EL PANAL

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Actores y Escenarios
Por Luis Gabriel Osejo
El PANAL


El verdadero peligro para la educación es la maestra Elba Esther Gordillo, la lideresa moral y fáctica del poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; resumió irónico, palabras más, palabras menos, el excelente politólogo Lorenzo Meyer en una de sus participaciones en el programa de Canal 11 “Primer Plano”.

Nada más cercano a la realidad.

Impulsada por el presidente Carlos Salinas de Gortari, la maestra logró trepar hasta la secretaría general del sindicato más poderoso de Latinoamérica, apuñaleando a su mentor el ex gobernador de San Luis Potosí, Carlos Jongitud Barrios, que llevaba varias décadas representando a los maestros mexicanos.

A partir de ese momento, la hábil chiapaneca se convirtió en una eficaz operadora del repudiado Salinas de Gortari quien –en franco desprecio por su partido, el PRI- utilizó al magisterio para crear una estructura política que abarcara lo mismo comunidades que grandes ciudades.

Con esa finalidad, el genio malvado de la política –como ha sido reconocido- instruyó a la maestra para que creara con los profesores células de poder paralelas al Revolucionario Institucional en todos los rincones de la República.

Para tal efecto instruyó a su entonces secretario de educación, Ernesto Zedillo Ponce de León, que a la postre se convertiría en su sucesor para que le entregara al sindicato todos los recursos financieros y políticos posibles.

Tecnócrata muy aplicado (“usted de seguro sacaba diez en sus exámenes”, le restregó en al cara alguna vez Diego Fernández), Zedillo dividió en dos el presupuesto que le correspondía al sector educativo. Una parte iba directo a la construcción de aulas, pago de maestros, libros de texto; etc., etc., y la otra –otro tanto de lo que ya había entregado- para el sindicato magisterial.

Para 1994 cuando Zedillo llegó a la presidencia de la república gracias al voto de la lástima (por el artero homicidio de Luis Donaldo Colosio) y el voto del miedo (gracias al sup Marcos), la Gordillo –que terminó por traicionar a Salinas- ya tenía un ejército de maestros dispuestos a votar y llevar votantes por quienes se les indicara.

Enfrentado con Fernando Ortiz Arana (a quien nunca le perdonó que su nombre hubiera estado sonando antes que el suyo para suceder al malogrado Colosio), Zedillo le pidió en 1997 que evitara por cualquier medio que el queretano llegara al gobierno estatal.

Días antes de las elecciones de ese año, que significaban la primera vez de FOA como candidato al gobierno, la sección 24 del SNTE, de manera espontánea, comenzó a exigir imposibles al gobernador Enrique Burgos García.

De manera inexplicable, durante semanas los maestros queretanos marcharon por las principales avenidas de la ciudad, bloqueándolas inclusive, gritando consignas invitando a votar en contra del PRI y de Fernando Ortiz Arana (los eventos son narrados de manera exquisita por el escritor Julio Figueroa en su recomendadísimo libro “Queretanas 1997”).

Fue tan pequeña la diferencia de votos entre FOA y el candidato panista, Ignacio Loyola Vera, (unos 14 mil votos) que la sección 24 del SNTE ha sido acusada en diversos foros de haber propiciado la caída del tricolor en la entidad. Para mayores datos: el movimiento cesó misteriosamente al día siguiente de las elecciones.

En el 2000, echado el PRI de Los Pinos, Elba Esther se alió a la Pareja Presidencial a la que utilizó para fortalecer a su sindicato y a su incipiente partido cuya creación comentaremos un poco más adelante.

El trato entre la maestra y los de foxilandia era muy claro: según el propio Roberto Madrazo, aquellos seguirían manteniendo, con recursos públicos por supuesto, la onerosa estructura del magisterio (o mejor dicho de la élite magisterial); a cambio la chiapaneca, convertida en diputada federal y secretaria general del PRI, impulsaría en la Cámara Baja las reformas “estructurales” del gobierno foxista.

En el 2003 tuvo la fuerza suficiente para negociar con FOA, otra vez candidato, la candidatura a diputado federal por el I distrito del maestro Alfonso Muñoz Muñoz, un maestro rural cuyo único mérito radicaba en el hecho de que a Elba Esther le caía en gracia sus chistes.

El que pagó la negociación fue Mauro Marques el hoy ex priísta que soñaba y soñaba con ser candidato de ese distrito. Este año, aliado del secretario de desarrollo agropecuario, Héctor Lugo Chávez que inteligentemente lo acercó a él, el ex dirigente de la CNC queretana fue factor decisivo para que ganaran los candidatos panistas en la zona serrana.

Separada de su partido por el encono de los madracistas, la maestra pidió licencia en el Congreso, se alejó del PRI y terminó por refugiarse en los Estados Unidos, alegando una enfermedad temporal.

