El enorme peligro.
Rosario Ibarra.
24 de octubre de 2006.
Antier a mediodía visité a los compañeros de Oaxaca que están en huelga de hambre en el Hemiciclo a Juárez. Ya se nota en todos, hombres y mujeres, el estrago del ayuno, pero su ánimo está en alto, fuerte y con la decisión de seguir allí, hasta que logren lo que exigen: la salida de Ulises Ruiz, gobernador de su estado.
"Para nosotros, esto no es un sacrificio" -me dijeron varios de ellos-, "es luchar por lo que nos parece de justicia, es luchar por los derechos de nuestro pueblo, es el intento irreductible de salvar a nuestro estado, de acabar con el daño añejo que los malos gobiernos han causado a nuestra tierra".
Sentada frente a ellos, con los rayos del sol a plomo, veía sus rostros cansados que contrastaban con la firmeza de sus palabras.... Recordé entonces a Martí cuando decía que la humanidad necesita una determinada dosis de dignidad para poder sobrevivir; que algunos seres carecen por completo de ella y otros la tienen en demasía, lo que hace que la humanidad no muera...
Claro que no fueron estas las palabras precisas del apóstol cubano, pero era la enorme verdad que se entiende plenamente...
¡Cuánta dignidad en esos hombres y mujeres que luchan sin cuartel por lo que creen! Cuánta dignidad en el pueblo de Oaxaca que durante tantos años ha sido humillado, ofendido, maltratado. Los malos gobiernos los han despojado de sus tierras maravillosas; han llenado de tumbas los cementerios de los triquis, de los mixes, de los zapotecas y de todo el pueblo que levanta su voz y sus puños para denunciarlo, y para que sepan que no dejará de pelear hasta que acabe con las afrentas que les impone la soberbia de los gobernantes y de sus "socios", los caciques que odian al pueblo....
¡Qué enorme diferencia entre ese maravilloso pueblo y el repudiado gobernador!
Empecinado en el poder, muestra su absoluta falta de dignidad, y junto a él, las "pandillas" que lo apoyan y que se atreven a querer imponerlo contra el rechazo de la mayoría de los habitantes de Oaxaca...
¿Cómo pensarán él y ellos que podrá seguir "gobernando", a balloneta calada, lanza en ristre, con ráfagas de metralleta, mediante la tortura o asesinando por la espalda...? El pueblo oaxaqueño está harto de injusticia; muchos mexicanos hemos sido testigos de la sevicia contra él desatada y por eso estamos de su lado.
Los malos gobiernos se aterran frente a la gente decidida, y es por eso que no vacilan en violar todos los preceptos legales, la Constitución completa, que al asumir el poder juraron cumplir y hacer cumplir... ¡Hipócritas, falaces, demagogos consumados!
He dicho: se aterran, odian, aborrecen a quienes saben luchar por lo que creen.
Hace mucho tiempo, recuerdo haber leído un libro de un escritor español que decía a propósito de que en Europa, tras la Primera Guerra Mundial, (1914-1918), la mayoría de los países cerraban sus fronteras al luchador universal Vladimir Ilich Ulianof, el admirado político ruso, a quien todos conocemos como Lenin. Escribió Marcelino Domingo en su libro La isla encadenada: "El comunista ruso es un peligro para las instituciones históricas, porque ha sabido hallar un lenguaje que habla al corazón de los hombres descontentos".
Por eso le temen a la APPO y a la disidencia magisterial en Oaxaca; por eso odian a la gente de Atenco, por eso fueron los fraudes contra López Obrador y contra Ojeda; por eso asesinaron a los jóvenes el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971, y por eso rompieron todas las leyes para acabar con la insurgencia popular en los años 70, que llenó las cárceles clandestinas de desaparecidos políticos: nuestros hijos, nuestros familiares, nuestros compañeros... Todos ellos han sabido hablar con ese "lenguaje que habla al corazón": son pues para los malos gobiernos, el enorme peligro.
Dirigente del Comité ¡Eureka!
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martes, octubre 24, 2006
LAS PALABRAS QUE LLEGAN AL CORAZÓN DE LOS HOMBRES DESCONTENTOS.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 12:24 p.m.
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