EL ASTILLERO DE JHL.

Astillero
Julio Hernandez lópez.

Desaparecido político
Gris (siempre) dominante
Sometimientos tempranos
Ayuno, rotura de hocicos yK.K.

Felipe Calderón sigue sin aparecer políticamente. Parapetado tras las cortinas militares y entretenido en los líos internos de sus favoritos que pelean por los mejores cargos de gobierno, el presidente formalmente electo ha vuelto a las tonalidades de gris que lo caracterizaban en la primera parte de su campaña electoral, antes del inexplicable e insostenido "despegue" en las encuestas de opinión y en los resultados comiciales. Atenido a una muy discutible táctica que privilegia la elusión de las confrontaciones directas, el michoacano supuestamente doctrinario e ilustrado no ha generado en su fase oficialmente presidencial una sola pieza oratoria o una propuesta ideológica que le permitan salir del pantano electoral en el que sigue patinando, apenas auxiliado por una retórica de fácil adquisición con la que promete respeto a las leyes y a las instituciones para darse un barniz de fuerza que sólo delata el débil color original (incluso, Manlio Fabio Beltrones le ha advertido que no se le ocurra convocar el primero de diciembre a algún pacto de reconciliación nacional, pues sus malos números electorales no le dan la autoridad moral y política para tales exhortos).

Tan difusa es la presencia del inminente jefe formal del gobierno y el Estado mexicanos que, a una semana de tomar oficialmente el poder, su presencia pública sigue siendo marginal, secundaria, supeditada a la línea que increíblemente aún marca un presidente de salida (salida, no saliva), que a pesar de sus deficiencias estructurales y de su abulia terminal (es decir, la del último tramo) pareciera seguir en pleno ejercicio de las funciones en realidad abandonadas pero que el tibio Felipe no atina a asumir, convertido como está en una figura volátil, imprecisa, sujeta a mil presiones, que no es capaz ni siquiera de poner a su especialista en telecomunicaciones en la secretaría adecuada, doblegado por los poderes televisivos antes de ponerse la banda presidencial, mandatario al que Televisa y Televisión Azteca vetaron de entrada en su decisión de poner a Javier Lozano, crítico de las reformas legales que beneficiaron a esas empresas, en Comunicaciones y Transportes; ejecutivo ejecutado por los poderes reales que desean al personero Luis Téllez como consejero delegado en el gabinete de la caldera social.

Felipe nada dice y nada hace, mientras Carlos Abascal pretende comparar la herencia de Zedillo a Fox con la de éste a Calderón. Oaxaca sería Chiapas y Flavio Sosa el plus comandante Appos, según las analogías de última hora del guionista de Bucareli. Otro emisario del pasado que insiste en ser presente, Luis Ernesto Derbez, también aparece haciendo recuentos alegres de la desgracia diplomática que comenzó con Castañeda y remató de locura con el canciller Al Derbez. El Mago de Ox, que sigue en su gira del adiox, dijo ayer ante empresarios que durante seis años trabajó al límite de sus fuerzas (aunque no explicó si en el límite inferior o en el superior). Pero Felipe aguarda, tácticamente encerrado en sí mismo, esperando el momento de las definiciones que algunos creen que serán de deslinde tajante con el foxismo al que hubo de soportar estoicamente para no generar con antelación rupturas y enfrentamientos o, como temen y denuncian otros, convertido ese presidente en un mero operador gerencial de los grandes intereses que lo llevaron al poder y que desde ahora le están pasando impúdicas facturas públicas.

Astillas
Apenas había terminado la ceremonia de toma de posesión de López Obrador cuando ya estaban en huelga de hambre Juan Carlos Escandón, Fernando Zamudio, Ferrer Galván, Alejandro Sandoval y Eliseo Junior en la Puerta Mariana del Palacio Nacional, con el propósito de impedir que el próximo primero de diciembre pueda pasar Felipe Calderón por esa simbólica entrada. Los cinco miembros de la resistencia civil pacífica han denunciado que en la madrugada han escuchado un disparo de arma de fuego y les han sido arrojados basura y papeles mojados desde el interior del palacio. "Ignoramos si dicha agresión por parte de soldados que custodian el Palacio Nacional sea un mecanismo de intimidación o una estúpida travesura", señalan los huelguistas, pero "el Ejército Mexicano, que es una institución del Estado, no debe tomar parte por ninguna de las posturas en los conflictos políticos"...

El M. A. Enrique Zuñiga González (ezunigag@hotmail.com) defiende desde Guadalajara al gobernador con licencia, Francisco (O-Paco) Ramírez Acuña y, en la perspectiva de que éste llegue a ser el próximo secretario de Gobernación, anhela: "Ojalá podamos ver cómo les rompen la madre a APPOS, Atencos y... ¿por qué no? a alguno que otro pedorrista, presidente 'legítimo' y pseudo periodistas de La Jornada. Recuerdo muy bien a nuestro ex gober, Alberto Cárdenas, cuando mandó propinar tamaña golpisa (sic) a Maximiano Barbosa. Jamás volvió por aquí. Los 'altermundistas' nunca más volvieron a joder. Y, aquí, la gran mayoría apoyamos a nuestros gobernadores por no temblarles la mano. Pónganse a temblar ahora bola de infelices (ud. incluido), porque parece que ya les llegó la hora de la mano dura. Con mis mejores deseos (de que les rompan el hocico)"...

En una sesión de la sede Cuernavaca del Círculo Psicoanalítico Mexicano se produjo un comentario que este tecleador podría lucir en las paredes de su consultorio, si lo tuviera. Resulta que en el citado Círculo se está revisando la Viena de finales del siglo XIX y, por tanto, se habló de un escritor y periodista, Karl Kraus, quien mediante aforismos y sátiras criticaba a la sociedad vienesa. Pues bien, según relató una palomita a esta columna, un distinguido asistente a esas sesiones, Alejandro Montes de Oca, habría dicho amablemente que en México hay un periodista que se asemejaría a Kraus y que escribe una columna llamada Astillero. K.K. (que no inventó Fecalandia, pero a Viena la llamaba Kakania) nació en 1874 y murió en 1936 y, según una de las muchas biografías de este escritor austriaco, "desde las páginas de la revista La Antorcha fustigó los defectos de la burguesía y de los medios artísticos y literarios consagrados", todo con un estilo "crítico, satírico y mordaz". ¡Sopas de diván: el Niño Astillero, torpemente inflado, necesita K. misa de Fuer S.A..! ¡Hasta mañana!