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sábado, junio 24, 2006

LAS CAMPAÑAS TERMINAN COMO EMPEZARON:AMLO EN PRIMER LUGAR.

Benedicto Ruiz Vargas, escribe:

El final de las campañas.

Un dato curioso y digno de mayor análisis es que en términos de preferencias electorales, las campañas políticas están terminando tal y como empezaron: Con Andrés Manuel López Obrador aventajando en las preferencias, Felipe Calderón en segundo lugar y Roberto Madrazo en el tercer sitio. Es el dato que arrojan las encuestas en estas últimas semanas, pero también es lo que logra palparse en el ánimo de los diversos grupos del electorado.

Si tomamos como cierta esta información y al mismo tiempo asumimos que ya no habrá grandes cambios, entonces podemos concluir que en esta larga campaña se perfiló desde un principio una fuerza social y política mayoritaria que inclinó la balanza hacia López Obrador. Mientras éste ascendía o consolidaba su fuerza, los otros candidatos caminaban en círculos, buscando acortar la distancia con el primero y haciendo girar sus estrategias en torno a la figura central que representaba AMLO.

Fue este factor de clara ventaja que mostró López Obrador desde el inicio lo que condujo al PAN, al gobierno federal y a otros poderes fácticos a diseñar una campaña negativa que estigmatizara la figura de AMLO y fracturara su apoyo mediante la promoción del miedo entre la población. La estrategia era simplemente la continuidad del desafuero que antes se había seguido contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Aunque el propósito de parar a López Obrador se colocó como parte de la competencia electoral y la lucha política, lo cierto es que el PAN, el presidente Vicente Fox y otras fuerzas que han caminado aliadas, asumieron el objetivo de bloquear a AMLO como un asunto de vida o muerte, inventando esa consigna falsa y maniquea de que representaba “un peligro para México”.

Esta consigna puso el distintivo esencial de esta campaña y el tono de la lucha electoral, reflejando que ya no sólo era el PAN el que estaba en competencia política con AMLO, sino un conjunto de fuerzas e intereses, fuera y dentro del aparato de gobierno, que han buscado a toda costa evitar un posible triunfo de López Obrador.

Son estas fuerzas las que ponen en marcha una inmensa maquinaria mediática, invirtiendo millones de pesos en propaganda negativa y en el trabajo proselitista del panismo.Atenazados por el miedo, el PAN y estos grupos alojados en los peores círculos de la derecha mexicana que embarnecieron al amparo del gobierno foxista, no tienen ningún empacho en promover el fanatismo y el odio entre la sociedad, así como tampoco sus prejuicios ante los pobres o más necesitados del País, ante las mujeres y ante los intelectuales, y ante todo aquello que pueda representar un cambio en donde puedan estar involucradas las masas desarrapadas de México, los excluidos de siempre.

Ante millones de mexicanos para los que la alternancia del 2000 en el Gobierno federal no significó un cambio sustantivo en sus vidas, el PAN ofreció como propuesta central la continuidad y la reedición de lo que justamente ha resultado un fracaso en los últimos tiempos. Si antes ganó la presidencia con la consigna del cambio y con una pelea democrática por los votos, hoy intenta ganar con el ofrecimiento de que nada cambie y recurriendo a la guerra sucia en la lucha por el electorado. Este es el nuevo PAN que surgió en esta campaña.

Por el lado del PRI no hubo grandes sorpresas, pues no sólo llegó mal y dividido a la campaña sino que se mantuvo así a lo largo de la misma. En el fondo los priistas se resignaron a la imposición de Madrazo y a cargar con una imagen que prácticamente nunca despertó simpatías. La fuerza del PRI hoy está alojada en los estados y municipios que gobierna, pero también en una estructura de control política que a pesar de todos los vendavales se mantiene viva y atenta a las prerrogativas que el partido le puede ofrecer. El asunto es que esa fuerza, cincelada a través de los años, le es insuficiente hoy para ganar la Presidencia.

En este marco, fue la campaña de Andrés Manuel López Obrador la más significativa. Primero porque contra todos los cánones de la mercadotecnia y la “modernización” de las elecciones, AMLO pone énfasis en el contacto directo con la gente y en especial con aquellos sectores más desprotegidos de la sociedad. Su mensaje central es hacer un gobierno cuyas políticas consideren sus necesidades, pero también la de otros grupos, incluidos los de la clase media y los inversionistas.
A lo que se opone López Obrador es a la concentración de los privilegios en unos cuantos, a medrar del presupuesto público y a la utilización del poder político para beneficiar a las camarillas y a los familiares.
También su campaña es más significativa porque nunca recurrió a la agresión y a la descalificación de sus adversarios. Se defendió de la guerra sucia, que es diferente, y con pruebas en la mano. Su defensa de un proyecto alternativo y diferente ha sido compleja y ardua, como nunca lo había hecho un candidato en este país.
Por eso y por lo que significa, merece ganar. Sólo falta dar un paso.:Votar por su propuesta este 2 de JULIO.


Correo electrónico: benedicto@tij.uia.mx.
El autor es analista político e investigador de la UIA Tijuana.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.

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