.¿cuánto tienes? igual a ¿cuánto vales?

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.¿cuánto tienes? igual a ¿cuánto vales?
Gustavo Buenrostro*

“Al perro que tiene dinero se le llama señor perro”
Proverbio Arabe

El desempleo en México es una de las evidencias más graves y contundentes del fracaso del sistema económico que ha imperado en México en las políticas públicas de los últimos veinte años. Dicho sistema al que conocemos como Neoliberalismo económico, nos fue impuesto en los años ochentas cuando el Banco Mundial condicionaba a los países en vías de desarrollo (tercermundistas, se les llamaba) a asumir cambios estructurales en sus regímenes que garantizaran una mayor (en ocasiones absoluta) libertad competitiva entre los diversos países de tal forma que la productividad y el consumo (términos propios del Neoliberalismo) fuesen el centro del desarrollo económico.

Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el desempleo alcanzó en agosto el 4.03% de la Población Económicamente Activa y es la variación más alta desde julio de 2005. Visto en número totales, el desempleo abierto afecta a aproximadamente un millón 770 mil personas distribuidas en todo el territorio. La Tasa de Desempleo nacional demuestra que grandes segmentos de la población no han logrado incorporarse en el mercado laboral pese a las declaraciones y visiones fantásticas e irreales del Presidente Fox. Las cifras oficiales también muestran que la desocupación es más aguda entre las mujeres que entre los hombres, ya que las primeras reportan una tasa de 4.49 por ciento, mientras que en los segundos es de 3.76.

La deshumanización de la economía, que por cierto debería estar al servicio del Pueblo, ha traído como consecuencia que en el actual sistema económico en que vivimos “valgas lo que tienes y tengas lo que puedas” y se pierda el sentido de la trascendencia personal en las ideas, valores o conceptos. Lo material es lo verdaderamente trascendente, según los actuales parámetros y paradigmas falsos de la injusta sociedad en que vivimos.

El desempleo esta acabando con nuestros principios de identidad nacional. Cada mexicano que emigra a los Estados Unidos en busca de oportunidades por la falta en su país, lleva consigo un natural resentimiento que le lleva a creer, en muchas ocasiones, que la Patria le ha fallado y destaca los valores materiales y oportunidades económicas que se le presentan en aquel vecino país del Norte.

Se calcula que son 10 millones de mexicanos (mayores de edad) que trabajan de forma ilegal en Estados Unidos. De esos, 4 y medio millones han abandonado el país en los últimos seis años debido al fracaso de la política económica que implemento el Presidente Fox.

Vicente Fox prometió en su campaña presidencial del año 2000 crear un millón de empleos cada año. No cumplió y en cambio ha expulsado del país a mas mexicanos que cualquier presidente priista que le antecedió. Fox no se atrevió, por estar condicionado por políticas internacionales y por cobarde, a cambiar las políticas públicas que han generado actualmente el mayor desempleo de mexicanos en la historia de México.

Ahora, Felipe Calderón, desde la ilegitimidad de su presidencia, plantea prácticamente las mismas soluciones que hace 6 años Fox nos presentaba. Ambos, hijos del neoliberalismo económico, señalan que con la inversión extranjera y la venta de los bienes nacionales se crearan más empleos. Calderón al igual que Fox esta imposibilitado a cambiar las políticas públicas que han aumentado el desempleo de mexicanos.

En tanto en el centro de la economía no se coloque como su eje central el desarrollo integral de cada mexicano proporcionándole con políticas públicas solidarias y subsidiarias una mayor justicia social, el destino del país seguirá siendo el del fracaso económico.

Estudios serios realizados por los mayores especialistas en esta materia demuestran que una sociedad sin oportunidades de trabajo bien remunerado, tarde o temprano, sucumbe y eso es lo que nos está sucediendo en nuestra Nación.

Harvey Brenner, en su libro “La influencia del entorno social en la psicología, una perspectiva histórica” dice en su capítulo “El estrés y los desórdenes mentales”, afirma que estudios científicos comprueban que por cada millón de desempleados adicionales, las tasas de mortalidad aumentan en 1.3% (26 mil muertes más que las que habría normalmente), las enfermedades cardiovasculares se incrementan en 2% (19 mil casos más), la cirrosis crece en 1.45% (450 casos más), los suicidios crecen casi 2% (unas 222 personas), el número de pacientes hospitalizados con tratamientos psiquiátricos crece 4.6%, los arrestos crecen 4.5% y los asaltos reportados crecen casi 1%, es decir, si normalmente hay 5,000 asaltos por cada millón de habitantes, cuando crece en 1 millón de personas el número de desempleados, los asaltos aumentan al menos a 5,500.

Los números anteriores son estudios hechos en los Estados Unidos, donde existe el seguro de desempleo, donde la población tiene buena parte de sus necesidades solventadas y donde la educación y el respeto a la ley son fundamentales. Es lógico que en países como el nuestro, donde no existe el seguro de desempleo, el pueblo tiene muchas carencias y el nivel educativo, el respeto a las instituciones y la ley son inexistentes, la situación se agrave y las estadísticas anteriores sean mucho más elevadas.

Según la doctora Marta Rosas Laurrabaquio, coordinadora del servicio social del hospital siquiátrica Fray Bernardino Alvarez, adjunto a la SSA, el impacto psicológico que sufre una persona que pierde su empleo es devastador y varía de acuerdo a las condiciones de esa persona. Si es mayor de 40 años el impacto es mayor pues sabe que le será más difícil conseguir empleo, si tiene antecedentes de cuadros de depresión también es un impacto más importante que si no los tiene, etc., sin embargo afirma que los mínimos comunes denominadores de los que pierden su empleo son: estrés y tensión, ansiedad, depresión, baja en la autoestima, pérdida de su perspectiva de vida, su imagen y su aprobación social.

Advierte la sicóloga que el trabajo es considerado un espacio de expresión creativa, de competencia y logros y de relación con los demás y cuando se pierde eso, el individuo cae en un proceso de ansiedad y angustia que lo lleva a la depresión.

El trabajo es tan importante que Sigmund Froid decía que las motivaciones más importantes del ser humano son sin duda, el amor y el trabajo y que este último es el más importante de los dos pues nos da la capacidad de relacionarnos, de tener notoriedad, sentido de identidad, autoestima y control.

El desempleo no solo está resquebrajando el tejido social de los mexicanos sino que también está teniendo consecuencias graves en términos de la salud física y mental de la población. Está atentando contra la integridad de las familias pues las obliga a dispersarse por el mundo en busca de ganarse la vida o bien, arroja a sus miembros a la ilegalidad o el crimen.

El gobierno de Fox (y desafortunadamente el posible gobierno ilegítimo de Calderón) en todos sus niveles, en lugar de hacer un plan emergente en contra del desempleo, sigue más ocupado con los escándalos de corrupción, con la lucha enfermiza por obtener o conservar el poder o de plano construyendo castillos en las nubes y afirmando que México marcha de maravilla (Foxilandia).

En pocas palabras, lejos de contribuir a combatir este flagelo, lo fomenta y lejos de aliviar las tensiones de los desempleados, les agrega más estrés con sus declaraciones estúpidas, insensibles y fuera de cualquier lógica.

*organizador CND Querétaro
Contacto e informes de la Convención Nacional Democrática en Querétaro
xqrotodo@televicable.net.mx

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