PESADILLA, EL SUEÑO DE FECAL Y CÍA.

Opinión México
Visiones contrapuestasPor: Eduardo Ibarra Aguirre (Fecha publicación:26/07/2006)

Con el primer intercambio epistolar público entre Andrés Manuel López Obrador y Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, se nos presentan dos visiones contrapuestas de la jornada electoral del primer domingo del séptimo mes del año, cada vez más distantes e irreductibles, por lo menos en apariencia.Valgan de muestra dos botones.

Escribió López Obrador:“Como usted sabe, el proceso electoral estuvo plagado de irregularidades y de actos fraudulentos. Durante la campaña, el Consejo General del IFE actuó de manera facciosa; la publicidad en los medios de comunicación no fue equitativa; en su campaña se gastó dinero a raudales, de procedencia desconocida, y se rebasaron por mucho los topes establecidos por la ley; grupos de intereses creados pusieron en práctica un activismo ilegal; se recurrió a la guerra sucia, a la mentira y a las campañas del miedo; se usaron los programas del gobierno federal y otros recursos públicos en apoyo a su candidatura; fue pública y notoria la injerencia del Presidente de la República para golpearnos. Y, por si todo eso no bastara, hubo manipulación en los sistemas de cómputo electoral y se falsificaron los resultados en miles de actas de escrutinio”.

Calderón Hinojosa respondió cinco horas más tarde, tras arribar al Distrito Federal con su familia, procedente de Bahías de Huatulco, presumiblemente en el avión de Ricardo Salinas Pliego, dueño de Tv Azteca:“La jornada electoral del pasado 2 de julio fue un esfuerzo cívico de casi 42 millones de ciudadanos que votaron en libertad. Cientos de miles de mexicanas y mexicanos colaboraron con el Instituto Federal Electoral para recibir y contar cada voto en presencia de representantes de todos los partidos políticos”.

Y abunda: “La contienda fue equitativa. Los candidatos recorrimos el país sin límites ni cortapisas. Los medios de comunicación estuvieron abiertos a todas las expresiones políticas y dieron testimonios de la pluralidad en que vivimos los mexicanos. En ese contexto, todos los candidatos fuimos convocados a dos debates presidenciales. Usted, por propia voluntad, decidió participar en un solo debate, y su partido se opuso rotundamente a la celebración de otros más”.

Dos diagnósticos sustancialmente distintos, como si el michoacano y el tabasqueño intercambiaran misivas sobre países y procesos eleccionarios distintos y no de los realizados hace 24 días en un país llamado México.

Nada hay de esquizofrenia en las dos percepciones, como simplonamente le atribuyó al otrora señor López, un dirigente panista de bajo perfil, porque en plena disputa por Los Pinos Manuel Espino Barrientos se fue a España a cumplir obligaciones espirituales.

No hay pérdida de contacto con la realidad. Lo que existe es una feroz disputa, cada vez menos cerrada, por la opinión pública y publicada.Con todo y grotesca reedición del 6 de julio de 1988, en las condiciones evidentemente nuevas y promisorias que existen en 2006, es decir, la cerrazón facciosa combinada con la apertura para desinformar e imponer la verdad única al electorado por parte de la mediocracia, la feroz batalla no favorece ya al cuasi castrense cierre de filas de la plutocracia con el candidato panista.

Son ya inocultables las fisuras por las simpatías con un interinato y nuevas elecciones que convertirían en pesadilla el sueño de los Calderón.Esta inicial mutación es la que obligará a modificar las posiciones irreductibles.