REFORMA.
Sergio Muñoz Bata.
Orgullo y decepción.
Hace 2 años, Alberto Gonzales era la esperanza de los latinos. Hoy su obsequiosidad a las políticas y prácticas presidenciales que se valen de la institución encargada de velar por la justicia para socavar los derechos civiles de las personas da vergüenza; ha sido una terrible decepción.
En una comunidad tan urgida de ejemplos paradigmáticos, el ascenso de Gonzales representaba un doble triunfo. No sólo sería el primer Procurador de Justicia latino sino que sería además el primer latino que ocupaba una de las cuatro posiciones de mayor peso en el gabinete presidencial.
Su historia personal era una inagotable fuente de orgullo para la comunidad porque su éxito alentaba la ilusión del triunfo de otros hijos de inmigrantes pobres y abuelos indocumentados que como él nacen y crecen en la pobreza del barrio.Gonzales terminó con honores sus estudios secundarios en Houston; sirvió en la Fuerza Aérea estadounidense; se graduó en Rice y obtuvo un doctorado en derecho por Harvard.
Fue juez de la corte suprema de Texas y secretario de estado durante la gobernación de George W. Bush y posteriormente su abogado.Durante toda su vida mantuvo una estrecha relación con varias organizaciones comunitarias. Y su fama de hombre integro e inteligente, así como su dedicación a las causas de los derechos de la comunidad auguraban que investido de poder continuaría su carrera defendiendo los derechos civiles de todos los ciudadanos al tiempo que mantendría una obligada coherencia con los temas comunitarios hispanos que tanto había defendido.
Para el liderazgo latino era evidente que una vez en sus nuevas funciones, Gonzales no escatimaría esfuerzo para proteger a las minorías de prácticas discriminatorias en las elecciones; También esperaban su apoyo respecto a la ley de inmigración federal porque asumían que por su propia experiencia familiar Gonzales sabía de primera mano que lejos de ser criminales, la inmensa mayoría de los inmigrantes legales e ilegales vienen a este país a trabajar, a labrarse un porvenir para que sus hijos y sus nietos tengan éxito en este país tan lleno de oportunidades.
Todas las organizaciones defensoras de los derechos civiles de la comunidad hispana en Estados Unidos apoyaron su nominación y posterior confirmación a la procuraduría de justicia pero pidiéndole que mantuviera su distancia con el Presidente para no poner en peligro su independencia.
Dos años después el desencanto ha sido generalizado. Gonzales no ha movido un dedo en defensa de la comunidad hispana. Peor aún, como Procurador de Justicia, Gonzales ha sido un promotor del espionaje telefónico y ha permitido, en el mejor de los casos por omisión, que el FBI, que es parte de su departamento, abuse de sus poderes obteniendo expedientes financieros, telefónicos y de negocios utilizando el Acta Patriótica sin siquiera darle oportunidad de apelación a los investigados.
En vez de defender los derechos de las minorías, su record en materia de elecciones muestra una marcada tendencia a erosionar el derecho al voto de las minorías y la integridad del sistema electoral.El último escándalo en el que Gonzales se ha visto involucrado es el despido de ocho fiscales regionales por lo que aparenta ser una purga política de funcionarios públicos que en el cumplimiento de su deber no se adhirieron a la agenda política del Partido Republicano.
En Albuquerque, Nuevo México, después de resistir las presiones de dos congresistas republicanos para que apresurara la investigación de un escándalo de corrupción del Partido Demócrata a tiempo para la elección de octubre el fiscal David Iglesias fue despedido.Su decisión de mantener la integridad del proceso intacta le costó el puesto y según declaraciones del presidente del Partido Republicano en el estado, fue el asesor presidencial Kart Rove quien determinó su despido.
Pero el despido de Carol Lam, la fiscal en San Diego, es quizá el más aberrante. Lam, quien metió a la cárcel al Congresista republicano Randy Cunningham por aceptar millonarios sobornos de contratistas militares, se encontraba en medio de un juicio contra otras figuras importantes del Congreso, la CIA y otros proveedores del departamento de defensa cuando se le despidió.
Según la administración por descuidar el problema central en la impartición de justicia en San Diego que es la inmigración ilegal. Se le acusa de dejar libres a contrabandistas de personas de ínfimo nivel para dedicarse a perseguir a los que a su juicio eran los verdaderos criminales.Esta semana, en el Congreso se alzaron muchas voces pidiendo la renuncia de Gonzales. El liderazgo Latino debería unirse al clamor. Gonzales no sólo le ha fallado a su comunidad, le ha fallado al país.
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jueves, marzo 15, 2007
gonzales.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 1:45 p.m.
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