Vísceras
viernes, 12 de enero de 2007
Francisco Rodríguez.
Indice Político.
Hígado, bofe y tripas asomaron desde Los Pinos a inicio de la semana a punto de culminar.
Y es que, de acuerdo a un trascendido filtrado a un diario de provincia que también se publica en la capital nacional, el abogado Agustín Acosta Azcón fue "renunciado" de la titularidad de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por el "pecado" de haber sido exitoso defensor de René Bejarano.
De acuerdo a dicha filtración, el secretario Agustín Carstens habría invitado a Acosta Azcón, destacado penalista, socio de un próspero bufete jurídico, a participar en el sector público en el encargo mencionado, pero que se le habría olvidado informar al señor Felipe Calderón de su participación en la defensa legal del perredista. Peor aún, que había ganado esa causa.
El cese, se adivina, fue fulminante. Muestra de un ejercicio político visceral, a todas luces peligroso para México.
Y es que, proviniendo tal visceralidad de un abogado --así sea de la Libre de Derecho--, asusta que en los hechos éste niegue la posibilidad de cualquier ciudadano, aún el peor de los criminales confesos, de contar con una defensa legal, cual lo garantiza la cada vez más teórica Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Provoca pánico, además, que ese personaje tenga facultades como las que usufructúa el señor Calderón, porque así lo falló un tribunal hace cuatro meses.
Infiero que, para los practicantes de la abogacía, en adelante será más que peligroso el aceptar la defensa jurídica de cualquiera que, en su derecho constitucional, así se los pida.
¿Tendrán que acudir a alguna ventanilla de Los Pinos a preguntar si no correrán riesgos por aceptar a un cliente que pueda ser bien o mal visto por el señor Calderón o por alguno de sus ad láteres?
¿Es para eso que al señor Calderón le gusta ejercer el poder presidencial que le otorgó el Trife? Puede ser que sí. De acuerdo a Marcet, el poder es "una geografía de proximidades y lejanías, donde los factores personales adquieren cotas de gran importancia, con odios y sectarismos de gran visceralidad".
De dejarse vencer por sus vísceras, entonces, el michoacano no sólo es un factor de riesgo para los abogados, sino un rotundo peligro para todos los mexicanos, habida cuenta de que no pocas de sus decisiones pudieran contener grandes, regulares o aún escasas porciones de tripas, bofe e hígado, irracionales por antonomasia.
Pero, ¿sabe usted qué es lo peor?
Que cuando las vísceras se anteponen a la razón en la toma de decisiones políticas, se crea un clima social turbulento que no sólo provoca discusiones de café o taberna, incluso genera corrientes de inconformidad y por supuesto rebeldía al seno de amplios sectores de la sociedad.
De hecho, tal ya es una realidad. La campaña presidencial del propio señor Calderón apeló a la visceralidad de los electores.
En congruencia absoluta, él ahora da muestras de una enorme cantidad, varios kilos, de hígado, bofe y tripas... y unos cuantos gramos, apenas una embarradita, de sesos para "gobernar".
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viernes, enero 12, 2007
LAS VISCERAS FECALERAS-
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 6:25 p.m.
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