EXTRAÑA ACCION DE LOS "QUEMAPRUEBAS" EN OAXACA

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Pruebas de estafa Ahora son sólo cenizas

Por: Marcela Turati
06/12/2006

Nota original del diario (dizque propiedad de la Martuchis)

OAXACA, Oax.- Las dos personas que el domingo 26 de noviembre, por la mañana, quemaron las oficinas de Auditoría del Sistema de Administración Tributaria (SAT), cumplieron un objetivo: borrar toda evidencia de las compañías acusadas de haber crecido de manera irregular los últimos años y las que deben impuestos. El fuego sucedió un día después de los disturbios que dejaron entre el saldo once edificios incendiados.


Según la reconstrucción pericial de los hechos, ese domingo, a las 9 y media de la mañana, dos individuos encañonaron al guardia de la dependencia –ubicada en la calle Amapolas esquina con Sauces–, lo metieron a una sala y lo dejaron amarrado con la cara contra la pared.

Mientras, uno de ellos subió directamente al tercer piso, justo donde se guardaban los archivos de las auditorías en curso, y se dio tiempo para sacar un bote con gasolina, desparramar los expedientes y prenderles fuego.

En menos de 10 minutos, las evidencias que ponían en aprietos a las empresas señaladas de haber burlado la ley quedaron calcinadas, se convirtieron en pedazos de papel carbonizado que se trozaron con las ventiscas que entraron por los ventanales rotos y se deshicieron con el agua que arrojaron los bomberos.

Las fotografías tomadas por el Ministerio Público así lo certifican. Incluso, registran el morral negro que el autor material de la quema dejó olvidado sobre una mesa; mantenía las manchas de la gasolina que roció en el sitio.

“Ya no hay elementos para demostrar quién es defraudador”, admitió un alto funcionario de Hacienda, quien –como se ha vuelto costumbre durante los siete meses de conflicto en esta entidad– pidió el anonimato.

Funcionarios informaron que desde el sábado por la tarde, antes de la megamarcha de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), ya había gente extraña rondando las oficinas hacendarias. Incluso, el sábado a las 7 de la noche, unas 200 personas habían intentado romper las puertas de madera de otro edificio que guarda información fiscal, localizado en pleno centro, pero no lo lograron. En desquite, aventaron dos bombas molotov por una ventana.

Al edificio de Auditoría, ubicado en la colonia Reforma –alejada del centro y de los enfrentamientos de la noche anterior–, pudieron meterse haste el domingo, justo cuando la PFP ya tenía el control de esta capital.

Uno de los funcionarios entrevistados negó que en esas oficinas se lleve a cabo la auditoría de los 93 mil millones de pesos que la Federación entregó, vía Ramo 33, durante los últimos ocho años al gobierno de Oaxaca y de los que no se han rendido cuentas: seis años corresponden a la administración de José Murat y dos, a la de Ulises Ruiz.

Sin embargo, admitió que quizá en los archivos quemados constaban los expedientes de algunas empresas que se hubieran beneficiado con ese dinero.

“Nuestro trabajo es auditar a todas las empresas que no pagan impuestos o que sus impuestos no coinciden con el comportamiento que tuvo el sector; no estamos persiguiendo a nadie, aquí se agarra de todo y puede ser que haya caído una de esas empresas en la auditoría, o puede que no.

“Quizá teníamos algunas de (esas) empresas, por su indicador específico de irregularidades, pero nuestra actividad no es política, es técnica”, dijo.

El edificio de cuatro pisos huele a chamuscado. Los muebles están apilados. Un piso inservible. Los papeles convertidos en ruinas yacen en la basura. Los empleados del SAT están asustados porque tienen el foco de atención encima.

Al momento del ataque, se llevaban a cabo alrededor de 150 auditorías a empresas de todo el estado. Los funcionarios dicen que no saben cuáles.
“El que quemó sabía lo que hacía”, aseguró.

Ulises Ruiz minimiza el siniestro

El gobernador Ulises Ruiz negó que se hubieran quemado las oficinas del SAT, donde se guardaban los documentos de todas las auditorías que Hacienda llevaba a cabo.
“No se quemó la oficina”, dijo cuando se le cuestionó al respecto. “Tengo entendido que fue sólo el portón y fue porque se estaba quemando un coche afuera y se le pasó fuego al portón. Afortunadamente no se quemaron las oficinas”, aseguró.


Esto respondió cuando Excélsior le preguntó su opinión sobre los señalamientos que líderes de la APPO han hecho de que el ex gobernador José Murat y él mismo podrían haberse visto beneficiados de la quema de las oficinas, el 26 de noviembre.
–Marcela Turati
NOTA:Vaya parece que los vazquez Roña y su pasquin estan muy interesados en la caida de URO, tal vez quieren quedar bien con el PELELE y lograr algunos contratillos mas, digamos alguna cadenita televisiva adicional.Este dato de la "quema conveniente" ya se habia manejado, sin embargo no habia sido "politicamente util".