EL IMSS SE ESTÁ MURIENDO.

Si Hipócrates conociera el IMSS, se muere de nuevo

sábado, 03 de marzo de 2007

Por Edmundo Contreras Casos y Cosas La situación de deterioro que viene abatiendo al Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, que en su mayor medida responde a la intención gubernamental de privatizarlo, para seguir deslindando al Estado de sus deberes constitucionales con la población mexicana, fue de nuevo acicateada con nuevas políticas, execrables, dispuestas por sus actuales funcionarios y jerarcas. Directivos y funcionarios que, partiendo de que en México llevamos ya más de seis años sometidos por una administración federal emanada del PAN, una ilegal y la otra, la actual, espuria, se trata en su mayoría de mandamases del IMSS que son parte o están vinculados con el PAN, razón de fondo por la que detentan esos cargos de elevada jerarquía en el Instituto. Este apunte va con el fin de ubicar este problema del IMSS, que no es nuevo pero que en vez de atenderlo para su superación y la real eficientación que requiere la institución y el servicio que presta y que demandan los derechohabientes, incluso el personal médico y de enfermería que todos los días enfrenta este escenario contrario a lo que guía su profesión, dentro de un oficial esquema integral de premeditado deterioro en pos de su pretendida privatización con matiz político. Razón que les da forma a, y también las explica, estas medidas administrativas tan contrarias que determinaron los directivos del Instituto y las autoridades federales del ramo, panistas por ende, que al ser expuestas el jueves al personal de la delegación en Yucatán por parte del director médico del IMSS, José Guevara Arenas, generaron inminentes la indignación de los doctores, enfermeras y enfermeros, así como de los trabajadores sociales de la Entidad. Quienes al ser informados de estas disposiciones inhumanas de los jerarcas del IMSS, que bien podemos compendiar en la orden tajante de reducir el número de incapacidades, de medicamentos costosos, análisis de laboratorio y otros estudios clínicos de elevado costo que requieran los derechohabientes, externaron su oposición y señalaron que "no es humanamente posible" cumplir con estas disposiciones oficiales. Las que, dicho sea de paso, resultan totalmente contrarias al espíritu que supone permea y motiva el servicio médico, mismo que encuentra y privilegia en ese apostolado que hace trascender a Hipócrates como su mejor ejemplo y guía profesional, que son francamente ofendidas por este desdén humano que hoy nos confirmó el Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, para con nosotros, sus miles de derechohabientes en Yucatán y en el país. O sea que, si viviera, si Hipócrates conociera el IMSS, se muere de nuevo. Claro, si es que antes no le da un infarto o una embolia al constatar el grado de degradación que ahí se da al servicio médico, a ese don privilegiado de sanar y curar a los enfermos, evitarle sufrimiento a un ser humano, que debemos recordar él aportó un significado relevante que se manifiesta en la realidad cotidiana de la humanidad. Del mismo modo que, en sentido contrario, aberrantemente contrario, debemos consignar que este servicio vital de la "sanación" médica, ha encontrado en el IMSS lo más cercano a su tumba, no obstante la reticencia de sus trabajadores y especialistas, empujado por el deterioro que en su contra el gobierno panista ha venido promoviendo en estos últimos seis años y medio, por medio de inhumanas medidas administrativas que, como estas, hasta que rayan en lo criminal. No es un asunto menor, para nada, máxime que si Hipócrates conociera el IMSS se muere de nuevo, de seguro, porque lo que ahí se viene dando es precisamente abonar en sentido contrario al que él ponderó para la profesión y que es lo propio y pertinente para eficientar esta institución superlativa para todos los mexicanos, un excelso logro de la Revolución que nos redunda en ese constitucional derecho inalienable del ciudadano a la salud, el que conlleva la obligación del Estado de atenderlo "con todas las de las Ley", y a cualquier costo. Algo que ciertamente no se encuentra por ningún lado, en ninguna de las medidas dispuestas por los directivos nacionales del IMSS, como se constató en lo manifestado por el director del "Servicio Médico" del Instituto, José Guevara Arenas, en ésta ciudad de Mérida, quien a manera de orden tajante instruyó a médicos, personal de enfermería y administrativo que "reduzcan el número de incapacidades, medicamentos costosos (¿pues cuánto vale para el IMSS la vida de un derechohabiente?), análisis de laboratorio y otros estudios clínicos caros". Motivo por el cual, una vez que se recuperaron del impacto de la negligente, inhumana medida oficial, los trabajadores locales del IMSS, que no comparten estas "políticas privatizadoras" de la actual administración federal en manos del PAN, respondieron que es imposible "extremar aún más la austeridad que desde hace años se practica en el Instituto", y esto, ojo, "por lo que toca exclusivamente a los derechohabientes". O sea, que hay mucho más en donde la cosa ya no da para más, inoperancia, simulación, mentiras, negligencia criminal, hostigamiento patronal injustificado, en fin, todo eso que conocemos bien y que es parte de esta trama traidora del gobierno panista para seguir privatizando, por lo menos intentando hacerlo, las instituciones y sectores más esenciales de la nación, más trascendentes y valiosos, como sin duda debemos reconocer es este caso del IMSS. Tan trascendente y vital para los mexicanos que, ante su oficial deterioro para privatizarlo, SI HIPàCRATES CONOCIERA EL IMSS, SE MUERE DE NUEVO.