CIENCIA.
Por: René Anaya.
Al margen de los resultados definitivos de la elección presidencial, bueno sería reflexionar sobre el bombardeo a que fue sometida la población durante los últimos meses, por quienes hicieron una campaña no a su favor, sino en contra de uno de los candidatos, a quien le atribuyeron toda suerte de defectos y perversidades.
Ya no se trataba de demostrar las bondades del proyecto de continuidad, sino de denostar al candidato más temido, al que señalaban como un peligro para el país y como una amenaza para quienes han forjado un pequeño patrimonio.
Esa campaña sistemática causó, además de un encono gratuito, probablemente graves problemas de ansiedad, paranoia y temor en un sector de la población.
Cuando el miedo nos alcanza.
No es aventurado afirmar que el miedo infundido a millones de personas con anuncios en radio y televisión inclinó la votación por Felipe Calderón Hinojosa, pues un buen sector de votantes lo hizo suponiendo que de esa manera iba a preservar sus bienes (departamentos, automóvil y ahorros bancarios) y a consolidar sus planes de mandar a sus hijos al extranjero.
Quienes no tenían bienes que defender ni futuro que soñar, también sucumbieron al temor de ser despojado de sus rotas ilusiones.
Así, el programa político del terror ganó al de la esperanza.
Esto no resulta exagerado, pues se conoce que episodios de paranoia o miedos por sospecha y desconfianza son muy frecuentes entre la población sana, sin que eso signifique que quienes los sufren deban ser considerados víctimas de alguna psicosis.
Si, como refiere el psiquiatra Alfredo Cia, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad: “por distintos motivos, prácticamente en todas las sociedades occidentales están aumentando todas las patologías vinculadas al estrés o a la ansiedad”. Entonces, no debería sorprender que un mensaje intimidante repetido cientos, quizá miles de veces, haya llevado a ciertas personas a disparar su ansiedad y episodios de persecución (“está enfrentado a pobres contra ricos”, decían propanistas), pues sentían en riesgo su patrimonio.
En un estudio reciente llevado a cabo por psicólogos del Instituto de Psiquiatría del King’s Collage de Londres, se preguntó a mil 200 personas si habían pensado que otros individuos podrían hacerles daño.
Se encontró que 27 por ciento cree que la gente trata de irritarlas deliberadamente; 10 por ciento está seguro que alguien les está haciendo la vida imposible; más de 40 por ciento se preocupa regularmente porque cree que es objeto de comentarios negativos.
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jueves, julio 13, 2006
PROGRAMA DEL ERROR.EL VOTO DEL MIEDO.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 9:30 p.m.
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