ejercicio.

El presidente chico dijo que rebasaría a López Obrador por la izquierda, atendiendo las demandas sociales. El alcance de las profundas medidas implementadas por el gobierno de facto se aprecia en el programa Oportunidades Energéticas, mediante el cual se canalizarán 50 pesos
bimestrales a algunas familias necesitadas. 83 centavos diarios, y no para todas las familias que lo necesiten, sino para aquellas que se afilien a los programas clientelares del régimen. En toda la historia de la derecha mexicana no se había generado una idea tan brillante como la anterior. Ni al mismísimo Maximiliano se le habría ocurrido semejante instrumento para rebasar a los liberales por la izquierda. Tuvo que llegar Fel¡pe el chico.

Los megaoperativos contra la delincuencia organizada fuera del gobierno, han resultado pura faramalla. El conteo de ejecuciones en los lugares donde se han implementado tales operativos es incluso superior al año anterior. Este dato desnuda completamente el carácter pirotécnico de dichos operativos.

La austeridad anunciada por el gobierno con déficit de legitimidad ha resultado también mucho ruido y pocas nueces. De por sí el anuncio fue bastante limitado (10% , contra el cincuenta ofrecido por el Peje). Pero luego vino la incongruencia de gastarse casi setecientos mil pesos en la
posadita de los pinos. Además, no se puede hablar de austeridad en un gobierno en el que algunos puestos clave, de manejo de dinero, son encargados a Doña Gata (Elba Esther) y su pandilla.

La probidad y honradez con la que el gobierno pretende conducirse, de la que ha hecho alarde, no resulta verosímil si se entrega la Lotería Nacional al tesorero de Elba Esther. Antes los priistas usaron la Lotería Nacional como caja no tan chica de sus campañas políticas. ¿Para qué la quieren ahora en esas manos?.

El gobierno anunció la recuperación de la dignidad de la política exterior mexicana. Sin embargo, el hecho de desarmar a la policía de Yucatán durante la visita de quien ha sido señalado como el presidente más estúpido en la historia de los Estados Unidos, nos permite saber el grado de genuflexión de Felipe el chico.

En suma, han sido cien días de mucho anuncio y poca acción. Mucho efectismo y poca sustancia. En el barrio, cuando había quien con la boca multiplicaba sus escasas cualidades se decía que estábamos ante un pájaro nalgón. Quienes presumen de lo que carecen, quienes necesitan hacer profusa alharaca de sus escasos logros son conocidos como pájaros nalgones. Por ello podemos
expresar la siguiente sentencia:

FELIPE, HASTA AHORA HAS SIDO PURO PÁJARO NALGÓN.

¿Dudas, comentarios, sugerencias?
redciudadanahermosillo@gmail.com

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