Impunidad.
Víctor Flores Olea.
11 de septiembre de 2006.
Quedará como un monumento al cinismo y a la subordinación indigna, y como una estela de contradicciones jurídicas y morales. Y se recordará como una consagración de la impunidad y el abuso como conducta de la autoridad y los capos del dinero, en tiempo de elecciones.
Podemos imaginar que en el futuro los hombres fuertes (públicos y privados) intervendrán en las elecciones presidenciales, estatales y municipales, para elegir legisladores locales o federales, sabiendo que su intrusión es impune y está cubierta por este antecedente judicial. La resolución del Tribunal Electoral (TEPJF) del pasado martes rompió definitivamente en México la confianza en las elecciones que tendrán lugar en el porvenir. Tal es el efecto devastador de esa resolución.
Entre las últimas vergüenzas que hemos vivido esta es una de las más peligrosas y deprimentes. Porque es demoledora de nuestra democracia y un ariete que destruye la seguridad en las instituciones electorales. Esas "que nos hemos dado", como se repite a diario, pero que no nos dimos con tales funcionarios venales y minúsculos.
Esos, como corre la versión, que aceptaron reunirse con Vicente Fox y con el presidente de la Suprema Corte para recibir consigna e intimidaciones. Acatándolas. Una ruindad por donde quiera vérsele, y una flagrante traición a la legalidad en México.
Por supuesto, esa tarea de demolición la había ya iniciado el IFE con su parcialidad en favor del panista. El hecho es que la resolución del TEPJF, declarando presidente electo a Felipe Calderón, cuando afirma que con sus intervenciones partidarias Vicente Fox "puso en grave riesgo" la elección; cuando sostiene que el Consejo Coordinador Empresarial participó ilegalmente con su publicidad en favor del candidato del PAN y en contra de López Obrador, y cuando también alude a los agresivos spots del "peligro para México" de los seráficos propagandistas de Calderón, y concluye sin embargo que no encontró "evidencias" que fueran causa suficiente para invalidar la elección, incurre en una inconsistencia desvergonzada.
Por un lado se proclama incapaz de medir los efectos de las intervenciones ilegales, pero eso sí, sugiere que no tuvieron tan serias consecuencias como para anular la elección. Y, para culminar la burla, el presidente del TEPJF se concreta a "exhortar" a los poderes económicos y al Ejecutivo a portarse bien en el futuro, dado que si bien esta vez no alcanzaron a dañar definitivamente la elección, no se sabe qué pueda ocurrir en el porvenir.
Raúl Carrancá y Rivas, jurista prestigiado, ha puesto de relieve el escándalo de la resolución, violatorio del artículo 41 constitucional, cuando no contribuye a la certeza de las pasadas elecciones y se decide mediocre, vulgarmente, por la argumentación cuantitativa y no por la cualitativa y de sustancia. De paso señalaremos la distancia abismal entre estos tinterillos tristes, con su español espeso e iletrado, y los grandes juristas que también ha habido en México, con gran cultura, gracia, elegante expresión y valiente dignidad. Lo que resulta escandaloso es que esos mismos magistrados, el Presidente de la República y el presidente electo, se hayan alzado ahora como los más esforzados defensores de las instituciones. ¿Cabe mayor hipocresía? ¿En qué mundo de patrañas vivimos?
Basta esta rápida mirada para concluir que AMLO tiene la razón en su afán de cambiar las instituciones de la República. Cambiarlas para que en verdad sean y estén al servicio del pueblo, que es su única y real función, y para que dejen de ser el resguardo de la mentira, la corrupción y los intereses privilegiados. Y para que abandonen su función de tapaderas de beneficios inconfesables. Tal es el objetivo del movimiento en marcha, y sólo así, por su carácter moral y su aspiración a valores auténticos, se explica la fuerza y amplitud multitudinaria. Fox llega al final entre el desprestigio y la burla de los mexicanos. El Presidente de la transición se convirtió en abusador de las leyes de la democracia. Pero Calderón no iniciará mejor: disimulado y fingido, llama ahora a una unidad que él mismo se dedicó a violentar. Ahora sí el diálogo, aunque antes, siguiendo las tácticas de sus asesores, aunque fueran extranjeros, se dedicara a desbaratar la decencia de unas elecciones.
Y todavía, en este naufragio de los hombres que usan las instituciones en su beneficio, Fox corrió con la suerte de que no haya podido leer ese vergonzoso escrito que llevaba a la Cámara como Informe de su último 1 de septiembre, y que después leyó en cadena nacional desde su búnker familiar.
Ejemplo de deshonestidad y cinismo, el discurso es una joya que ilustra la absoluta pérdida del sentido de la realidad. Foxilandia llega a sus extremos y exhibe algo aún más patético: el Presidente de México no tiene la remota idea del país en que vive; habla y habla y trata de ubicarnos en un mundo imaginario e inexistente. La suya, en el ejercicio presidencial, ha sido no una fuga hacia adelante sino hacia el vacío y la nada.
Escritor y analista político.
NO A LA QUEMA DE BOLETAS ELECTORALES.
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lunes, septiembre 11, 2006
FOX,FUGA HACIA EL VACÍO Y LA NADA.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 11:35 a.m.
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