La siguiente es una carta publicada en el Proceso del 14 de Enero de 2007 y está firmada por el general retirado Samuel Lara Villa:
TRAGICOMEDIA “ARMADA”
A los soldados del Ejército Mexicano, sea cual sea la situación en que se encuentren en la actualidad: en el servicio activo o retirados, duelen, y mucho, los calificativos que la gente del pueblo viene aplicando al afán de los Altos Mandos de las Fuerzas Armadas movidos por el interés de legitimar al Presidente de la República impuesto mediante desvergonzado fraude electoral. El ejemplo mas reciente de su empeño es la lamentable herencia que recogieron los actuales, de aquellos que años atrás y por motivos parecidos, tuvieron la ocurrencia de adjudicar otra estrella al Secretario de la Defensa Nacional Gral. Félix Galván López y le plantaron cinco -a la medida de su servilismo- al que llamaron Mando Supremo: el Presidente de la República José López Portillo, vale la aclaración de que aquel régimen pertenecía al partido político que al igual que el instituto armado tuvo su origen en la insurrección contra el tirano Porfirio Díaz, es decir el de la Revolución Mexicana; ahora se rinde culto al enemigo, a eso, en cualquier parte se le llama traición. Desgraciadamente arrastran consigo a Generales, Jefes, Oficiales, Cadetes y Tropa que solo cumplen disciplinadamente acatando que la superioridad se conduce, exacta y responsablemente con apego a las Leyes y Reglamentos Militares, con patriotismo y de acuerdo con la protesta de “Cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las Leyes que de ella emanen”.
Los acontecimientos dejan claro que los funcionarios olvidaron que la disciplina no es castrante, que los individuos, en este caso los soldados mexicanos, mantienen su capacidad de raciocinio y esta es la hora de las reflexiones, en esa pauta, debemos recordar lo dicho por un gran mexicano “ Los campos están bien claros y es hora de definiciones, México ha pasado por todas las pruebas, ha construido su futuro con sangre y sacrificios, ni la intervención extranjera, ni los insensatos de dentro podrán destruirlo”.
Por lo demás, las élites han cometido otro error después de aquel de la asunción del 30 de noviembre del pasado año: en uno más de tantos actos de exaltación y de tributos mutuos, tuvo lugar en Apatzingán, Mich., una ceremonia en la cual se llevó al cabo un “paseillo” rayano en el ridículo que fue también una ofensa al uniforme verde olivo -de acuerdo con lo que estipula el Reglamento respectivo- dada la manera en que le echaron encima las prendas al “Mando Supremo” que en su protagonismo, tampoco se percató de la cursilería del momento. Basta una mirada a las fotos para caer sin remedio en la jocosidad, ahí quedan para la historia los personajes, cada uno en su papel.
Lo que reviste mayor gravedad –considerando el origen popular y la alta misión del Ejército Mexicano ante la nación- es constatar que los retrógrados que asumieron el poder a partir del sexenio anterior crearon en el seno de la institución la aristocracia de los mandos superiores, incrementando sus percepciones económicas hasta el grado de asegurarse una lealtad, que es de temer, de solo pensar hasta donde los llevará su ambición porque esos mandos, ejercidos en la actualidad por Diplomados de Estado Mayor parecen moverse como el pez en el agua, quizá porque estiman llegada su soñada oportunidad de “modernizar” al ejército (apartarlo de su pueblo ) según sus propios cánones. Antes, en 1970 esa casta arribó por primera ocasión a la Secretaría de la Defensa Nacional con el Gral. Hermenegildo Cuenca Díaz para hacerse de privilegios. Cabe preguntar a los antigüos Diplomados, si los de ahora ajustan su conducta a la doctrina de la Escuela Superior de Guerra, de no ser así: ¿ cual es su opinión acerca de tan nefasto proceder; ? En una oportunidad (allá por los años sesenta) uno de los egresados expresó “que tenían un apostolado que cumplir”.de ser cierto puede que tengan algo que decir –y que se atrevan- seguro les preocupa su alma mater, el prestigio y el honor del Ejército Mexicano, en esta coyuntura, expresarlo es deber inexcusable.
Es oportuno, recordar la tradición del Heroico Colegio Militar, en sus alumnos de acendrado patriotismo, la Nación puede confiar eternamente, sin la menor duda, porque ellos no olvidan sus raíces, donde se encuentren, sabrán responder a su llamado, de la mano de la tropa y hombro a hombro con su pueblo. LA PATRIA ES PRIMERO.
Gral. Brig. Ret. Samuel Lara Villa
Una razón más para apoyar al peje en el 2007.
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