Inseguridad en Sonora

Ejecuciones son "pan de todos los días": PRD Sonora

05 de Marzo de 2007 06:01 AM

Jael Esparza
jesparza@ehui.com

Los continuos enfrentamientos y ejecuciones que se han presentado recientemente en Sonora es ya "pan de todos los días" para los ciudadanos, aseguró la dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Hildelisa González Morales.

La perredista dijo que en Sonora la inseguridad ya es un asunto complicado, es por eso que el gobernador del Estado, Eduardo Bours Castelo, en coordinación con el Gobierno Federal, debe de montar un operativo para combatir el crimen organizado.

González Morales señaló que los hechos violentos que se viven en algunos municipios de la Entidad ya no son casos aislados y que se requiere el apoyo del presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa.

Entiendo que el PRD busque capitalizar los errores de la administración del chapito Bours, ¿pero cómo diablos pretende ser una oposición responsable si adopta las mismas posiciones del PAN? Tampoco va a tener éxito solicitando la ayuda del Pelele como si fuera su aliado.

Los operativos no han funcionado para detener la ola de violencia que se vive en el país; son sólo un ardid mediático para tranquilizar a la población. La guerra contra las drogas fracasó desde hace muchos años y estamos empatanados como los gringos en Vietnam o Irak.

¿Y lo único que se le ocurre al PRD-Sonora es combatir la violencia con más violencia? ¡Qué brillantes!

Los sonorenses están tan asustados que cierran los ojos y se niegan a reconocer que los cuerpos de seguridad están penetrados por el hampa. Todo es blanco y negro; policías buenos contra delincuentes malos. Por ejemplo, mi padre, un periodista amigo del gobernador Bours escribió en su columna de hoy en el diario Crítica:

Banderillas
Mi admiración y mi homenaje a las fuerzas policiacas

He comentado en este espacio que, por ahora, sólo hay una manera de evitar las ejecuciones y los encuentros a balazos en la vía pública: permitiendo que los señores del crimen organizado hagan de las suyas, distribuyan droga, secuestren, tramen sus fechorías, sin molestarlos en absoluto; que no se les aplique la Ley y que las autoridades se hagan de la vista gorda.

Así no se volverían a escuchar tiros ni a ver asaltos y atentados; todas estas acciones criminales constituyen la respuesta a los éxitos de la policía y es terrible sufrirlos pero es lógico que se produzcan porque se trata de una guerra y el enemigo es temible.

Hoy quiero agregar unas palabras de elogio y reconocimiento para los agentes de la policía, tanto la federal como la judicial del Estado y la preventiva de los municipios, porque se hallan en el centro del huracán y siguen allí, firmes y decididos, pese a la conciencia del riesgo cotidiano.

Porque el hecho de no haber intervenido en una aprehensión o un decomiso de droga no es garantía de seguridad. Como ocurrió el pasado viernes, las maffias desquitan su rabia con cualquier ciudadano de uniforme. No les importa si son agentes federales o estables o municipales. Lo que les importa es verter sangre, hacer daño en contestación a las bajas que sufren las bandas y a las pérdidas económicas por la captura de cargamentos y la eliminación de sembradíos.

Tal vez porque de niños nos amenazaban con que nos iba a llevar el policía si nos portábamos mal, o porque de jóvenes y adultos nos contaron casos de abusos y corrupción en el seno de los cuerpos policiacos, que por cierto no nos molestamos en investigar para estar en posición de confirmar o desmentir, tal vez por tantos prejuicios, nos acostumbramos a ver al agente policiaco con cierto recelo.

Ahora estoy convencido de que el agente es el apoyo de la sociedad, y que hace lo que puede, y a veces también lo que creía no poder, para combatir y deshacer la red del crimen. Hagamos votos fervientes para que no se doblen, ni ante el peligro de muerte ni ante el ofrecimiento de dinero cómplice; que se conserven firmes y valerosos en su moral y su dignidad; que honren las placas y las armas que la sociedad les ha confiado.

