Plataforma de oposición |
sábado, 03 de marzo de 2007 | |
Urge una discusión libre e inteligente para el PRI adopte una plataforma de oposición, dice Manuel Bartlett Díaz. Urge adoptarla porque sin esto no hay destino para el priísmo, advierte Manuel Bartlett Díaz / La IV Asamblea Nacional Extraordinaria del PRI decide posponer para noviembre si se declara como un partido de Izquierda MeXICO, D.F., 21de marzo (UNIVERSAL).- El PRI se encuentra en una situación de "vida o muerte", por su historia reciente de partido manipulado por una camarilla, la cual le asignó un papel vergonzoso "de PARM del PAN" (un partido satélite de la era hegemónica priísta), afirma Manuel Bartlett Díaz. Urge a la presidenta entrante del PRI, Beatriz Paredes Rancel, convoque a las fuerzas del partido "a una discusión libre e inteligente", para que se adopte una plataforma de oposición. Sin esto, no hay destino para el priísmo, dice. Califica como ignorantes a quienes pretenden que el PRI sea de Izquierda, sin ofrecer siquiera los conceptos ideológicos del caso. E ironiza al señalar como "nuevos ideólogos" del partido a Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones. En su primer día de trabajos la IV Asamblea Nacional Extraordinaria del PRI decidió posponer para noviembre si se declara como un partido de izquierda. "Era la decisión más importante de la asamblea y la pospusieron; dejaron al partido en la indefinición hasta fin de año", advierte. Para Bartlett es obvio "el reconocimiento claro de que el Partido Revolucionario Institucional está a la Derecha". Hay que rescatar al PRI, dice, del "asalto a sus órganos de dirección que ocurrió desde la conversión de Salinas al neoliberalismo", anota. ¿Es cierto que la elección de Beatriz Paredes, como presidenta del PRI, la ganó Carlos Salinas?, se le pregunta a Bartlett Díaz, entrevistado en su estudio. "Vamos a ver quién ganó. En la asamblea de fin de año lo sabremos", responde. "Yo priísta espero -agrega- que Beatriz Paredes cumpla con lo que ha prometido. La esperanza que queda es su liderazgo. Llamar a todas las corrientes (las dos que hay: tecnócratas neoliberales de derecha y la posición nacionalista y social). "Dice Beatriz: 'recuperar las raíces del partido'. ¿Cuáles?, las de un partido popular -manifiesta Bartlett-, que no es el de Reyes Heroles hijo, ni de Ruiz Sacristán, ni de Téllez, de la Derecha". Agrega, "Beatriz (Paredes) está obligada. Y no va a pasar mucho tiempo para que nos demos cuenta si realmente va a asumir su liderazgo. Es inteligente, tiene buena imagen. Esperemos -concluye- que esté a la altura de esa imagen". Bartlett dice que está listo para aportar desde la fuerza nacionalista y social, siempre priísta. Comenta su perspectiva de la asamblea que tiene lugar desde el jueves en la Ciudad de México. "Es una asamblea vacía", señala. La buena será la de fin de año, la que se prepare sin el control de la camarilla de Roberto Madrazo, que montó un evento "light". Su partido necesita fundamentos para actuar fuera, dice. Resalta que antes de votar en asuntos nacionales, "primero tenemos que llegar a acuerdos nosotros los priístas". Pide que en el Congreso los senadores y diputados priístas mantengan en alto su calidad ideológica. Aseguró que, por su parte, sus coordinadores (Beltrones y Gamboa) piensan en sus intereses personales, al pretender que se sumen con el PAN en votos cruciales. Comenta que la ambigüedad en la que peligra estar el PRI, beneficiará en todo caso al presidente Felipe Calderón, y a sus propósitos de lograr reformas estructurales. Asevera que "con golpes políticos, (Carlos) Salinas se hizo del PRI, para ofrecer votos a la derecha para el triunfo total de reformas a la Constitución, lo cual es una traición". Férreo opositor a cambios en materia de energía, Bartlett expone que el PRI se acabaría si llega a sumar sus votos a los del PAN para completar las transformaciones que impulsan, dice, los tecnócratas. Subraya que las derrotas que al PRI le costaron la Presidencia e ir al tercer lugar electoral, son paralelas a fases de manipulación ocurrida en la cúpula del partido y el surgimiento de un afán "colaboracionista", que hizo el caldo gordo a una camarilla en la que destaca Roberto Madrazo. Si Carlos Salinas llevó al PRI a votar reformas contra los principios partidistas, una proverbial "disciplina" de los militantes, aceptó decisiones de derecha contrarias a los documentos básicos. "Pronto tuvimos la derrota y otros el cinismo para quedarse sentados y esperar los tiempos adecuados para obedecer a los que controlan ahora al partido". "¡Estuvimos en la oposición y no lo fuimos! El costo fue que México se empobreció y el partido está en una situación de vida o muerte", reitera. |
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