LOS CRÍTICOS, A TORO PASADO.

Serpientes y Escaleras.
Salvador García Soto.
30 de agosto de 2006.

Marta y el futuro.

Entre lo que se desea y lo que realmente le espera a uno en el futuro, hay un trecho que a veces nos deparará sorpresas. Marta Sahagún , por ejemplo, que no se resigna a verse montada a caballo en el lujoso rancho que su esposo construyó durante su gobierno para su retiro, dice muy segura, que su futuro será "seguir trabajando por el bienestar de los que menos tienen" y con su cuestionada Fundación "Vamos México" se ve a sí misma con una "agenda social" -¿y política?-, que la mantenga activa.

Si ya es preocupante el anuncio de que una figura tan nefasta en el sexenio que termina y cuya influencia fue determinante para el triste balance político y social que dejará la administración Fox, pretenda seguir presente en la escena nacional, más delicado es todavía que Marta quiera darle un alcance transexenal a su burdo y oscuro modelo asistencial que en los últimos cuatro años lo mismo sirvió para alimentar sus frustrados y delirantes sueños presidenciales, que para dañar a muchas asociaciones y fundaciones filantrópicas que verdaderamente ayudan sin protagonismos políticos.

Y, aunque la señora es libre de hacer lo que quiera, el optimismo con el que ve su futuro, por encomiable que resulte, no checa con elementos de realidad que se aprecian en el horizonte inmediato. Primero, porque Marta no parece entender que una vez que su esposo deje el poder y ella tenga que abandonar -muy a su pesar- la casa presidencial, perderá la condición de privilegio que durante cuatro años explotó para presionar y obtener generosos donativos de empresarios a su polémica fundación.

Si ya en los últimos meses muchos de los hombres de negocios que en algún tiempo le entregaban apoyos monetarios y le seguían el juego de su "labor social", con tal de quedar bien con el Presidente, ya no le tomaban siquiera la llamada y le cancelaron los donativos, es probable que cuando deje de ser la influyente mandamás de la casa presidencial, muchos de esos empresarios le cierren no sólo sus chequeras, sino también sus agendas.
Marta no quiere ver, quizá como mecanismo de defensa, que su nombre y el de sus enriquecidos hijos, los Bribiesca Sahagún , serán un caso político que trascenderá este sexenio. Y si ahora el poder de sus faldas y el usar la institución presidencial para defender a sus vástagos la ayudó a frenar y a obstaculizar las investigaciones de los diputados y las denuncias penales que ya pesan contra sus hijos, en el futuro esa situación cambiará cuando no tenga el poder que aún detenta.

Porque además de que el caso de los Bribiesca Sahagún seguirá en la agenda de la oposición, hay elementos para pensar que, aún bajo un gobierno encabezado por Felipe Calderón, Marta y sus hijos no se salvarían de ser investigados a fondo. Porque un Presidente urgido de legitimidad como será Calderón, difícilmente desperdiciará el apetecible bocado político que significaría investigar y castigar los excesos de los hijos de la que entonces sería la ex primera dama.

¿O ya se olvidó Marta que dentro del equipo más cercano de Calderón hay quienes no la quieren y guardan agravios y motivos suficientes para buscar cobrarle facturas una vez que ellos tengan el poder y ella lo haya perdido?

Qué bueno que Martita vea tan rosado su futuro, pero en una de esas el porvenir le depara sorpresas. Y en vez de verse trabajando en una "agenda social" por el bienestar de los pobres, la vemos en unos cuantos meses con una "agenda judicial" y defendiendo en los tribunales penales a sus enriquecidos hijos.

Notas indiscretas. Ayer en San Lázaro nació la mayoría parlamentaria que podría empezar a aprobar leyes y hasta reformas constitucionales. Los 335 votos con los que el PAN, el PRI, el PVEM y el PANAL lograron nombrar al panista Jorge Zermeño como presidente de la Mesa Directiva, confirman que si el PRD sigue en la línea de la radicalización y de la eterna protesta de Andrés Manuel López Obrador , sus bancadas en el Congreso, con todo y su condición de segunda fuerza política, jugarán un simple papel testimonial ante la nueva alianza de gobierno. Los dados repiten Escalera. Parece buena racha.