/tr>
LOS PRODUCTOS DEL BOICOT ¡NO LOS CONSUMAS!: Bimbo , Sabritas , Jumex , Pepsi, Gamesa , Televisa (televisión y revistas), TV Azteca , Milenio (Diario y Semanal), Banamex , Maseca , COPARMEX , Coca-Cola , Wal-Mart , Bachoco , Megacable , Farmacias Similares , M&M's , Kimberly Klark , Burger King , grupo ALSEA , Autobuses Estrella Blanca . Más en este link.

sábado, febrero 17, 2007

YA NO SEAMOS PRESA DE EMBAUCADORES.

Fox, la lengua es primero.

Mayté Noriega.
17 de febrero de 2007-

V icente Fox volvió a hablar en públi co, y como suele suceder cada vez que lo hace, quedaron en evidencia su mezquindad, su recurrencia a la mentira y su ignorancia. Durante una conferencia que ofreció en Washington, poco concurrida pese a que el precio de las entradas se rebajó a la mitad, confiesa haber "perdido" en el asunto del desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Asunto sabido, y que lo muestra en toda su pequeñez y torpeza políticas.

Durante el tiempo que vivió en Los Pinos, negó que la Presidencia hubiera metido las manos en el espinoso asunto del desafuero, aunque declaró también que había sido la decisión más difícil que le había tocado tomar. ¿Cuál de los dos argumentos es el bueno? Probablemente ninguno, pero a la luz del segundo el primero es una mentira.

También argumentó en Washington que si bien había perdido frente a López Obrador, 18 meses después llegó su desquite con el triunfo del candidato de su partido en las elecciones. Un candidato que, vale la pena recordar, no era el suyo, y en una actitud que puso en peligro la elección de 2006.

Y uno se pregunta de dónde surge este afán de Vicente Fox de decir "la verdad" o revelar "verdades"; tal vez de la tranquilidad que le da el hecho de ya no ser presidente. No hay que olvidar que declaró a una reportera que ya podía decir todas las tonterías que quisiera, porque iba de salida.

Dice Alex Grijelmo, en su libro Defensa apasionada del idioma español, que "el uso de nuestro idioma y el intento de comprender a los semejantes nos retrata como seres humanos, las palabras nos revelan como somos y a veces nos condenan". Es cierto, el lenguaje nos delata, nos descubre, nos desenmascara. Y eso pasó con el otrora presidente Fox, al que sus discursos improvisados revelaron como un hombre de escasa cultura.

Con los discursos que le escribían, las cosas no eran muy distintas, porque su ignorancia lo llevaba a "corregir" lo que otros habían escrito. Así, donde decía Jorge Luis Borges, él leía José Luis Borgues. Seguramente porque el nombre del escritor no le "sonaba". Se da por descontado el hecho de que no leía los discursos antes, para corregirlos, modificarlos, adecuarlos, cuestionarlos o plantear dudas, en un gesto de audacia que pone en evidencia su falta de respeto al cargo que desempeñó durante seis años, y a la gente que le escuchó y lo escucha.

Se asume que los políticos hablan, y la gente no les cree. No obstante se difunden sus discursos o fragmentos de los mismos en los medios de comunicación. Y de ese parloteo que prolifera por doquier, poco o nada sacamos en concreto. Se llenan los espacios de promesas y buenos propósitos, porque los hechos no alcanzan a cubrir las expectativas de una sociedad ávida de bienestar.

El México que han prometido tantos gobernantes está cada vez más lejos del México en el que vivimos. ¿Para qué tanta palabrería? ¿Para llenar todos los espacios e impedir que los demás hablen porque el ruido es ensordecedor? ¿Para aturdirnos y evitar la reflexión colectiva? Tal vez. Pero lo más dramático es constatar que los políticos hablan para escucharse a sí mismos, en un discurso que se repite constantemente en los medios, y que acaba por convencerlos de que todo está bien, porque solamente escuchan el eco de sus palabras.

Los eufemismos llenan los discursos de los políticos que temen decir algo políticamente incorrecto, o pretenden disfrazar la verdad con palabras "inocuas", porque la verdad no tiene cabida en la contienda política. Y así vemos que a los ancianos se les dice hoy adultos en plenitud, a la ilegalidad se le llama informalidad y a la devaluación, deslizamiento. Sin que esto signifique que los viejos vivan mejor, que la ilegalidad no constituya un lastre para el desarrollo o que el peso no se devalúe.

El lenguaje de buena parte de los políticos, pareciera ser el mismo en todas las latitudes. Es el lenguaje del engaño, la mentira, el ocultamiento y la palabrería hueca. Lo que cambia es la actitud de quien escucha. Y es en las audiencias en las que hay que trabajar. Hay que devolverles la lengua, la palabra, porque para preservar la patria, la lengua es primero.

Rafael Cárdenas, citado por Alex Grijelmo en su libro, dice que el desconocimiento de su lengua, limita al ser humano en todo sentido. "Lo traba, le impide pensar, dado que sin lenguaje esa función se torna imposible"; lo priva de la herencia cultural de la humanidad y especialmente de la que pertenece a su ámbito lingüístico, lo convierte en presa de embaucadores.".

No hay comentarios.: