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jueves, marzo 15, 2007

¿NADA MÁS LA YUCATECA?, YO DIGO QUE TODA...

La inmoral moral de la televisión yucateca PDF Imprimir E-Mail
jueves, 15 de marzo de 2007

Por Ricardo Andrade Jardí

Vergonzoso resultaba ver a los "conductores" de SIPSE y 13TV (Yucatán) arremeter con discursos moralinos en los noticieros nocturnos contra una decena de jóvenes que enfurecidos por el inconstitucional (lo que al parecer en el pretendido "país de leyes" que nos venden a nadie le interesa) bloque del miedo, que además de ser una afrenta para la dignidad de los mexicanos, es también la demostración castrante de la falta de soberanía y del entreguismo de las defendidas, desde el 2 de julio, "instituciones de la democracia", hoy absolutamente sometidas a los designios del Departamento de Estado gringo, empezando lamentablemente por nuestras fuerzas armadas, ya bajo control de Bush, aunque sea sólo por la indeseable visita de ese peligrosísimo asesino, no olvidemos que dicho sometimiento no empezó el día 12 de marzo, sino semanas antes cuando los gringos llegaron, incluso armados, a decidir la vida y la suerte que correría la ciudad de Mérida en las 40 horas que su terrorista presidente también, al igual que Calderón, producto de un fraude electoral, nos visitaría.

Ahí estaban la conductora de 13TV y el conductor de SIPSE con sus caritas de abyectos mediocres al servicio de la peor televisión del planeta, pretendidamente ofendidos por la "destrucción" del patrimonio histórico de los yucatecos en manos de "desconocidos" venidos de otros lugares, que no yucatecos, quienes "hasta se atrevieron a pintar con aerosol alguna pared del edificio que alberga el palacio municipal de Mérida", el que por cierto ya antes había sido pintado, por el Ayuntamiento, sin ningún control de INAH.
Vergüenza ajena daba escuchar su fingida "dignidad" yucateca, toda vez que son los mismos "periodistas" que nunca se indignaron por la destrucción del Cine Premier de la esquina 62 por 57 para dar paso a un espantoso estacionamiento que fractura para siempre la estética colonial, entre otras implicaciones de carácter más serio, de lo que alguna vez fuera el centro histórico de Mérida, hoy lleno en su primer cuadro de Oxxos y Extras edificados bajo el silencio cómplice de los mismos sujetos que la noche del martes nos querían vender la mentira de su falsa preocupación histórica.
¿Cómo se puede pretender que nuestros jóvenes respeten lo que el sistema no les ha enseñado a respetar? ¿No es acaso mucho más lacerante a nuestra memoria histórica tener una hamburguesería trasnacional en el primer cuadro de nuestra ciudad, como símbolo inequívoco de la penetración culturar de nuestro infame vecino del Norte? ¿Por qué tanta fingida indignación porque un grupo de jóvenes, que en vez de estar enchufados en el Chat o a la pornografía virtual, en un legítimo ejercicio de protesta lleno de testosterona escriben en los muros de la que también es SU CIUDAD "Bush asesino"? Lo que además tiene la fuerza de ser una consiga a todas luces cierta, lo que no tenía, ni tiene, el discurso de los pretendidos desinformadores de la inmoral televisión yucateca, el martes 13 de marzo, quienes además alteraban cifras y manifestaban el repudio de la "sociedad yucateca" sin mostrar una sola prueba de que era cierto lo que con toda impunidad afirmaban.
Y tampoco nada dijeron de que 20 minutos después de que estos jóvenes mexicanos habían sido "contenidos" llegaron cientos de elementos de la corruptísima policía estatal y arremetieron y persiguieron a todo joven que se encontraba en la Plaza Grande, muchos de ellos que ni siquiera habían participado en la protesta. Y peor aún ni en las movilizaciones de repudio al terrorista de Bush. Reprobaciones que no nos son exclusivas y que se multiplican por todo el mundo, las que, muy al contrario de lo que esos asalariados de la telecracia quieren vendernos, son una de las tantas formas de dignificar lo que aún es salvable de este agraviado país, convertido en los últimos años en el indiscutible basurero del imperio, a la par que iba siendo cada día una vil república bananera. Mucho, hay que reconocerlo, de lo que hoy no somos se lo debemos fundamentalmente a las mentiras ejercidas desde las tribunas de los medios electrónicos de comunicación, como lo pudimos constatar el martes 13 de marzo con nuestra cada vez más decadente televisión local.
¿Por qué tendrían los jóvenes de hoy que respetar un edificio público cuando Wal-Mart construye una tienda departamental en Teotihuacan? ¿Por qué pretender respeto a lo que el Estado mismo no respeta? ¿Por qué tanta "indignación" por una pared pintada y unas puertas destruidas, todo lo cual puede ser recuperado, cuando se construye una exclusiva zona residencial sobre las ruinas de un centro ceremonial maya, perdiendo para siempre ese patrimonio y bajo el silencio cómplice de los "conductores" de la inmoral televisión yucateca? ¿Por qué tanta hipocresía?

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