Raúl García Araujo
El candidato presidencial de la Coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, acusó de manera directa al presidente Vicente Fox Quesada de ser un “traidor de la democracia”, e hizo un llamado a sus simpatizantes para llevar a cabo una movilización nacional. “Vicente Fox, sin recato alguno y sin cuidar la investidura presidencial, se dedicó a atacarnos y ha terminado por ser todo un traidor de la democracia”, sentenció el perredista ante miles de sus simpatizantes y seguidores —350 mil, según cálculos conservadores— que se reunieron a media tarde de ayer en el Zócalo capitalino, en lo que fue su primera asamblea informativa que se convirtió en una demostración de fuerza para enfrentar lo que el candidato del PRD, PT y Convergencia llamó un fraude electoral. López Obrador, quien pidió a sus seguidores iniciar una marcha nacional por la democracia, que iniciará el próximo miércoles y culminará el domingo en el Distrito Federal, denunció que Fox, llamado el presidente del cambio y que llegó al poder —en 2000— gracias al voto ciudadano, utilizó las instituciones y el dinero público para imponer en la Presidencia a un “pelele”, Felipe Calderón Hinojosa, candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN). Imponerlo, dijo, con la idea de que el mismo grupo de poder económico y político que tiene sumido en la ruina al país siga manteniendo sus privilegios, sin importarles el sufrimiento de la mayoría del pueblo de México. “Son ellos quienes verdaderamente conspiran contra la democracia, porque se oponen a un cambio verdadero; son los que defienden la política económica imperante, antipopular y entreguista, que sólo ha llevado al país al estancamiento económico, al desempleo y a la emigración de millones de mexicanos”, señaló. En un tono duro, López Obrador siguió con sus acusaciones y responsabilizó a ese grupo de la derecha de quedarse con los bienes de la nación, y además ambicionan las privatizaciones del petróleo y de la industria eléctrica. “Son —remarcó— los que han convertido al gobierno en un comité al servicio de unos cuantos y son los que ahora quieren imponer en la Presidencia a un pelele, a un empleado incondicional que les garantice perpetuar la corrupción, el influyentismo y la impunidad”. El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal advirtió que ante su eventual llegada a la Presidencia de México, este grupo en el poder vio amenazados sus intereses, ya que su propuesta se fundamenta en un gobierno capaz de crear una nueva legalidad, una nueva economía, una nueva forma de hacer política y una nueva convivencia social, con menos desigualdad, con más justicia y dignidad. Además, sentenció que fueron ellos, los de ese grupo y en complicidad con las televisoras, quienes emprendieron una “campaña sucia” en su contra desde el proceso de desafuero, para quitarle sus derechos políticos y evitar así que apareciera en las boletas del 2 de julio. Y son ellos también, agregó, quienes lanzaron la leyenda negra de que él representaba un “peligro para México”, de la forma más antidemocrática que se tenga memoria en el país. De acuerdo con López Obrador, “hubo de todo: guerra sucia, compra de espacios en radio y televisión para difamarnos impunemente; se gastaron en la campaña miles de millones de pesos que rebasan, con mucho, lo permitido por la ley; utilizaron las instituciones y recursos públicos para favorecer al candidato de la derecha”. El abanderado presidencial también acusó al Instituto Federal Electoral (IFE) de no actuar con imparcialidad, convirtiéndose en un “ariete” del Partido Acción Nacional (PAN), pero sobre todo —abundó— por entregarse por entero a la simulación electoral. “Baste señalar que el miércoles, al igual que como lo hicieron el domingo, manipularon el sistema de cómputo e información”, apuntó. López Obrador observó que el IFE, durante todo el día del pasado miércoles, jugó con el sentimiento y la esperanza de los mexicanos —ya que en el conteo de casillas el candidato del PRD iba arriba en la preferencia electoral con dos puntos sobre Felipe Calderón Hinojosa— sobre un resultado que ya conocía, y para ello utilizó a la televisión para que divulgara tal inercia. Por ello, anunció que ya cuenta con todas las pruebas sobre este fraude y hoy impugnará la elección ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y demostrará públicamente que el 2 de julio se violaron los principios rectores de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad que establece el Artículo 41 de la Constitución Política de México. “Vamos a pedir —precisó— que se limpien las elecciones. Vamos a pedir que se cuente voto por voto, casilla por casilla. Deben abrirse los paquetes electorales porque hay evidencias contundentes de que nos quitaron votos para favorecer al candidato de la derecha”. López Obrador advirtió que cuenta con evidencias de que en algunas cajas donde el acta decía que había más votos para el PAN, una vez que se abrían era todo lo contrario, y eso habla —dijo— de que hubo irregularidades. Asimismo, criticó a los consejeros del IFE, quienes dijeron que no había tiempo de contar voto por voto, pero “más allá de argumentos técnicos y legaloides, está la democracia y la estabilidad política”. Su estrategia, en primera instancia, será acudir al TEPJF, pero anunció que en su momento acudirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para solicitar, de conformidad con el Artículo 97 de la Constitución, que ejerza su facultad para practicar de oficio la averiguación de los hechos que constituyen la violación del voto público y la ilegalidad de todo el proceso. “El proceso electoral de conformidad con la ley aún no ha terminado, apenas va a comenzar la calificación de la elección, de modo que nadie puede proclamarse o llamarse ni siquiera presidente electo”, expresó. Ante tal escenario, López Obrador convocó a los magistrados del TEPJF y a los de la SCJN valorar detenidamente la transparencia histórica de la decisión que habrán de tomar. También pidió al Ejército Mexicano que no permita ninguna intromisión en las sedes distritales donde se encuentran los paquetes electorales, y a los medios de comunicación que no censuren la información por presiones del Poder Ejecutivo federal. A sus seguidores y al pueblo de México los invitó a una marcha nacional por la “democracia” pacífica, a partir del miércoles, desde todos los distritos electorales del país hacia el Distrito Federal, y de igual forma el próximo domingo a las 11:00 horas del Museo de Antropología al Zócalo capitalino para una marcha que concluirá con la segunda asamblea informativa. También invitó a formar comités de difusión que ayuden a informar a todos los ciudadanos del país para contrarrestar la campaña de desprestigio que vendrá en su contra y, por último, portar un moño tricolor en señal como distintivo de la lucha por la democracia en México. “Mantendré como siempre mis principios y mis convicciones, que es lo que estimo más importante en mi vida, no voy a traicionar al pueblo de México. Como se comprenderá, esto va más allá de mi papel como dirigente, se trata de no permitir un retroceso democrático; si les permitimos que se impongan mediante el fraude va a ser una regresión, por eso molesta la actitud de Vicente Fox, que llega a la Presidencia gracias a los avances democráticos, y cuando está en el poder se convierte en un traidor a la democracia”, concluyó.Una razón más para apoyar al peje en el 2006.
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