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sábado, noviembre 11, 2006

LA APPO PREVALECER'A.

APPO prevalecerá PDF Imprimir E-Mail
sábado, 11 de noviembre de 2006

"No puedo vivir asustado e ir a la calle con miedo, este movimiento es hermoso y orgulloso", expresó Flavio Sosa. (NTX)

Flavio Sosa, uno de los líderes del movimiento popular oaxaqueño, dice que el conflicto en la Entidad es un detonador y que se vislumbra una transformación histórico-social como en otros países de Latinoamérica

OAXACA, Oaxaca, 10 de noviembre (AP).- Flavio Sosa se ve muy relajado para ser un hombre buscado por la justicia.
Como el líder más visible de un movimiento que ha desafiado al Gobierno de Vicente Fox, ahuyentado a la policía estatal de esta ciudad en el sureste de México y combatido a cientos de tropas federales, Sosa tiene pendientes órdenes de arresto por motines y conspiración.

Como el líder más visible de un movimiento que ha desafiado al Gobierno de Vicente Fox, ahuyentado a la policía estatal de esta ciudad en el sureste de México y combatido a cientos de tropas federales, Sosa tiene pendientes órdenes de arresto por motines y conspiración.

También ha recibido amenazas de muerte, algo que no se puede tomar a la ligera en una ciudad donde han habido al menos nueve asesinatos políticos desde agosto, la mayoría de compañeros izquierdistas de Sosa.

Pero sentado en una plaza colonial, apenas a dos cuadras de un campamento de la policía que apresta rifles y escudos antimotines, el activista de 41 años no dejaba de sonreír.
“No puedo vivir asustado e ir a la calle con miedo, este movimiento es hermoso y orgulloso”, expresó.
Sosa, quien en el pasado trabajó por temporadas en Estados Unidos, es uno de los fundadores de la Asociación de Pueblos de Oaxaca, un frente izquierdista que intenta deponer al gobernador Ulises Ruiz. El grupo se formó en junio después que policías a las órdenes de Ruiz dispersaron violentamente una manifestación de maestros en huelga para pedir mejores salarios.

La asociación acusa a Ruiz de arreglar las elecciones del 2004 para obtener la gobernación y de apelar a pandillas de matones para intimidar a sus opositores.

Pero Sosa dice que la lucha va más allá de esto.
Según Sosa, Ruiz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es uno de tantos políticos mexicanos que han favorecido a los ricos y han hecho perder la esperanza a los pobres. El caos de Oaxaca, dice, es el comienzo de un levantamiento social similar al que ocurrió en Bolivia y que culminó en diciembre con la elección de Evo Morales a la presidencia, el primer presidente indígena de la nación sudamericana.

“Ulises es nada más el detonador. Son transformaciones histórico-sociales que está viviendo Latinoamérica. El movimiento demostró a todo el mundo que México es del sur, como Bolivia, no del norte como Estados Unidos”.

Los enemigos de Sosa, incluidos Ruiz y la procuradora general del Estado de Oaxaca, Lizbeth Canba, describen al dirigente barbado y de larga cabellera como “terrorista”, y “guerrillero urbano”.

Durante cinco meses, Sosa y sus simpatizantes tomaron el control del centro de la ciudad, manteniendo fuera a la policía y alejando a turistas de uno de los máximos destinos turísticos del país. Construyeron barricadas, incendiaron autobuses y tomaron el control de estaciones de radio para transmitir sus llamados a la revolución.

Luego que los maestros acordaran terminar la huelga y el periodista-activista neoyorquino Bradley Roland Will, de 36 años, fuera muerto de un disparo en un enfrentamiento entre manifestantes y policías, el presidente Fox envió el 29 de octubre 4.000 elementos de la Policía Federal respaldados por helicópteros y cañones de agua para sacar a los izquierdistas.

Pero mientras las fuerzas policíacas han retomado el control del centro, no lograron aplacar la violencia. Policías federales se han enfrentado a manifestantes, quienes han usado bombas de gasolina y petardos rellenos de pedazos de vidrio y clavos. La semana pasada, 30 personas resultaron heridas en las confrontaciones con la policía.

Sosa afirma que la lucha es en defensa propia. Ha pedido a la Iglesia que le dé asilo, diciendo que es víctima de persecución. Los funcionarios de la iglesia no han respondido.

“¿Qué vas a hacer cuando tus enemigos asesinan y hacen detenciones arbitrarias?”, preguntó.
El orgulloso izquierdista también dice que México necesita una buena sacudida para lograr un cambio.
De joven en 1986, Sosa dejó la universidad para trabajar de lavatrastos en un merendero de Nueva York.
“Fui buscando el ‘american dollar’...es difícil como inmigrante ilegal y me di cuenta de lo poco que tenemos en mi país”.

A su regreso a México en 1989, ayudó a fundar el Partido de la Revolución Democrática, el grupo de izquierda más grande del país, y fue elegido al cargo de diputado federal.

“Tenía mucha esperanza de que podíamos hacer una diferencia a través de las urnas”, dijo.
Dejó el partido en el 2000 para apoyar al ex ejecutivo de Coca Cola Vicente Fox en su exitosa candidatura para presidente. En una fotografía, Sosa y Fox aparecen tomados de los brazos, sus manos alzadas formando la “V” de la victoria.

Sosa dijo que Fox fue la mejor apuesta para terminar 71 años de dominio del PRI en el gobierno en México. Pero rápidamente se decepcionó del presidente conservador, diciendo que Fox sólo cuidó de los empresarios ricos e hizo tratos con antiguos caciques.
“En lugar de trabajar para una verdadera transición, Fox vivió con los dinosaurios y terminó atrapado por redes de complicidad”, dijo Sosa.

Sus detractores afirman que Sosa es un oportunista. Una semblanza suya en la revista mexicana Reporte Indigo lo pinta como un matón que carga pistola y que usa el movimiento de Oaxaca para forjarse un coto de poder.
Sosa se ríe de tal acusación.
“Ni sé cómo disparar”, señaló.

También asegura que es apenas uno de varios líderes de un movimiento que representa a docenas de grupos de izquierdistas, sindicatos, estudiantes, indígenas y vecinos.
“Somos todos iguales. Pero por mi gran barba y gran panza soy el líder favorito de la prensa y de la policía”, dijo.

El subsecretario de gobernación (del interior) Arturo Chávez, a quién Fox envió a Oaxaca para negociar con los izquierdistas, reconoció que no tienen un jefe.
“Es difícil negociar con este grupo... Hablamos con unos líderes pero no estamos seguros de que los otros líderes estén de acuerdo”, dijo Chávez.

La naturaleza básica del movimiento le da facultades a sus seguidores, dijo Sosa, prediciendo que crecerá hasta convertirse en una rebelión nacional.
“Fox, con su torpeza, puede generar una nueva revolución”, expresó.

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