No sé con certeza cómo expresar mi agradecimiento a todos ellos. Pero creo que podríamos empezar todos los ciudadanos a mirarlos con respeto.

¿No pecamos de ingenuos al afirmar que TODAS las ejecuciones son producto del buen trabajo de los policías honestos del país? ¿O que "las mafias desquitan su rabia con cualquier ciudadano de uniforme"? Cuando la semana pasada murió ejecutado Ramón Tacho Verdugo, jefe de la policía en Agua Prieta, los medios le dedicaron notas calificándolo como un agente admirable y valiente. Pero unos días después sale el gobernador Bours a decirle a la opinión pública que Tacho, junto a otros cuatro jefes policiacos, estaba en una lista de la PGR por "cosas no adecuadas". El policía había trabajado como director de seguridad pública en Cananea en el trienio pasado, pero las autoridades municipales y estatales lo dejaron operar libremente.

Si "vemos a los policías con recelo" es porque hay razones para desconfiar de ellos, en particular por su corrupción generalizada y su relación cómplice con los delincuentes, todo esto fomentado por los mismos políticos en el poder. ¿Y saben qué es lo más increíble? Que el diputado local por el PAN y exalcalde de Cananea, Francisco García Gámez, propuso un punto de acuerdo para que Bours solicite los operativos del gobierno federal. El diputado se mostró sorprendido al entersarse que el hermano del comandante Tacho, Manuel, fue detenido en la garita de Douglas, Arizona, en posesión de drogas.

Para frenar la inseguridad en el país hace falta más que hacer "votos fervientes para que no se doblen, ni ante el peligro de muerte ni ante el ofrecimiento de dinero cómplice; que se conserven firmes y valerosos en su moral y su dignidad". De nueva cuenta estas opiniones son buenos deseos que no ayudan en nada a solucionar la crisis de un sistema de seguridad fallido.

Por último, la nota del relax para reirse un rato. ¡Ahora resulta que los narcos quieren asesinar a FeCal!

Intranquilidad en la frontera por rumores sobre posible atentado contra el Presidente de México

Desde el pasado miércoles trascendió en Nogales, Sonora, un presunto atentado contra Felipe Calderón Hinojosa, en Nuevo León, por parte del crimen organizado.

Por Nuevo Día /
Dia de publicación: 2007-03-03
Nogales Son.

Ese día el mandatario nacional hizo una gira de trabajo por Nuevo León y una patrulla de Guadalupe fue atacada a balazos a unas cuantas cuadras del lugar donde presidía un evento.

Aparentemente dos sujetos en una camioneta burlaron un primer cerco de seguridad en torno a la figura presidencial con intenciones de aproximarse a ella.

Sin embargo fueron frenados y sometidos, pero dejó en el Estado Mayor Presidencial la inquietud de que el jefe de las instituciones nacionales está en la mira del narcotráfico, precisamente por sus acciones en contra.

Antes, en una visita a Torreón fueron ejecutados cuatro agentes federales.

Ayer el EMP ya no pudo mantener el silencio en torno a lo sucedido en Monterrey y ha anunciado, como se publica en nota por separado, la aplicación de medidas de protección el jefe de Los Pinos en una dimensión sin precedentes históricos que incluyen un cerco de tres kilómetros a la redonda donde se encuentre el títular del poder ejecutivo federal.

En esta ciudad la versión del fallido atentado en Nuevo León corrió como reguero de pólvora en el panteón local durante el sepelio del asesinado jefe policiaco Ramón Tacho.

Huy sí. Seguramente los narcos son tan idiotas como para atreverse a penetrar ese cerco lleno de puros policías y soldados que están más entrenados para frenar las protestas contra Calderón que para detener delincuentes. El tamaño de su miedo mide tres kilómetros...

¿Dudas, comentarios, sugerencias?
redciudadanahermosillo@gmail.com