De regreso a las grandes ligas, a finales del 2004, la Gordillo renunció al PRI antes de que la echaran; creó su propio partido y negoció con Felipe Calderón la extraordinaria estructura electoral de los maestros (la que decíamos venía puliendo desde tiempos de Salinas). Amén por supuesto de haber explotado al máximo las relaciones personales que de antaño tenía con el presidente consejero del IFE, Luis Carlos Ugalde, a quien seguramente ordenó se “cuadrara” con el candidato panista.

El Partido Alianza Nacional, el PAN o PANAL por sus siglas, fue construido a base de mentiras y de engaños. En Querétaro, y seguramente en todas las entidades, les hicieron creer a los maestros que al firmar los documentos y entregar copia fotostática de su credencial de elector estaban accediendo a alguna otra prestación contractual.

De acuerdo al dicho de decenas de maestros consultados por el autor, el dirigente de la sección 24 del sindicato, giró a todas las coordinaciones de la entidad un oficio en el que se le indicaba al maestro que tenía que entregar una copia fotostática de su credencial de elector y que, además, tenían que firmar, un documento que les permitiría obtener otro derecho no especificado.

Así se formó el PANAL que en sus siglas y hasta en sus colores refleja la unión con el PAN y el presidente electo. No por nada, días después de las elecciones la maestra, cuando el Tribunal Electoral estaba calificando la elección, le levanto la mano a Calderón a quien le dijo “presidente electo”.

El acuerdo con Calderón también ha sido muy claro: en las elecciones la estructura magisterial, que no los maestros mexicanos, trabajaron como una estructura electoral, con dinero y mucho pero mucho más poderosa que la de cualquier partido político. Esta estructura incluía por supuesto a los gobernantes del PRI cercanos a la lideresa.

A cambio, el ahora presidente electo, tendrá que entregarle algunos puestos del gabinete al Sindicato, bueno a la Gordillo. De acuerdo a los documentos que fueron presentados por la desaparecida Coalición por el Bien de Todos, el resultado de las casillas fue alterado en aquellas mesas de votación donde solamente había representantes del PAN o del PANAL.

En Querétaro es bien creíble que panistas y panalistas se aliaron para hacer un fraude electoral (“poquito pero aceptable” dijeron los sumisos magistrados del TEPJF) de alcances insospechables. Y es que Resulta poco creíble que el PANAL con menos de tres meses de haber sido fundado y con una paupérrima campaña mediática, haya logrado rebasar el 3 por ciento de la votación total logrando obtener, también, para su causa una curul en el Congreso Local.

- ¿Cuántos años tuvo que trabajar para lograr el tres por ciento de la votación total? –le pregunté hace un par de meses al maestro León Hernández ex priísta; promotor del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y fundador en Querétaro de Convergencia.

- Uta…muchos… –respondió y además aceptó que era ilógico que el PANAL hubiera logrado el 3 por ciento de la votación local, sin dinero, sin publicidad y sin votos

El benefactor directo del fraude electoral es el ahora diputado local Óscar Rodríguez quien, para confirmar la alianza que tiene su lideresa moral con el PAN, ha hecho un bloque con los diputados panistas en el Congreso. Es, como quien dice, el diputado blanquiazul número 17, el de la mayoría calificada y con el que el Partido Acción Nacional podrá reformar a su antojo la Constitución Local.

El diputado a quien nadie conoce –lo que le ha valido el mote de diputado fantasma- apenas renunció a su cargo como maestro comisionado en el cargo de “Coordinador de la región sindical VII de la Sección 24 del SNTE, el dos de octubre pasado.

Lo que debió haberlo inhabilitado, ya no digamos para ser diputado, para participar en los pasados comicios del dos de julio; esto de acuerdo a la fracción III del artículo 26 de la Constitución del Estado que prohíbe a los aspirantes “desempeñar cargos de la federación, del estado o del municipio, ni ejercer en términos generales funciones de autoridad, a menos que se separen de ellos noventa días antes del día de la elección”.

Lamentablemente en Querétaro, como en gran parte de la Nación, vivimos en un estado de derecho (ese que se promete acatar y hacer respetar desde las instituciones) de pura ficción.

Por eso los militantes de un partido –caso Rafael Castillo- pueden ser auditores aunque la ley lo prohíba; por eso los gobiernos pueden hacer proselitismo aunque la ley electoral se los prohíba; por eso los incapaces e ineptos pueden hacer y deshacer en la legislatura y continuar con su carrera política como los grandes próceres.

Pero volviendo al tema del diputado fantasma. El pasado tres de octubre citó a la élite magisterial y a sus más allegados, incluyendo al dirigente magisterial Abel Espinosa, en la Parrilla leones para anunciarles –con comida y toda la cosa- que dejaba el cargo de coordinador de la región sindical VII.

Dijo que los maestros también tenían derecho a ser políticos y diputados, sobre todo para impulsar las grandes reformas que requiere la educación queretana (aquí los presentes le aplaudieron a rabiar).

Al final de la comilona, presentó a su sucesor en el cargo que debió inhabilitarlo para ser diputado, al profesor Víctor Manuel Ramírez Rivera y se puso a las órdenes de los presentes en sus nuevas oficinas cuya dirección no recordó en ese momento.

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