I.- Pienso (diría Descartes: "y luego existo") que la mayoría de los mexicanos estamos más o menos de común acuerdo respecto a que el narcotráfico debe ser combatido con todo rigor de la legalidad. Para eso es necesario descentralizar y desfederalizar el delito, para que los tres órdenes de gobierno: municipal, estatal y federal, compartan la responsabilidad con arreglo a una bien detallada manera de perseguir a los capos y comerciantes de la distribución-venta de las drogas. II.- Actualmente los 31 Estados y el gobierno del Distrito Federal solamente son "mirones de palo" y cuando no en sus propias narices, el narcotráfico prospera contando, casi siempre, con la protección y complicidad municipales y estatales, ya que estos órganos de gobierno no tienen facultades para combatir a fondo ese mal que está dañando a la sociedad a partir del consumo inducido a la niñez y juventud e incluso penetrando las estructuras del Estado a través del reparto de las ganancias desorbitadas entre funcionarios de todo nivel. III.- Es necesario, pues, compartir la persecución de esas conductas o de lo contrario como exclusiva facultad federal los narcotraficantes seguirán encontrando 32 nichos para continuar creciendo y multiplicarse, en la medida que municipios y entidades sólo colaboran tangencialmente sin obligaciones y reparto de responsabilidades para profundizar, con una red nacional, el combate a lo que ya es un inmenso poder económico y paramilitar que rivaliza y hasta logra, a veces, sobreponerse a la soberanía del Estado. IV.- Para que policías, militares y órganos judiciales se coordinen es urgente que se desfederalice, en cuanto facultad única de la Federación, la persecución y consignación de quienes ya establecieron mafias y carteles (o cárteles) con sicarios hasta con mejores armas y medios que los que actualmente tiene el gobierno federal. La única manera de ampliar y profundizar esa lucha, que ya empieza a ser desigual a favor de los narcotraficantes, es descentralizar el combate al narcotráfico. V.- Una legislación de coordinación y colaboración federal, estatal y municipal para desplegar exitosamente las fuerzas gubernamentales es, el que la Federación concentre la coordinación, pero sin prohibirle a los Estados y sus 2 mil y pico de municipios o los 2 mil 480 si se incluyen los municipios que se autogobiernan conforme a sus "usos y costumbres", que intervengan con arreglo a una legislación también estatal para no romper con el Estado Federal, en el combate a esos delitos. VI.- Los Congresos de los Estados han de expedir sus respectivos ámbitos de validez para, en coordinación y colaboración Federal, desplegar el más completo combate a esa delincuencia que llega a desafiar al Estado y sus órganos administrativos y judiciales, como ya se está viendo con las reacciones paramilitares de los sicarios de las mafias con sus venganzas en ejecuciones despiadadas, por todo el país y en respuesta a la lucha federal que no cuenta con la directa y eficaz colaboración de los otros dos órdenes de gobierno. VII.- Solamente con la desfederalización y descentralización, manteniendo la coordinación del gobierno federal en la distribución de esa colaboración, será posible que las fuerzas gubernamentales de las administraciones públicas y de los poderes judiciales estatales y federal, logren desplegar con mayor éxito y eficacia lo que está siendo una desigual lucha, donde los narcotraficantes, con fortunas inconmensurables, están sacando el mayor partido. VIII.- Las resistencias con sicarios, alevosía y ventaja, del narcotráfico llega a contar, no pocas veces, con la complacencia o directamente la complicidad de los gobiernos estatales y municipales al no tener obligaciones ni responsabilidades para su combate. No hay, dada la fuerza de narcos y sus sicarios con sus redes, más respuesta, que la Federación comparta sus competencias para llegar al fondo de ese mal que está dañando, individual y colectivamente, a la nación. IX.- Los tres órdenes de gobierno con el apuntalamiento de la fuerza militar, ya en un arreglo de la descentralización y desfederalización para la persecución y consignación de esa delincuencia, estarán así, en un pacto de colaboración capaces de doblegar al narcotráfico. Este ya es un problema de seguridad nacional y como tal debe atenderse para solucionarlo por la vía más completa para su combate. X.- Los narcos con sus sicarios paramilitares ya retaron al gobierno federal y, por ende, están desafiando al Estado y a la Sociedad, al grado de que podrían hasta llegar a crear un Estado dentro del Estado y doblegar a nuestros gobiernos para imponerse como un cuarto poder con señorío sobre el resto del imperio de la ley, con la "ley de la selva" de su poder.
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