Derecho a desfilar.
Escrito por Eduardo Ibarra Aguirre
08-09-2006
No acabamos de salir de días de altísima tensión política, como fueron los previos al 1 de septiembre y éste mismo, cuando el país se enfila aceleradamente a otros de igual o acaso mayores grados de dificultad.
A una semana del desfile militar nadie pareciera tener suficientemente claro si éste se llevará a cabo y si transcurrirá por la ruta que, como si fuéramos escolares, nos explicó Gerardo Clemente Ricardo Vega García en su condición de secretario de la Defensa Nacional y aspirante a profesor de educación básica, porque como divisionario del Ejército mucho más temido que respetado, lanza la que igual puede leerse como amenaza que como conclusión de escrito oficinesco: “Esto nunca debe olvidarse –que las fuerzas armadas parten en desfile de la Plaza de la Constitución, continúan por 5 de Mayo, Madero, Juárez y Reforma-. Por tanto el desfile militar es una página histórica”.
La grandilocuencia y el lugar común utilizados por el orador castrense en la ceremonia de clausura y apertura de cursos de los planteles militares, no aportó una sola palabra de respuesta a los insistentes requerimientos discursivos de Andrés Manuel López Obrador, formulados el 1 y 3 de septiembre en la asamblea informativa que realiza diariamente desde hace 40 días.
El de Macuspana pidió, sin rodeos ni lenguajes tan crípticos como arcaicos a interpretar por los conocedores del México formal cada vez más peligrosamente divorciado del México real: “ya no queremos que se utilice al Ejército para suplir las incapacidades de los políticos, del gobierno civil y mucho menos queremos que el Ejército sea utilizado para reprimir al pueblo que lucha por la justicia, por la libertad y por la democracia”.
La única respuesta, la de Vicente Fox Quesada, se ocupó como en el viejo estilo priísta de llenar de elogios y reconocimientos a las fuerzas armadas porque “han tenido un papel fundamental para consolidar la democracia”. No importa que sean las instituciones más rezagadas respecto de la transición a la democracia.
Vega García y el alto mando enviaron un ominoso mensaje con una elocuente demostración de fuerza, cuando más de 2 mil elementos de las fuerzas especiales y paracaidistas del Ejército cerraron el desfile que habían iniciado los cadetes que terminaron sus estudios y los de primer ingreso, el lunes 4.
Para el secretario de la Defensa el desfile del 16 y los no pocos que durante el año realizan las fuerzas armadas, pueden ser trascendentes hasta formar un voluminoso libro con “páginas históricas”.
A mi juicio es igualmente importante, por no escribir que muchísimo más, el ejercicio de garantías individuales consagradas en los artículos 6, 7, 8 y 9 de la Constitución y que, sin la menor duda, amparan y protegen a los miles de ciudadanos que permanecen en los 300 campamentos desde el 30 de julio, pese a las evidentes incomodidades que generan en terceros.
Si como siguen afirmando los dirigentes y activistas del movimiento político y social que ahora organiza la Convención Nacional Democrática, el 2 de julio se atropelló la voluntad ciudadana, como en buena medida lo reconoce el dictamen del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se entiende que tensen al máximo la cuerda para permanecer en los sitios que reclama de no muy buenas maneras el mucho más temido que respetado alto mando del Ejército.
Acuse de recibo.
El miércoles pasado esta columna arribó a su segundo año de publicación impresa y digital todos los lunes, miércoles y viernes. Benjamín Espinosa Mercado me lo recuerda: “Te ofrezco mil disculpas por no festejar por este medio contigo un año más de la Utopía. Aún en un año tan difícil para el país y la opinión pública de la cual tan prestigioso garante lo eres tú. Considero ante tanta información las que has de pasar para continuar siendo tan sintético y objetivo, ante ese alud que nos ha inundado con información de toda clase de calidades”... Precisa Magdalena Barba Ávila: “Creo que la libertad de tránsito está garantizada en toda la zona de campamentos. A nadie se le prohíbe caminar o circular en bicicleta, patines, etcétera, excepto autos, por esa zona. En ninguna parte está especificado que la libertad de tránsito tenga que ser en vehículos automotores. Por cierto, en donde sí se violó esta garantía y además se humilló a la gente sometiéndola a revisiones en su persona y objetos personales, fue en el cerco militar establecido en torno al Congreso de la Unión. Bravo por tu importante labor periodística”.
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viernes, septiembre 08, 2006
DERECHOS Y DERECHOSOS.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 6:32 p.m.
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