Prueba de fuego
Escrito por Eduardo Ibarra Aguirre
29-09-2006
Utopía
Para Vicente Fox Quesada y Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa el paro magisterial de la Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que hoy arriba al día 131; el movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y la marcha de 6 mil ciudadanos que arribarán al Distrito Federal el próximo martes, constituyen una prueba de fuego para el primero, a quien le urge abandonar el cargo e irse al rancho de San Cristóbal, y al segundo que aún no tiene claro cómo tomará posesión el 1 de diciembre.
La salida de Fox y la entrada de Calderón a Los Pinos ocupa y desvela a los asesores y estrategas de seguridad nacional del gabinetazo y del llamado equipo de transición.
Al guanajuatense nativo del Distrito Federal le preocupa que junto al amateurismo político, las frivolidades y el estilo gerencial --también matrimonial-- de gobernar, se le asocie y recuerde con las manos manchadas de sangre. San Salvador Atenco, estado de México, y Lázaro Cárdenas, Michoacán, son ineludibles al hablar de crímenes por motivos sociales y políticos, pero tuvieron como coartada la intervención de cuerpos policíacos estatales y municipales. Y en esa medida la responsabilidad institucional se le endilgó a Lázaro Cárdenas Batel, quien la asumió sin pestañar, y Enrique Peña Nieto.
Los deseos narcisistas de trascender están subordinados a los males y los costos menores para el grupo gobernante y los intereses que representan hoy Fox y mañana Calderón. Resulta menos costosa una solución política con su alta dosis de fuerza y los riesgos de víctimas mortales, antes de que el ranchero de pacotilla abandone las cabañitas que aplazar la solución para después del primer viernes de diciembre, y dejarla en manos del michoacano estigmatizado como ilegítimo por 15 millones de ciudadanos y acosado por sus más tenaces adversarios. En el último caso los costos serían altísimos y de muy grave riesgo para la endeble gobernabilidad del país.
Además, el de Oaxaca es un ancho movimiento social y político que no ha variado un milímetro en su demanda central de la renuncia del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, y en su convicción de persistir hasta lograrlo. En aquél intervienen e interfieren diversos actores políticos, sociales y económicos, como es natural.
En contrapartida, 5 mil 900 establecimientos de la iniciativa privada de la capital oaxaqueña y la zona conurbada realizan desde ayer un paro de actividades de 48 horas para protestar por lo que denominan inacción del gobierno federal y estatal en la solución del conflicto.
Nunca hubo inacción. En todo caso ésta es la fórmula consentida del foxismo frente a la conflictividad política y social: dejar que crezcan, se desgasten y concluyan los conflictos por agotamiento. Es bien conocido el fracaso sexenal de tales políticas. Y criminales los resultados en Pasta de Conchos.
La estrategia foxista para Oaxaca no contempla quitar del Palacio de Gobierno al mapache más afamado del tricolor porque lastimaría los proyectos de éste y los blanquiazules, el llamado Prian –Luis Sánchez Aguilar dixit-- para cogobernar los próximos seis años.
Un acuerdo político multipartidario, sectorial y ciudadano que contempla la disminución del poder del gobernador, un paquete económico para el magisterio, reforma educativa y autonomía presupuestal para este gremio y el envío de la Policía Federal Preventiva para “restablecer el orden, liberar las vías de comunicación y garantizar el libre tránsito”, son las claves de la riesgosa solución que se pondrá en marcha en cualquier momento.
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viernes, septiembre 29, 2006
OAXACA Y LAS "ESTRATEGIAS" PRIANISTAS.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 12:40 p.m.
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